¿Quién es Mikey Madison, la actriz que ha ganado el Oscar a Mejor Actriz?

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La actriz Mikey Madison (Los Ángeles, 1999) ha logrado lo que le parecía algo inalcanzable hace unos años: ganar el Oscar a Mejor actriz por su interpretación en Anora, la película de Sean Baker que se ha convertido en la gran triunfadora de estos premios. Sin embargo, era algo que estaba casi cantado según las encuestas: la estadounidense iba a a ser la gran beneficiada de la caída en desgracia de Karla Sofía Gascón. Y así ha sucedido.

Su ascenso en Hollywood ha sido meteórico, pero su historia en la industria comenzó mucho antes de su papel de Ani, por el que también fue reconocida con el Premio BAFTA. Desde luego, no ha salido de la nada ni se ha encontrado el Oscar por casualidad.

Hay algunas curiosidades en su joven biografía. Nacida como Mikaela Madison Rosberg, es de origen judío y fue educada en casa para poder pasar más tiempo en un establo en afueras de Los Ángeles. Toda su vida giró en torno a la equitación competitiva hasta que, a los 14 años, decidió que “ansiaba algún tipo de conexión más profunda con la gente” y comenzó a dedicarse a la actuación. Así lo relataba una semblanza en el Washington Post publicada el pasado mes de octubre.

Uno de los primeros papeles fuertecitos fue el de Susan Atkins, la fiel grupie de Charles Manson que se acabó convirtiendo también en una asesina, en la cinta de Quentin Tarantino Érase una vez en Hollywood. Era 2019 y Madison, que entonces solo tenía 20 años, empezaba a formar parte de una nueva pandilla de actores y actrices que se iban a comer los estudios de cine. En la película de Tarantino también aparecen Sydney Sweeney, Austin Butler y Margaret Qualley. Un pedazo de ojo clínico el del director estadounidense.

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Al cine de autor unió también el comercial con la quinta saga de Scream, lo que hizo que su presencia en la industria se asentara. Pero, obviamente, faltaba algún título más de peso que llegó con Anora, una película que ya ganó la Palma de Oro en Cannes y que en los últimos meses hizo un trabajo de hormiguita -y de campaña en campaña- para convertirse en la gran favorita de los Oscar. Nunca sabremos qué hubiera ocurrido sin los tuits de Gascón.

Madison fue elegida para el papel de Ani, una trabajadora sexual de Brooklyn que se casa con el hijo de un oligarca ruso al que ve como vía de escape para salir de su agujero marginal, porque Baker vio precisamente Scream y Érase una vez en Hollywood y alucinó con ella. Entre bailes erotico-festivos, una cómica pelea con matones rusos, una búsqueda insensata por la ciudad y un final que es de todo menos dulce, la actriz fue dejando su huella en la película dando la razón al director. Nunca será la Julia Roberts de Pretty Woman, pero por este papel de prostituta que busca príncipe azul desteñido sí se ha llevado el Oscar que Roberts no alcanzó hasta el papel de la heroína Erin Brokovich. Así es ahora Hollywood también.

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Para interpretar a Ani, Madison tuvo que aprender algo de ruso, perfeccionó el acento de Brighton Beach -el pobre barrio neoyorkino en el que se cría el personaje- y pasó horas entrenando para las escenas de baile. Según publicó el WP, el director Sean Baker hizo que casi se transmutara en la bailarina erótica con una escena casi real: llenó el Teatro Rosewood de Nueva York con bailarinas reales y actores estrictamente seleccionados a los que se les dio instrucciones de actuar como clientes reales. Entonces, Madison tuvo que abrirse paso por la sala e ir presentándose con un “Hola, soy Ani” mientras competía con otras “chicas” desnudas con la esperanza de conseguir clientes. "No tenía idea de adónde me llevaría una escena. Simplemente estaba eligiendo a un chico o haciendo un baile erótico viendo qué podía lograr", dijo la actriz al WP. Con el tiempo, añadió “ me sentí casi demasiado cómoda” caminando desnuda por el club, o haciendo twerking en tanga y soplando burbujas con un chicle.

Al recoger el Oscar, la actriz ha aprovechado su visibilidad para defender a la comunidad de trabajadoras sexuales, dedicando parte de su discurso de aceptación a reivindicar respeto y dignidad para ellas. Ya lo había dicho en todas las entrevistas que hizo para promocionar el filme: “He hecho muchas amigas increíbles que son trabajadoras sexuales, y lo que más quiero es que se sientan protegidas, vistas y reconocidas”.