Es noticia
El ciclismo español, entre el Olimpo y el infierno
  1. Deportes
JJOO DE PEKÍN 2008

El ciclismo español, entre el Olimpo y el infierno

Dos días después de que Samuel Sánchez situara al ciclismo español en el Olimpo pequinés enlazando con las gestas de sus compañeros Carlos Sastre, Alberto Contador,

Foto: El ciclismo español, entre el Olimpo y el infierno
El ciclismo español, entre el Olimpo y el infierno

Dos días después de que Samuel Sánchez situara al ciclismo español en el Olimpo pequinés enlazando con las gestas de sus compañeros Carlos Sastre, Alberto Contador, Alejandro Valverde u Óscar Freire, la corredora Maribel Moreno mostró la otra cara de la bicicleta, la del infernal dopaje (ver noticia). La ciclista de Sabiñánigo se enfrenta a una suspensión de dos años por consumo de EPO y a la repulsa de sus compañeros, cansados de los casos que manchan la reputación del ciclismo más glorioso del momento. Acostumbrada a vibrar con las bicis, a ganar todas las competiciones importantes, a copar los podium y las distinciones, España no logra quitarse de encima el estigma del dopaje, un regusto amargo que llega ligado a las mieles del éxito.

A la medalla de Sánchez siguió el positivo de Moreno. El triunfo de Carlos Sastre en el último Tour de Francia vino después de que dos españoles, Manuel Beltrán y Moisés Dueñas, y un italiano, Riccardo Riccò, que corría en un equipo español, fueran controlados positivos. Tres días después de que Alberto Contador brillara en lo más alto del podium final del Tour de Francia 2007, el positivo de Iban Mayo salpicaba de nuevo al ciclismo español.

Desde la eclosión de la "operación Puerto", la trama de dopaje sanguíneo desarticulada por la Guardia Civil en 2004, España se ha granjeado críticas de medio mundo por una supuesta debilidad en la lucha contra el dopaje. El presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), Patt McQuaid, lo dijo más alto que nadie: "España es la última frontera en la lucha contra el dopaje". Acompañaba sus dardos envenenados con datos: la mayor parte de los implicados en la red tramada por el doctor Eufemiano Fuentes eran españoles. La ley antidopaje que según el Gobierno español iba a llevar a los tramposos a los tribunales no había logrado sentar a nadie ante el banquillo.

Las críticas de McQuaid pican en España. "Está en guerra contra las autoridades españolas y aprovecha la lucha contra el dopaje para esta guerra. Es un discurso torticero", asegura el secretario general de la Federación Española de Ciclismo (RFEC), Eugenio Bermúdez, que llama a no mezclar churras con merinas. "¿Ha perdido valor el maillot amarillo de Sastre por estos casos? ¿Y el oro de Sánchez? ¿Por qué van a ser ellos responsables de que otros se dopen?", se pregunta. Tampoco gustaron al secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, que asegura que en España se persigue a los tramposos como en cualquier otro país del mundo (ver noticia).

Maribel Moreno había pasado seis controles en cinco meses, tres de ellos en el último mes y medio, todos ellos en España, algunos por sorpresa. La ciclista dio positivo en el primer test que pasó fuera de España, nada más llegar a Pekín con la mayor parte de la expedición olímpica española. Esa misma noche, Moreno pidió volver a España y, desde entonces se refugia en un silencio que mancha la imagen del ciclismo español al que tanto brillo dan los triunfos de sus colegas.

Dos días después de que Samuel Sánchez situara al ciclismo español en el Olimpo pequinés enlazando con las gestas de sus compañeros Carlos Sastre, Alberto Contador, Alejandro Valverde u Óscar Freire, la corredora Maribel Moreno mostró la otra cara de la bicicleta, la del infernal dopaje (ver noticia). La ciclista de Sabiñánigo se enfrenta a una suspensión de dos años por consumo de EPO y a la repulsa de sus compañeros, cansados de los casos que manchan la reputación del ciclismo más glorioso del momento. Acostumbrada a vibrar con las bicis, a ganar todas las competiciones importantes, a copar los podium y las distinciones, España no logra quitarse de encima el estigma del dopaje, un regusto amargo que llega ligado a las mieles del éxito.

Alberto Contador Banco de España Juegos Olímpicos