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Nervios, pegamento y vómitos
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BAMBALINAS, TODO LO QUE NO FUE RETRANSMITIDO

Nervios, pegamento y vómitos

Hay que hacer caso a las señales. 1) Lo primero que se ve al llegar al hotel/auditorio de los Goya es un enorme descampado. ¿Será una

Foto: Nervios, pegamento y vómitos
Nervios, pegamento y vómitos

Hay que hacer caso a las señales. 1) Lo primero que se ve al llegar al hotel/auditorio de los Goya es un enorme descampado. ¿Será una gala marcada por el realismo social? 2) Visita a los baños tras conseguir la acreditación. Hay posters de una “Convención de Bachata en Benidorm” (en serio, no es coña). Parece que el hotel Auditorium albergó el fin de semana un sarao de amigos de la bachata, aunque el verdadero mambo tropical será comprobar si habrá ceremonia explosiva ¿Se abrirán los cielos si alguien menta a Rajoy? ¿Desaparecerá la civilización occidental tal y como la conocemos?

Mientras amenizamos la espera, el Twitter echa chispas: “¿Qué haría ‘más daño’ al cine español, un discurso en contra de los recortes y la subida del IVA o que salga Resines rapeando?”, escribe un periodista.  

Comienza la guardia a pie de alfombra roja a la caza de palabras, gestos… y rojos. Maribel Verdú intenta quitar hierro a la polémica, pero queda claro que el cuerpo le pide mambo: “Cada uno debe hacer en la gala lo que quiera y le pida el cuerpo”. ¡Cielos! ¿Todo lo que nos pida el cuerpo? ¿Congas? ¿Bacanales romanas? ¿Política? Verdú remata: “No será una noche fácil para el ministro”. Comentario que se convertiría en una profecía autocumplida cuando la actriz recoja su galardón, pero no nos adelantemos.

Sin ningún género de dudas fue el joven y desbordado Álex Monner, aspirante al Goya al actor revelación, el que dio la señal definitiva de que el apocalipsis estaba a punto de ocurrir: “Llevo vomitando desde ayer”aseguró al borde del desplome sobre la alfombra roja. Esos nervios.

No se ha llegado a mitad de la ceremonia y los periodistas ya están llamando a las redacciones para fijar el enfoque. No hay discusión posible: “Gala reivindicativa”.

Los políticos también pisaron la moqueta. Susana de la Sierra, directora del Instituto de la Cinematografía, entró en el edificio “como si hubiera un incendio”, en afortunadas palabras de un periodista. Es decir, rápido y con cara de susto. Se mascaba la tragedia...

El ministro Wert, por su parte, franqueó la puerta rozando el último minuto. “Noche de nervios para los que esperan ganar un Goya, al resto nos toca disfrutar”, dijo con cara de estar a punto de matar a alguien. Y arrancó la gala…

Enrique González Macho, presidente de la Academia de Cine. “No es de recibo que tengamos el IVA cultural más alto de Europa”. El público le interrumpe con aplausos mientras Wert consulta su móvil con la cabeza gacha. Y Macho era el que se había pasado toda la semana pidiendo calma al rojerío…

Se suceden los discursos con referencias a la crisis, a los sobres y a los recortes, pero es Candela Peña la que saca su lado más visceral. “He visto morir a mi padre en un hospital público donde no había mantas para taparlo”.  Carreras para ver lo que dice entre bambalinas. “¿Preparado? ¿Estás de broma? No lo tenía preparado ni de coña, sino hubiera dado las gracias al director o a alguien”.

No se ha llegado a mitad de la ceremonia y los periodistas ya están llamando a las redacciones para fijar el enfoque. No hay discusión posible: “Gala reivindicativa”. Se agradece cuando te facilitan el trabajo, vaya.

Sucedió hace un año en los Premios Forqué. El ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, se dirigió al mundo del cine con un emotivo: “Soy uno de los vuestros”. Doce meses después, quizás se quedó con ganas de volver a subir al escenario para citar al controlador aéreo de Aterriza como puedas: “Elegí un mal día para dejar de oler pegamento”.

La pregunta no era si alguien la iba a liar, sino más bien si alguien se iba a quedar con la boquita cerrada. Mambo tropical. De Madrid a Benidorm.

Hay que hacer caso a las señales. 1) Lo primero que se ve al llegar al hotel/auditorio de los Goya es un enorme descampado. ¿Será una gala marcada por el realismo social? 2) Visita a los baños tras conseguir la acreditación. Hay posters de una “Convención de Bachata en Benidorm” (en serio, no es coña). Parece que el hotel Auditorium albergó el fin de semana un sarao de amigos de la bachata, aunque el verdadero mambo tropical será comprobar si habrá ceremonia explosiva ¿Se abrirán los cielos si alguien menta a Rajoy? ¿Desaparecerá la civilización occidental tal y como la conocemos?