Unos Goya con muy pocas estrellas y mucha política

Ni rastro de Penélope Cruz, Javier Bardem, Almodóvar o las estrellas internacionales que de vez en cuando se pasean por las nominaciones a los Goya. Por no haber, no hay ni rastro del Ministro de Cultura. Pocas personalidades en un año en el que la política ha fagocitado todo. Se ha hablado más del IVA, de las subvenciones, de los recortes, que de las películas nominadas que esta noche lucharán por los premios del cine español. Éstas serán las claves de la ceremonia.

Ambiente caldeado ¿o no?

Hace un mes todos preveían una gala muy reivindicativa contra el Gobierno. Ya se ha cumplido un año con el IVA cultural al 21%. Las subvenciones del fondo de cinematografía seguían sin pagarse y el cine español veía cómo las salas agonizaban. Muchos frentes que reivindicar y muchas ganas de hacerlo.

Sin embargo, el Gobierno se ha encargado en las dos últimas semanas de ir limando la tensión con promesas y anuncios para calmar los ánimos. Repasemos. Hace dos semanas tuvo lugar la ansiada reunión entre los productores de cine y Montoro, que se comprometió a estudiar la petición del 30% de desgravación en la producción que pide el sector.

Segundo asalto, el mismo Montoro declara hace cinco días que estudia una reducción del IVA cultural al 10%, algo que confirma poco después el Secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle. Poco a poco las peticiones del sector se van escuchando y, misteriosamente, todos los anuncios se producen antes de la ceremonia de los Goya.

Tercer asalto, el viernes el BOE anunció subvenciones al cine español por valor de 22,5 millones de euros (dinero que el Estado tenía comprometido con la industria).

Pese a estos intentos de firmar la paz el ministro Wert sorprendió a todos anunciando, a tres días de la gala, que no podría acudir por un compromiso previo, del que parecía no haberse acordado hasta entonces. Estupor e indignación en el mundo del cine. "Actuar de manera cobarde, trae consecuencias", espetó Fernando Franco, director de La herida. Un aviso de lo que puede pasar esta noche.

Un novato con ganas de guerra

Las nominaciones dieron por favorito a Daniel Sánchez Arévalo y La gran familia española, que copó 11 menciones. Pero esa lista quizás no sea muy fiable este año. Fernando Franco y La herida tienen 6 nominaciones. Al ser una ópera prima, el director no opta a la categoría de mejor director, por lo que todos obviaron el potencial de uno de los filmes españoles mejor recibidos por la crítica en 2013. Este año todo puede pasar.

Los premios que se han entregado hasta ahora (Forqué, Feroz) han obviado al filme de Sánchez Arévalo y galardonado a los de David Trueba (Vivir es fácil con los ojos cerrados) y Fernando Franco.

A favor de La herida están los precedentes de Jaime Rosales y Achero Mañas con La soledad y El bola, dos filmes pequeños que dieron la sorpresa en un año sin un claro favorito.

Vivir es fácil con los ojos cerrados tiene a su favor situarse en el término medio entre la propuesta autoral de Fernando Franco y la propuesta más comercial del filme de Sánchez Arévalo.

¿Quién se quitará la etiqueta de perdedor?

Todos los nominados a mejor director ya tienen experiencia en estas lides. Especialmente en lo que a perder se refiere. Gracia Querejeta ha optado al premio a la Mejor película y a la Mejor realización por dos de sus filmes, y en ambas ocasiones fue derrotada.

David Trueba es otro de los directores españoles que suele ver su trabajo reconocido con nominaciones, pero pocas veces los premios caen de su lado. Con su ópera prima perdió las dos nominaciones a las que optaba (director novel y guion) mientras que con Soldados de Salamina se fue a casa de vacío (la película solo logró el premio a la Mejor fotografía).

Por su parte Manuel Martín Cuenca siempre había visto como la Academia pasaba por alto su trabajo. Fue candidato al premio al mejor guion adaptado por La flaqueza del bolchevique, pero desde entonces no había vuelto a estar presente en estos premios.

Por último, Daniel Sánchez Arévalo ha tenido una relación agridulce con los Goya. Con su primer filme se llevó el premio a la Mejor dirección novel, pero desde entonces ha perdido un premio al mejor guion por Gordos, y fue ignorado por Primos.

Uno de ellos abandonará la categoría de perdedor, o de eterno nominado, para irse a casa con un premio al Mejor director.

Los Goya contra la taquilla

Año 2012, la película más taquillera entre las nominadas, La piel que habito, superaba los 700.000 espectadores. Año 2013, Lo Imposible supera los 6.000.000 de entradas vendidas. Año 2014: La gran familia española no llega a 500.000.

Los datos del paso por las salas de los filmes finalistas al Goya a la mejor película son la mejor muestra del horrible año que ha sufrido el cine español. Los espectadores han dado la espalda a nuestro cine. Con la excepción de 3 bodas de más, que ya roza el millón de espectadores, aunque no opte al premio gordo de la noche.

Más preocupante es que entre las otras cuatro nominadas a mejor película sólo sumen 200.000 espectadores. Es decir, las mejores películas españolas del año no han sido vistas por su público. La herida supera por poco los 13.000 espectadores. Caníbal, los 19.000. Vivir es fácil con los ojos cerrados no llega a los 90.000 espectadores, y el filme de Gracia Querejeta, 15 años y un día se queda en 65.000. La desconexión del cine español premiable con su público es evidente.