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Gasquet y Boonen vuelven a manchar de cocaína el deporte
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DROGA VINCULADA AL OCIO DE ALGUNOS DEPORTISTAS

Gasquet y Boonen vuelven a manchar de cocaína el deporte

Los positivos por cocaína del tenista francés Richard Gasquet y del ciclista belga Tom Boonen han vuelto a poner de actualidad una droga considerada dopante pero

Foto: Gasquet y Boonen vuelven a manchar de cocaína el deporte
Gasquet y Boonen vuelven a manchar de cocaína el deporte

Los positivos por cocaína del tenista francés Richard Gasquet y del ciclista belga Tom Boonen han vuelto a poner de actualidad una droga considerada dopante pero cuyo consumo está más ligado al ocio de los deportistas que a la búsqueda de un mayor rendimiento.

El tenista de 23 años y el ciclista de 28 se sumarán a la lista de grandes deportistas que han dejado en su currículum restos de polvo blanco, como el futbolista argentino Diego Maradona en 1991, el atleta cubano Javier Sotomayor en 1999, el futbolista rumano Adrian Mutu en 2004 o el jugador de rugby Matt Stevens en 2009.

El tenis ha tenido varios casos sonados de positivos por cocaína: Karel Novacek y Mats Wilander fueron sorprendidos en el Roland Garros de 1995 y Martina Hingis en el Wimbledon de 2007, poco antes de anunciar su retirada del circuito con apenas 27 años.

Como en el pasado, el positivo por cocaína no está ligado a la persecución de un mejor rendimiento deportivo, sino a la vida privada. Particularmente llamativo es el caso de Gasquet, un jugador conocido en el circuito por su discreción. Nadie le imaginaba consumiendo esta droga, pero la joven promesa del tenis francés dio positivo el pasado 28 de marzo, un día después de haberse retirado del torneo de Miami y de haber participado en una fiesta nocturna en la ciudad de Florida.

La línea de defensa del tenista ha cambiado. Si inicialmente planteaba que el control se había efectuado fuera de competición, puesto que el jugador ya se había retirado del torneo, las reglas parecen contradecirle, puesto que se considera dentro de competición todo control efectuado a un tenista que se haya retirado de un torneo que ya ha comenzado.

Ahora Gasquet se centra en demostrar su buena voluntad. Ha encargado un análisis de cabello que demuestra que es consumidor habitual de esa droga y pretende probar que ha sido engañado, que alguien debió echarle cocaína en la bebida de forma voluntaria o accidental. Una línea de defensa difícil, que ya ha fracasado en otros casos similares en el pasado, y que tendrá complicarlo evitarle los dos años de suspensión que prevén los reglamentos en estos casos.

Boonen, un habitual de la noche de Mónaco

Bien diferente es el caso de Boonen, porque el ciclista es conocido en el pelotón por su gusto por la vida nocturna y porque el sprinter es reincidente, ya que dio positivo por cocaína hace un año. El ciclista fue controlado quince días después de haber sumado el pasado 12 de marzo su tercer triunfo en la París-Roubaix.

Como en mayo de 2008, el sprinter tuvo que someterse a un control fuera de competición, por lo que está exento de toda sanción deportiva. Sin embargo, la justicia belga sigue muy de cerca el caso. Si en su primer positivo impuso al ciclista una pena de tres años de cárcel exentos de cumplimiento al considerar una larga serie de circunstancias atenuantes, los jueces pueden ahora hacer caer sobre sus hombros todo el peso de la ley, por lo que no se descarta su ingreso en prisión.

En cualquier caso, este segundo positivo teñirá de sospecha al campeón del mundo de 2005 para el resto de su carrera. El equipo Quick Step ha decidido suspenderle de forma provisional, y aunque no tiene intención de despedirle, sí pretende obligarle a que pase por un centro de desintoxicación.

Boonen había presentado síntomas de recuperación en los últimos meses, se había instalado en Bélgica, cerca del domicilio de sus padres y lejos de la 'glamurosa' Mónaco, donde tiempo atrás se había convertido en uno de los rostros habituales de la noche.

El ciclista se encuentra, según ha confesado, al borde de la depresión y multiplica los llamamientos de socorro. Una línea diferente a la emprendida por Gasquet, dispuesto a pelear por demostrar su buena voluntad.

Los positivos por cocaína del tenista francés Richard Gasquet y del ciclista belga Tom Boonen han vuelto a poner de actualidad una droga considerada dopante pero cuyo consumo está más ligado al ocio de los deportistas que a la búsqueda de un mayor rendimiento.

El tenista de 23 años y el ciclista de 28 se sumarán a la lista de grandes deportistas que han dejado en su currículum restos de polvo blanco, como el futbolista argentino Diego Maradona en 1991, el atleta cubano Javier Sotomayor en 1999, el futbolista rumano Adrian Mutu en 2004 o el jugador de rugby Matt Stevens en 2009.

El tenis ha tenido varios casos sonados de positivos por cocaína: Karel Novacek y Mats Wilander fueron sorprendidos en el Roland Garros de 1995 y Martina Hingis en el Wimbledon de 2007, poco antes de anunciar su retirada del circuito con apenas 27 años.

Como en el pasado, el positivo por cocaína no está ligado a la persecución de un mejor rendimiento deportivo, sino a la vida privada. Particularmente llamativo es el caso de Gasquet, un jugador conocido en el circuito por su discreción. Nadie le imaginaba consumiendo esta droga, pero la joven promesa del tenis francés dio positivo el pasado 28 de marzo, un día después de haberse retirado del torneo de Miami y de haber participado en una fiesta nocturna en la ciudad de Florida.

La línea de defensa del tenista ha cambiado. Si inicialmente planteaba que el control se había efectuado fuera de competición, puesto que el jugador ya se había retirado del torneo, las reglas parecen contradecirle, puesto que se considera dentro de competición todo control efectuado a un tenista que se haya retirado de un torneo que ya ha comenzado.

Ahora Gasquet se centra en demostrar su buena voluntad. Ha encargado un análisis de cabello que demuestra que es consumidor habitual de esa droga y pretende probar que ha sido engañado, que alguien debió echarle cocaína en la bebida de forma voluntaria o accidental. Una línea de defensa difícil, que ya ha fracasado en otros casos similares en el pasado, y que tendrá complicarlo evitarle los dos años de suspensión que prevén los reglamentos en estos casos.