El Hollywood cañí se forra: así se fraguó el éxito de 'Lo imposible'
Lo imposible hizo posible lo imposible. La película de Juan Antonio Bayona, que el domingo aspira a ganar 14 Goyas, superó ayer la barrera
Lo imposible hizo posible lo imposible. La película de Juan Antonio Bayona, que el domingo aspira a ganar 14 Goyas, superó ayer la barrera de los 150 millones de dólares de recaudación mundial (ya está en 154, 6 millones). Para hacernos una idea de la brutalidad del dato en el contexto del cine español, basta con compararlo con este otro: los 39,28 millones de euros del Fondo Nacional de Cinematografía para 2013 (52 millones de dólares al cambio). Es decir: Lo imposible ha recaudado ya tres veces más que todas las ayudas públicas al cine español para los siguientes doce meses. Lo nunca visto, en efecto, aunque esta cifra inverosímil no haya surgido por azar. Detrás de los 150 millones de dólares se esconde una meditada campaña de lanzamiento internacional.
Varios factores explican el triunfo de esta cinta rodada en inglés pero 100% española. El filme, una producción de Apache en colaboración con Telecinco Cinema y Summit, costó 30 millones de euros, diez veces más que el filme español medio. ¿Mucho? En realidad poquísimo si, como lograron los productores de Lo imposible, logras amortizar todo el presupuesto antes del estreno con ventas internacionales.
El modelo de negocio condenado a triunfar
La fórmula de Apache ha funcionado como un cohete en el caso de BayonaEn pleno cerrojazo del crédito en España, Apache ha producido tres cintas (Intruders, Lo imposible y Open Windows) de tres de los pesos pesados del nuevo cine español (Fresnadillo, Bayona y Vigalondo) y los ha dotado de estrellas internacionales (Clive Owen, Elijah Wood, Naomi Watts y Ewan McGregor). ¿El truco? Diversificar las fuentes de financiación (televisiones, socios, distribuidoras internacionales) y vender por adelantado.
La fórmula hollywoodiense de Apache, que también produce filmes de bajo presupuesto y productos televisivos, ha funcionado como un cohete en el caso de Bayona. La cinta empezó batiendo todos los récords en España. Se benefició de una intensa campaña de marketing impulsada por la locomotora de Telecinco y del tirón popular de Bayona tras su triunfal debut comercial con El orfanato (2007). Lo imposible recaudó en España 41,2 millones de euros, un 38% del total del cine español en 2012. “Tenemos que sacudirnos los complejos. En España no falta el talento. Lo que falta es creernos que podemos ser una industria”, ha afirmado Belén Atienza, productora de Lo imposible.
Pero si el triunfo local era esperable hasta cierto punto (aunque no de un modo tan aplastante), la carrera internacional era otro cantar. Apache puso Lo imposible en manos de Summit Entertainment, encargada de gestionar las ventas internacionales y los derechos de exhibición en EEUU. Experiencia no les faltaba: Summit está detrás del pelotazo multimillonaria de la saga Crepúsculo. Lo imposible se vendió a casi todo el globo (a excepción de Japón, que aún no estaba para catástrofes tras el tsunami nuclear de 2011) y en muchos países ha ido bien o muy bien.
El analista de taquillas Pau Brunet, autor de la página de referencia http://boxoffice.es, cree que Lo imposible podría acabar superando la barrera de los 170 millones de dólares, quedándose así como la segunda cinta española más taquillera de todos los tiempos tras Los otros (Alejandro Amenábar, 2001).
Aunque en EEUU Lo imposible no ha podido acercarse a las cifras de Los otros (16,6 millones de dólares contra 96), en el resto del mundo ha funcionado mejor que el filme de Amenábar (138 millones de dólares contra 113). Y aún tiene recorrido para seguir mejorando estos datos.
La estrategia en Estados Unidos se centró en las audiencias cinéfilas y urbanas“Su éxito es evidente. Las cifras alcanzadas en mercados como Reino Unido (más de 19 millones de dólares), México (10 millones) o Australia (más de cinco millones en dos semanas) son más que relevantes. Los datos también han sido excelentes en otros mercados menores (los países escandinavos o Bélgica). Se ha estrenado en todas partes con mucha ambición y confianza por parte de los distribuidores, y eso ya es un gran triunfo. Algunas películas españolas (caso, por ejemplo, de Ágora) se venden en todo el mundo, pero no todas logran ser suficientemente potentes como para que los distribuidores de cada país pongan toda la carne en el asador, y en este caso sí ha sido así. También ha funcionado el boca-oreja”, explica Brunet.
No obstante, las cifras de Lo imposible en EEUU palidecen al compararlas con las de Los otros. ¿Podría haber ido mejor? Brunet no lo cree y califica de “muy buena” la recaudación de Bayona en el país del Tío Sam. “Lo de EEUU es un asunto singular y así tiene que ser entendido. Al contrario que en España, Lo imposible no se vendió allí como un producto supertaquillero o un gran evento, sino como una cinta de prestigio, con un casting conocido que estaba haciendo ruido en la carrera hacia los Oscar. Una estrategia centrada en audiencias cinéfilas y urbanas. Sus 17 millones de dólares recaudados a día de hoy son muy buenos para el tamaño del estreno y la limitación de salas. Parte del éxito del filme dependía de las nominaciones a los Oscar. Sin todas las nominaciones deseables [finalmente obtuvo una para Naomi Watts], era difícil que llegará a según qué datos. La cifra recaudada es un triunfo en función de las armas y opciones que tenía”, zanja Brunet.
Lo imposible hizo posible lo imposible. La película de Juan Antonio Bayona, que el domingo aspira a ganar 14 Goyas, superó ayer la barrera de los 150 millones de dólares de recaudación mundial (ya está en 154, 6 millones). Para hacernos una idea de la brutalidad del dato en el contexto del cine español, basta con compararlo con este otro: los 39,28 millones de euros del Fondo Nacional de Cinematografía para 2013 (52 millones de dólares al cambio). Es decir: Lo imposible ha recaudado ya tres veces más que todas las ayudas públicas al cine español para los siguientes doce meses. Lo nunca visto, en efecto, aunque esta cifra inverosímil no haya surgido por azar. Detrás de los 150 millones de dólares se esconde una meditada campaña de lanzamiento internacional.