¿Las secuelas nunca fueron buenas? Las dos películas que superaron en los Oscar a sus originales

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Seguro que muchas veces habéis oído eso de que "segundas partes nunca fueron buenas", sobre todo cuando se está hablando de cine. Y puede que en gran parte de los casos haya bastante razón en este dicho o que, al menos por norma general, las secuelas no lleguen del todo al nivel de sus predecesoras. Pero siempre hay excepciones, claro, y todos estos años de cine no solo han dado muchas segundas partes malas, sino también algunas realmente buenas y memorables.

De hecho, este año es la primera vez en la historia que hay dos secuelas nominadas en la categoría de mejor película en la misma edición de los Premios Oscar. Se trata de Top Gun: Maverick y Avatar: el sentido del agua, que suman 6 y 4 nominaciones, respectivamente, si también se cuentan los otros premios a los que aspiran en la ceremonia que tendrá lugar este 12 de marzo.

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Anteriormente, no obstante, ya ha habido un par de casos en los que la Academia de Hollywood otorgó más premios Oscar a las secuelas que a sus originales, propuestas que ya habían sido también muy bien valoradas. Con el paso del tiempo se han convertido en auténticos referentes en sus respectivos géneros, que tienen el honor de ser las dos únicas secuelas que han ganado el Oscar a mejor película.

El padrino: parte II

Cuando surge el debate sobre la supuesta falta de calidad generalizada de las segundas partes, lo más normal es que alguien mencione rápido esta película para señalar la excepción más notable a esa regla. La primera película de El padrino, un extraordinario retrato de una familia de la mafia italoamericana en Nueva York, había dejado el listón muy alto, ya que a día de hoy sigue siendo considerada una de las mejores películas de la historia, si no la mejor. Aquella primera parte ganó en su día 3 Oscar, aunque Marlon Brando rechazó el suyo como mejor actor en apoyo a los pueblos indígenas, pero esa ya es otra historia.

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Dos años más tarde, en la gala de 1975, El padrino: parte II se hizo con el doble de estatuillas, y se llevó 6 Oscar de los 11 a los que optaba. Ambas ganaron el de mejor película, toda una proeza ya que es la única vez en la historia de los Oscar que tanto una primera como una segunda parte de una saga se llevan el galardón más importante. Además, El padrino: parte II le valió a Francis Ford Coppola su primer Oscar como director (aunque ya tenía un par como guionista por Patton y la anterior de El padrino), y el primero para Robert De Niro, que fue reconocido como mejor actor de reparto por su inolvidable papel como el joven Vito Corleone.

Una década y media más tarde, El padrino: parte III no tuvo tanta fortuna, ya que no fue tan bien recibida como sus dos predecesoras y, aunque fue nominada a 7 Oscar, acabó yéndose de vacío.

El Señor de los Anillos: el retorno del Rey

En este caso no hablamos de una segunda parte, sino de una tercera. La primera película de la trilogía, El Señor de los Anillos: la Comunidad del Anillo, se llevó 4 de los 11 Oscar a los que estaba nominada, aunque solo ganó en categorías técnicas y musicales. La segunda, El Señor de los Anillos: las dos torres, se hizo con 2 de 6 (efectos visuales y edición de sonido).

La tercera y última de la trilogía, El Señor de los Anillos: el retorno del Rey, sumó bastante más que las dos anteriores juntas, ya que recogió los 11 Oscar a los que fue nominada en la edición de 2004. Fue la única de las tres que se alzó con el galardón en categorías como mejor película, mejor director y mejor guion adaptado. Además, acabó erigiéndose como la película que más Oscar ha ganado en toda la historia, empatada con Ben-Hur y Titanic. Y otro dato curioso: junto con las originales de Star Wars, es la única trilogía en la que las tres películas se han llevado el Oscar a mejores efectos visuales.

En cualquier caso, y aunque muchos están de acuerdo en considerar que El retorno del Rey es la mejor de las tres, lo cierto es que fueron creadas como tres partes de una misma obra, y al reconocer esta última la Academia realmente estaba honrando a la trilogía en su conjunto, y mostrando su respeto a lo que Peter Jackson y su equipo habían logrado. Fue un punto de inflexión muy importante en la historia del cine, en el que la Academia y los críticos reconocieron que una obra de fantasía era la mejor de su época, porque a un género como este no siempre se le ha tratado como merece en este tipo de premios.