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Carlos Sastre se une a los grandes tras vencer en el mítico Alpe D’ Huez
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CICLISMO - TOUR DE FRANCIA

Carlos Sastre se une a los grandes tras vencer en el mítico Alpe D’ Huez

Carlos Sastre ha escrito su nombre en la historia tras convertirse en oro y en el nuevo líder del Tour de Francia en el Alpe D’

Foto: Carlos Sastre se une a los grandes tras vencer en el mítico Alpe D’ Huez
Carlos Sastre se une a los grandes tras vencer en el mítico Alpe D’ Huez

Carlos Sastre ha escrito su nombre en la historia tras convertirse en oro y en el nuevo líder del Tour de Francia en el Alpe D’ Huez. Pero no es coincidencia. Sastre lleva desde los ocho años educando a su bicicleta, con lecciones a sol y sombra, inculcándole los valores del esfuerzo, del heroísmo, porque son dos, son un equipo. Y Hoy, su vehículo predilecto y su mejor alumno, le ha ayudado a inmortalizarse en la mítica cima que sólo los grandes han podido conquistar. El primero en hacerlo fue el italiano Fausto Coppi (1952), también lo hicieron el español Federico Echave en 1987, el italiano Gianni Bugno en el 90’ y 91’, Marco Pantani en el 95’ y 97’, Lance Armstrong en el 2001 y 2004, Iban Mayo en el 2002 y ayer, en la visita número 26, la historia ha querido que sea él el que escribiese su nombre con letras de oro.

Y es que el Alpe D’ Huez es el doctorado de todo ciclista. Un puerto de 13,8 kilómetros, con 21 curvas de herradura, numeradas en sentido decreciente desde la base hasta la cima y en cuyos carteles se puede leer en orden cronológico el nombre de cada uno de los ganadores, en la que también estará su nombre, en la curva 17, junto al del holandés Joop Zoetemelk. Alpe D’ Huez es una etapa ideal para los mejores escaladores, en la que los ciclistas tienen plena libertad para expresar su clase y marcar las diferencias.

Sastre dejó el atletismo, la gimnasia deportiva y el fútbol para triunfar en el ciclismo. Comenzó a los ocho años como consecuencia de la formación de la Escuela de El Barroco, en Ávila. Todo comenzó como un simple juego, pero a medida que pasaron los años y Sastre fue creciendo, sus expectativas cambiaron. Su vida laboral comenzó en el equipo Once, donde tuvo que adaptarse a la categoría y aprender a ser un gregario para corredores como Laurent Jalabert o Abraham Olano. De ahí, recibió la oferta de Bjarne Riis para partir rumbo al CSC Tiscali, en donde tuvo que sacrificarse por ayudar a su amigo y compañero Tyler Hamilton. A partir de entonces su vida ha cambiado. Con 33 años de edad y 23 de trayectoria como ciclista, Carlos Sastre ha engordado su palmarés a base de tenacidad.

En 2003 terminó noveno en el Tour. En 2004 subió un escalón y terminó octavo. Ese mismo año concluyó sexto en la Vuelta. En el Tour de 2005 fue un puntal de su compañero Ivan Basso, quien terminó segundo detrás de Armstrong. Un mes después, terminó tercero en el podio de la Vuelta portando los galones de su equipo. En 2006 marcó hasta hoy su mejor registro en Francia con un cuarto puesto y otro dignísimo cuarto lugar en la Vuelta. Al año siguiente repitió la cuarta plaza en París y mejoró en la Vuelta al quedarse con un segundo lugar. Lo de sastre no es novedad, es el premio que se ha ganado tras años, días, horas, minutos y segundos de trabajo. Hoy tiene motivos para soñar. Hoy tiene la gloria al alcance de las manos. Alpe D’ Huez ha visto en vivo y en directo a un candidato que aspira a quedarse hasta el final con el maillot amarillo. Sastre está cerca de firmar el mejor año en el deporte español que se recuerda. Que así sea.

Carlos Sastre ha escrito su nombre en la historia tras convertirse en oro y en el nuevo líder del Tour de Francia en el Alpe D’ Huez. Pero no es coincidencia. Sastre lleva desde los ocho años educando a su bicicleta, con lecciones a sol y sombra, inculcándole los valores del esfuerzo, del heroísmo, porque son dos, son un equipo. Y Hoy, su vehículo predilecto y su mejor alumno, le ha ayudado a inmortalizarse en la mítica cima que sólo los grandes han podido conquistar. El primero en hacerlo fue el italiano Fausto Coppi (1952), también lo hicieron el español Federico Echave en 1987, el italiano Gianni Bugno en el 90’ y 91’, Marco Pantani en el 95’ y 97’, Lance Armstrong en el 2001 y 2004, Iban Mayo en el 2002 y ayer, en la visita número 26, la historia ha querido que sea él el que escribiese su nombre con letras de oro.

Marco Pantani Tour de Francia