El Madrid compra las croquetas 'más caras' del mundo

Los empleados del Real Madrid, los que llevan en la casa muchos años, están que se suben por las paredes por muchas cosas. Una de ellas es por las cuentas que el club factura en canapés, eso que se llama catering. No dan crédito. O el club está pagando el jamón de york, la ensaladilla y la tortilla de patata a precio de platino o alguien está haciendo algo que no debería. El asunto es que desde que entró la actual directiva del Real Madrid, el capítulo de gastos por catering en los partidos de fútbol oficiales se ha multiplicado progresivamente hasta cifras que enrojecerían al más descastado.

¿Birli birloque? Hablamos de un aumento en la facturación de miles de euros al final de la pasada temporada. Curiosamente, la casa que surte al Real Madrid afirma que la cantidad de productos que sirve en cada velada no ha variado sensiblemente y que desde hace muchos años es prácticamente la misma. ¿Qué es lo que está pasando entonces? En la asamblea de socios del pasado domingo 16 de septiembre, evidentemente nada se dijo acerca del precio de las croquetas o el chorizo picante de salamanca. ¿En qué capítulo se puede ver entonces el incremento que ha sufrido el catering? ¿Tal vez en el que hace mención a "gastos de operaciones"? ¿En el de gastos de aprovisionamiento? ¿En el acreedores por compras o prestaciones de servicios?

Cada vez es más grande la convicción de esos empleados veteranos del club de que en este Madrid hay gente que no está jugando limpio y que se está sirviendo del club. No corren buenos tiempos en este sentido, la indignación de muchos está a punto de rebosar. Como se recordará, Ramón Calderón afirmó (bien es cierto que ante los escasos socios compromisarios que acudieron a escuchar su perorata) con esa voz suya de no haber roto un plato, que nadie iba a poder pillarl a sus directivos y a él, porque "no hemos venido a servirnos del Madrid". O empieza a limpiar todas las huellas que están dejando o cuando vayan los del C.S.I. (Calderón Sal Inmediatamente), que terminarán acudiendo a recoger las pruebas, no van a necesitar ni una lupa de aumento. Les bastará con un simple vistazo para comprobar un montón de cosas.