Muere el ex campeón mundial de ajedrez Bobby Fischer

El ex campeón mundial de ajedrez Bobby Fischer ha muerto de una enfermedad sin especificar, según informa este viernes la radio nacional de Islandia. Fischer, que batió al ruso Boris Spassky en 1972 y se coronó campeón mundial, estaba considerado por algunos expertos en este deporte como el mejor jugador de todos los tiempos.

La radio islandesa citó a un portavoz de Fischer como fuente de la noticia. El ajedrecista, nacido en Estados Unidos en 1943, se estableció en Islandia en 2005 y luego se le concedió la nacionalidad islandesa. Se encontraba refugiado en el país nórdico después de tener que abandonar Japón por problemas con la justicia. Estos últimos meses ha vivido en Reykjavic, capital de Islandia, ciudad que albergó la partida más relevante de la historia del ajedrez. En ella, Fischer se enfrentó al soviético Spassky por el campeonato mundial. Fue en 1972, en plena Guerra Fría, y el triunfo se consideró en EE.UU. como un motivo de orgullo nacional, en una época de claro dominio ruso en la displina.

Después de esa partida, Fischer desapareció. Fue obligado a defender el título en 1975 frente al también soviético Karpov, quien se adjudicó el trono mundial por incomparecencia del norteamericano. La partida debía celebrarse en la capital filipina, Manila. Durante dos décadas pocos conocieron el paradero del genio de Chicago. En 1992, reapareció para jugar una partida contra Spassky en Bosnia-Herzegovina, en pleno conflicto de los Balcanes. El gobierno estadounidense le prohibió disputar el encuentro, y Fischer escupió sobre el documento. Por este motivo, la justicia de EE.UU. le persiguió, por lo que no volvió a pisar jamás suelo norteamericano.

Bobby Fischer fue un genio más allá de sus manías persecutorias y su psicosis permanente. Con un 180 de cociente intelectual, fue un niño tímido, un adolescente prodigio (campeón absoluto de ajedrez de EE.UU. con 14 años), y para muchos el mejor ajedrecista de la historia. Fue el Gran Maestro más joven de todos los tiempos, obteniendo el título con 15 años. Alrededor de su figura se han ido agrupando cada vez más románticos del ajedrez. Ha muerto en soledad y cercano a la indigencia. Toda su vida es digna de un genio. Como él mismo dijo una vez "cualquiera que entienda de ajedrez sabe que, salvo por el titulo, soy el campeón en todo. Ya hace mucho tiempo que soy el mejor". Nos deja un personaje enigmático, una persona que, en la vida, sólo supo jugar al ajedrez como nadie. Quizá el pecado de Fischer fue no intentar entender el mundo más allá de un tablero de ajedrez.