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Caparrós investigó el árbol genealógico del catalán Lopo
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Caparrós investigó el árbol genealógico del catalán Lopo

Caparrós ya se ha dado cuenta de los límites que conlleva entrenar al Athletic. El principal, el que más reduce las opciones competitivas, es no poder

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Caparrós investigó el árbol genealógico del catalán Lopo

Caparrós ya se ha dado cuenta de los límites que conlleva entrenar al Athletic. El principal, el que más reduce las opciones competitivas, es no poder elegir jugadores. Las fronteras y la tradición inquebrantable del club vasco obligan a ‘comerse’ lo que hay. Pero Caparrós, perro viejo, ha intentado colarse por un resquicio, motivo siempre de debate entre los seguidores vizcaínos: ¿Se pueden fichar jugadores no nacidos en el País Vasco, ni criados en Lezama, si tienen antepasados vascos? Los más puristas del Athletic se niegan. Refugiándose en esa duda, el nuevo técnico intentó hacer un fichaje bomba. Hace algo más de quince días. Caparrós telefoneó al defensa catalán del Deportivo, Albert Lopo.

La conversación fue más o menos esta:
Caparrós: Alberto, soy Caparrós, ¿cómo estás?
Albert: Bien mister, ¿qué tal por ahí?
C: Todo bien. Oye, te quería comentar una cosa.
A: Dígame.
C: ¿Tú podrías mirar a ver si tienes algún antepasado vasco en tu familia? Me gustaría que jugases en el Athletic y es la única opción. Lo puedes mirar.
A: Creo que no. Es imposible. Lopo creo que es catalán y el segundo apellido es García.
C: Bueno, aquí estamos interesados, pero ya sabes que no podemos fichar…

Más o menos esta fue la conversación. Lopo fue titular indiscutible con Caparrós en el Deportivo y el entrenador quería formar con él y con Aitor Ocio, al que, por cierto, Caparrós no daba ni bola en el Sevilla, una pareja de centrales infranqueable, del tipo Alfaro-Javi Navarro en su época sevillista.

Lopo sabía desde el principio que el tema era imposible. Además, el Deportivo rechazó este verano una oferta del Zaragoza de 7 millones de euros. Así que, Caparrós se quedó sin su fichaje estrella, aún intentando remover el árbol genealógico del catalán. Lo curioso que es días antes de la llamada, Lopo le había pegado un palito a Caparrós: “El cambio (refiriéndose a Lotina) ha sido bueno: Hay más balón y el equipo lo está notando”.

No se sabe si la arriesgada maniobra del entrenador del Athletic contaba con el visto bueno del presidente García Macua, que en su campaña electoral había proclamado en varios foros que el Athletic no se dedicaría a buscar jugadores por sus antepasados vascos.

Antes que Lopo, el Athletic se planteó fichajes como el de Jorge López, natural de Logroño y abuelo de Sestao; Kepa, con tíos y primos en el País Vasco; y la temporada pasada se habló incluso de Higuaín, nacido en la Bretaña francesa (Brest) y con posibles antepasados vascos por su apellido.

Caparrós ya se ha dado cuenta de los límites que conlleva entrenar al Athletic. El principal, el que más reduce las opciones competitivas, es no poder elegir jugadores. Las fronteras y la tradición inquebrantable del club vasco obligan a ‘comerse’ lo que hay. Pero Caparrós, perro viejo, ha intentado colarse por un resquicio, motivo siempre de debate entre los seguidores vizcaínos: ¿Se pueden fichar jugadores no nacidos en el País Vasco, ni criados en Lezama, si tienen antepasados vascos? Los más puristas del Athletic se niegan. Refugiándose en esa duda, el nuevo técnico intentó hacer un fichaje bomba. Hace algo más de quince días. Caparrós telefoneó al defensa catalán del Deportivo, Albert Lopo.

Joaquín Caparrós