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No hay cava catalán y sí Moet Chandon en el Bernabéu
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No hay cava catalán y sí Moet Chandon en el Bernabéu

La guerra es la guerra, ya se sabe, y en el fútbol, si se habla del Real Madrid y el Barcelona, los tiros elevados. Han pasado

Foto: No hay cava catalán y sí Moet Chandon en el Bernabéu
No hay cava catalán y sí Moet Chandon en el Bernabéu

La guerra es la guerra, ya se sabe, y en el fútbol, si se habla del Real Madrid y el Barcelona, los tiros elevados. Han pasado ya muchos años, décadas, desde que las implicaciones de ambos clubes en la vida política del país han marcado algunas de las páginas más notables de la historia de España. La animadversión del uno con el otro ha rozado en ocasiones la falta de diálogo, la ruptura de 'relaciones diplomáticas'. La identificación del club azulgrana con las aspiraciones políticas separatistas quedó mucho más subrayada desde la llegada de Joan Laporta a la presidencia. Y ya se sabe: acción, reacción. Como se recordará, hace ya un par de años que surgió, con fuerza además, una campaña para vetar la compra y el consumo de productos catalanes. Cuajó de aquella manera y ahora se diluye o toma fuerza al compás de los acontecimientos políticos en Cataluña o las puntuales manifestaciones públicas de los Carod Rovira y compañía.

Pues bien, el Real Madrid no se deja llevar por la corriente y ha decidido no comprar cava catalán, y eso que cada día de partido se descorchan cientos de botellas de vino espumoso blanco o rosado. Pero no, no es cava. En el Bernabéu no hay cava catalán. Las despensas del estadio blanco están llenas de Moet Chandon, francés de pura cepa. El asunto llamó la atención poderosamente el pasado sábado en el palco principal del Bernabéu. Una vez que finalizó el partido entre la selección española y la de Suecia y que el conjunto de Luis certificó su pase a la Eurocopa de 2008, Ramón Calderón saltó al ruedo. El presidente del Real Madrid no pierde una oportunidad para hacerse una foto con los más 'pintones' y hacerles la 'rosca' al máximo. Allí que detuvo el paso a todos los invitados, unas 200 personas de largos apellidos e importantes puestos de trabajo. La excusa fue celebrar con todos ellos, el éxito del fútbol español. Y allí que aparecieron camareros y camareros, como salidos de una película del Hollywood de los años 30... Y venga a descorchar botellas de Moet Chandon. Decena y decenas. Alguno de los directivos de la Federación Española llegó a preguntar cómo tratándose de una celebración del fútbol español no había champán de la tierra. Se le dio la callada por respuesta y un guiño.

La guerra es la guerra, ya se sabe, y en el fútbol, si se habla del Real Madrid y el Barcelona, los tiros elevados. Han pasado ya muchos años, décadas, desde que las implicaciones de ambos clubes en la vida política del país han marcado algunas de las páginas más notables de la historia de España. La animadversión del uno con el otro ha rozado en ocasiones la falta de diálogo, la ruptura de 'relaciones diplomáticas'. La identificación del club azulgrana con las aspiraciones políticas separatistas quedó mucho más subrayada desde la llegada de Joan Laporta a la presidencia. Y ya se sabe: acción, reacción. Como se recordará, hace ya un par de años que surgió, con fuerza además, una campaña para vetar la compra y el consumo de productos catalanes. Cuajó de aquella manera y ahora se diluye o toma fuerza al compás de los acontecimientos políticos en Cataluña o las puntuales manifestaciones públicas de los Carod Rovira y compañía.