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Una gala horripilante para unas películas insólitamente buenas
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Premios Goya 2020

Una gala horripilante para unas películas insólitamente buenas

Entre los patrocinadores del 'photocall', estaba una marca de cápsulas de café, que son a la ecología lo que el tifus al buen color de cara

Foto: Gala de entrega de los Premios Goya 2020. (EFE)
Gala de entrega de los Premios Goya 2020. (EFE)

Han sido los premios Goya del consumo responsable: lo anunciaron a bombo y platillo. Los Goyas verdes, con no sé qué certificado y todo que le dieron a una gala que al mismo tiempo se anunciaba como "la más grande de la historia". Me lo expliquen. Para que se celebrase, dejaron irreconocible el palacio Martín Carpena de Málaga, pero luego con el material harán nidos para tortugas marinas, o algo.

Por cierto que, entre los patrocinadores del 'photocall', estaba una marca de cápsulas de café, que son a la ecología lo que el tifus al buen color de cara. Pero los más comprometidos, como siempre, los actores y actrices de la Gran Familia del Cine Español (en adelante, y siguiendo la nomenclatura del genial Josep Lluis Fecé, GFCE). El premio al mejor documental lo dio una espontánea falsa que subió en pelotas y con pegatinas ecologistas para que luego Facebook no quitara las fotos.

Entre los patrocinadores del 'photocall', estaba una marca de cápsulas de café, que son a la ecología lo que el tifus al buen color de cara

En la alfombra roja se veía pasar a los miembros de la GFCE con esmóquines reciclados y vestidos repetidos. No lo sé porque me apunte lo que llevan otros años: quienes optaron por esto no lo dejaban sin decir. Se deshacían en elogios hacia sí mismos por usar dos veces la misma prenda. La diferencia entre quien repite modelito porque no tiene dinero y quien lo hace aunque le sobra la pasta es esa. Los ricos alardean hasta de llevarse comida en un táper.

Mientras el reportero iba diciendo que la moda es la segunda industria más contaminante después del petróleo, pero que la GFCE está toda supercomprometida con esto, y con todo, una de las invitadas le dijo que su vestido lo había sacado de los armarios de colección histórica de Adolfo Domínguez, y no veas cómo iba de guapa. Así recicla cualquiera. El "no a la guerra" de esta temporada les sienta de muerte.

Lo primero que vimos en la gala fue a Jesús Vidal, el de 'Campeones', que seguía dando las gracias por el Goya desde el año pasado. El único buen chiste

Lo primero que vimos en la gala fue a Jesús Vidal, el de 'Campeones', que seguía dando las gracias por el Goya desde el año pasado. Buen chiste. El único buen chiste, por cierto. Luego empezó un número musical al estilo de 'La parodia nacional', ¿os acordáis de aquel programa o fuisteis a terapia para superarlo?, que elevó el célebre rap de Resines a dodecafonía. Yo en este momento me quería morir porque aquello parecía un festival de fin de curso de instituto. No sé cuánto cobran Andreu Buenafuente y Silvia Abril, pero no les pagan suficiente para esto. Los buenos matrimonios están juntos también en la adversidad.


Pero no era todo malo. Las películas de esta cosecha han sido entre buenas y muy buenas. No todas, pero muchas. Es el primer año de la historia del cine español en que las cinco candidatas a mejor película son excelentes. Me emocionó 'Dolor y gloria' pero me asombró 'Lo que arde', la historia de un pirómano gallego que vuelve de la cárcel y se queda en la aldea con su madre. Benedicta Sánchez, la coprotagonista, es una 'ancianísima' de aldea gallega que se llevó el primer Goya de la noche por la primera película de su vida. Se me pasó el disgusto de los bailes.

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Silvia Abril y Andreu Buenafuente en un momento de la gala.

Subiendo la escalera, Benedicta se metió el 'pañuelico' en la manga de la camisa y, una vez en el escenario, abrazó el Goya como si fuera su hijo, lo devolvió a las que se lo habían dado porque pesa un quintal y lanzó una diatriba tímida y adorable, desordenada, que remató con un "¿me puedo ir ya?". A continuación pidió a sus nietos que hagan el favor de ir a ver a su yaya, que los quiere mucho, y yo me quedé pensando que en España no hay nadie más ecologista que las abuelas, que consumen poquísimo y además lo aprovechan todo.

Respecto a Marisol, ella fue la más elegante de la noche y no sé si repetía vestido: hace falta tener estilazo para no acudir a recoger tu Goya de honor

Luego la cosa fue tirando para lo convencional: iban dando premios, repartiditos, mientras la GFCE se aplaudía a sí misma. Los chistes y gags que los guionistas obligaban a soltar al matrimonio Buenafuente-Abril solo los reían los mejores actores, lo cual es ya una tradición sagrada, y en este sentido las interpretaciones más brillantes de la gala fueron las de Antonio de la Torre y Antonio Banderas, que se descojonaban.

placeholder Pedro Almodóvar y Antonio Banderas.
Pedro Almodóvar y Antonio Banderas.

Hubo menos mítines que otros años, cosa que siempre se agradece, aunque los hubo, porque la GFCE los necesita como el aire. Hubo también menos desdoblamiento de género en los agradecimientos, y creo que se habló en todas las lenguas oficiales del Estado salvo el asturiano, que queda para otro año. A ver si un día deja de ser esto una novedad llamativa. En este sentido, el cine español se ha puesto las pilas antes que el resto de la sociedad, y particularmente que la política. Algunas de las mejores producciones de los últimos años, y no digo nuestras porque son de sus creadores, suenan en idiomas diferentes del castellano.

Hubo también muchas 'coñitas' sobre la tecnología y hasta una parodia de los ciclistas de Glovo, pero en cuanto a reciclaje, que era lo que se promocionaba como 'leit motiv', los únicos casos fueron el de Jorge Sanz, el actor que mejor se ha escapado de un contenedor con aquella serie fabulosa y autoparódica, y el de Amaia de OT, que cantó reciclando a Marisol. Donde esté la original (¿dónde está?)... Pero no. Amaia estuvo grade y una nana a estas horas se agradecía. Respecto a la Marisol original, ella fue la más elegante de la noche y no sé si repetía vestido: hace falta tener estilazo para no acudir a recoger tu Goya de honor.

Han sido los premios Goya del consumo responsable: lo anunciaron a bombo y platillo. Los Goyas verdes, con no sé qué certificado y todo que le dieron a una gala que al mismo tiempo se anunciaba como "la más grande de la historia". Me lo expliquen. Para que se celebrase, dejaron irreconocible el palacio Martín Carpena de Málaga, pero luego con el material harán nidos para tortugas marinas, o algo.

Andreu Buenafuente
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