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Europa sigue con vida para una recta final de infarto
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Europa sigue con vida para una recta final de infarto

El corazón golfístico de Europa sigue palpitando y con fuerza en la Ryder Cup tras la penúltima jornada de partidos por parejas, que colocó a Estados

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Europa sigue con vida para una recta final de infarto

El corazón golfístico de Europa sigue palpitando y con fuerza en la Ryder Cup tras la penúltima jornada de partidos por parejas, que colocó a Estados Unidos con una ventaja de dos puntos (9 a 7) para una ronda final de individuales cargada de adrenalina. Europa acudía como favorita indiscutible a Valhalla (Kentucky). Sin Tiger Woods, lesionado, y las tres últimas ediciones ganadas con claridad por los golfistas del 'Viejo Mundo', el papel de los estadounidenses era algo más que incómodo. Nada de eso ocurrió. El guión previsto fue papel mojado ante las ganas de revancha de los estadounidenses comandados por su capitán, Paul Azinger, que ha demostrado sus dotes de gran estratega.

Estados Unidos dominó la primera jornada, pero Europa atemperó ayer esa acometida. La competición alcanza hoy la recta final de los doce partidos individuales plena de emoción. La renta para los hombres de Azinger apenas dice algo para ese capítulo final. En 1999, en la última Ryder Cup ganada por los estadounidenses en Brookline, los locales llegaron a los individuales del domingo con una desventaja de 6-10.

En Valderrama (España), en 1997, los hombres de Tom Kite afrontaron la última jornada con una ventaja de 9,5 a 6,5. Acabaron perdiendo por un punto (13,5 a 14,5) frente a los golfistas comandados por Seve Ballesteros.

Esa fue la última vez -han transcurrido once años- que el equipo estadounidense se plantó con ventaja en la ronda final. En esa oportunidad Estados Unidos acabó perdiendo.

La estrategia de los capitanes en cuanto al orden de los partidos y la frialdad de los últimos que salgan a jugar decidirá la contienda. Ayer por la mañana, el imprevisto arranque y la fuerza exhibida por el equipo estadounidense (5,5 a 2,5) quedó atemperada por Europa después de los "foursomes" (golpes alternos) de la segunda jornada, para colocar un más ajustado 7-5 en el marcador. Lo más sorprendente fue la ausencia de la pareja formada por Sergio García y el inglés Lee Westwood, de las más prolíficas de las últimos tres ediciones e invicta aún en "foursomes". Pero Nick Faldo, el capitán europeo, dio descanso al español en virtud de una supuesta fatiga originada por un tratamiento con antibióticos la pasada semana.

Acertó Faldo, pues García no está fino. Después de tres partidos sigue sin ganar, con dos empates y una derrota.

La jornada se puso a favor para los europeos de la mano de los ingleses Poulter (de los mejores con tres victorias y una derrota) y Rose, quienes dominaron en todo momento a sus rivales Cink y Campbell. El choque quedó resuelto en el hoyo 15 (4 y 3). Poco después, Phil Mickelson y Kim se vieron superados por la fe de Wilson y Stenson, a pesar de que los estadounidenses atraparon una ventaja de cuatro arriba en el hoyo seis. Europa sumó su segundo punto tras una remontada sobresaliente.

La pareja formada por el español Miguel Ángel Jiménez y el norirlandés Graeme McDowell arañó medio punto al empatar con Leonard y Mahan, mientras que Jim Furyk y Kenny Perry ganaron el único partido de la mañana por el bando local frente a Harrington y Karlsson. En los "fourballs" (cuatro bolas, puntúa la mejor) hubo reparto de los cuatro puntos, que deja abierta una contienda no apta para cardiacos.

El corazón golfístico de Europa sigue palpitando y con fuerza en la Ryder Cup tras la penúltima jornada de partidos por parejas, que colocó a Estados Unidos con una ventaja de dos puntos (9 a 7) para una ronda final de individuales cargada de adrenalina. Europa acudía como favorita indiscutible a Valhalla (Kentucky). Sin Tiger Woods, lesionado, y las tres últimas ediciones ganadas con claridad por los golfistas del 'Viejo Mundo', el papel de los estadounidenses era algo más que incómodo. Nada de eso ocurrió. El guión previsto fue papel mojado ante las ganas de revancha de los estadounidenses comandados por su capitán, Paul Azinger, que ha demostrado sus dotes de gran estratega.