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El Atlético termina la primera vuelta en Champions
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El Atlético termina la primera vuelta en Champions

El Atlético se deshizo con sufrimiento de un Valencia en crisis desde la destitución de su anterior técnico, Quique Sánchez Flores, y que dobló la rodilla

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El Atlético termina la primera vuelta en Champions

El Atlético se deshizo con sufrimiento de un Valencia en crisis desde la destitución de su anterior técnico, Quique Sánchez Flores, y que dobló la rodilla en Madrid, a pesar de que en el segundo acto ofreció una imagen más que aceptable y mereció haber logrado las tablas. Sin embargo, el Atlético se comió al Valencia en el primer período. Lo amedrentó a base de coraje y buen juego a ráfagas y se hizo acreedor a marcharse al descanso con un marcador más amplio que el 1-0. El Valencia se presentó inicialmente como un grupo muy enfermo, desnaturalizado, irreconocible, muy lejos del conjunto temible que en otros tiempos se acercaba al Vicente Calderón.

El técnico Ronald Koeman ha tomado decisiones poco comprensibles y, en los tres meses que lleva al mando de la nave, aún no ha encontrado la solución a los numerosos problemas. Todo el mundo se sorprendió al ver a Javier Arizmendi, un viejo conocido, en la posición de lateral derecho. Un media punta estilista, cualidades totalmente opuestas a las que se requieren para ubicarse como lateral. Como tampoco parece asimilable que Joaquín actúe de nueve nato. Para colmo, le falló también al Valencia el cancerbero Hildebrand. El portero cometió un error garrafal en el minuto 26, al intentar atajar un balón bombeado dentro del área pequeña. Al alemán se le fue la bola, que quedó franca a pies de Agüero, quien marcó su octavo tanto en la liga.

En la segunda mitad, Koeman decidió dar la alternativa al nuevo fichaje, el argentino Ever Banega, y entrada al serbio Zigic, al que el club ha puesto el cartel de transferible en el mercado de invierno. El Atlético sintió el peligro y pasó por momentos de apuro. De hecho, Baraja pudo hacer el empate en los mejores momentos de los valencianistas y poco después Zigic estrelló un balón en el larguero de Christian Abbiati.

El duelo había pegado un viraje con la mejoría de los visitantes. Se equilibró y se tornó en vibrante, con alternativas en ambas porterías. Silva, que estrelló un balón en el poste izquierdo de Abiatti en una jugada en la que se reclamó penalti por posible mano de Antonio López. Definitivamente, el Atlético lo estaba pasando muy mal y se mascaba la igualada. Los dirigidos por el mexicano Javier Aguirre habían cedido la iniciativa a los visitantes, auténticos propietarios del esférico en la segunda mitad. La salida de Vicente a falta de diez minutos, le dio más capacidad ofensiva a los de Koeman, que ya eran dueños absolutos del envite. El Atlético ya sólo estaba preocupado por defender la renta y los minutos se le hacían eternos. Al final, lo logró, pero con el Calderón pidiendo la hora y con Abbiati como héroe de la noche.

Ficha técnica

1 - At. Madrid: Abbiati; Perea, Pablo, Eller, Antonio López; Maxi (Luis García m. 90) , Raúl García, Cleber Santana, Simao; Forlán (Reyes m. 71) y Agüero (Valera m. 92)

0 - Valencia: Hildebrand; Arizmendi; Helguera, Albiol, Moretti; Mata (Banega m. 46), Marchena, Baraja (Vicente m. 78), Silva, Montoro (Zigic m. 46) y Joaquín.

Goles: 1-0: m. 26, Kun Agüero aprovecha un fallo de Hildebrand

Arbitro: Alfonso Alvarez Izquierdo (Comité Catalán). Enseñó cartulina amarilla a Albiol, Marchena, Santana, Simao, Eller y Antonio López.

Incidencias: partido de la decimonovena jornada de Liga, última de la primera vuelta, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 45.000 espectadores. Presenció el partido desde el palco el seleccionador español, Luis Aragonés.

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El Atlético se deshizo con sufrimiento de un Valencia en crisis desde la destitución de su anterior técnico, Quique Sánchez Flores, y que dobló la rodilla en Madrid, a pesar de que en el segundo acto ofreció una imagen más que aceptable y mereció haber logrado las tablas. Sin embargo, el Atlético se comió al Valencia en el primer período. Lo amedrentó a base de coraje y buen juego a ráfagas y se hizo acreedor a marcharse al descanso con un marcador más amplio que el 1-0. El Valencia se presentó inicialmente como un grupo muy enfermo, desnaturalizado, irreconocible, muy lejos del conjunto temible que en otros tiempos se acercaba al Vicente Calderón.