Cumple 20 años, participó Quentin Tarantino y es considerada una de las mejores películas de cómics, antes de Marvel

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Hace veinte años, llegó a los cines una de las películas más influyentes del cine de cómics moderno, marcada por un estilo visual rompedor, una narrativa fragmentada y un reparto coral de antihéroes oscuros. Su estética cruda y su apuesta por el blanco y negro con toques de color la convirtieron en una rareza visual en pleno cambio de siglo, mucho antes de que las grandes franquicias de superhéroes tomaran el control de la industria.

Adaptada directamente desde la novela gráfica original, la película fue codirigida por uno de los grandes nombres del cómic junto al siempre provocador Robert Rodríguez. Pero lo que muy pocos recuerdan es que también participó en ella Quentin Tarantino, quien dirigió una de las escenas clave como director invitado. La unión de estos tres talentos dio como resultado una obra de culto con aroma a celuloide clásico y violencia estilizada.

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El Confidencial

Hablamos de la inolvidable Sin City (Ciudad del pecado), un proyecto que anticipó el auge de los universos cinematográficos sin perder su carácter independiente y radical. Lejos del tono luminoso que caracteriza a la mayoría de producciones del género con Marvel, esta cinta apostó por el noir más puro, sumergiendo al espectador en una ciudad decadente donde los límites entre justicia y venganza se desdibujaban.

El elenco reunido para este proyecto fue, además, uno de los más ambiciosos de su época. Actores como Bruce Willis, Jessica Alba, Clive Owen, Rosario Dawson, Benicio del Toro o Mickey Rourke ofrecieron interpretaciones intensas en papeles marcados por el dolor, la redención o la brutalidad. La película también sirvió para recuperar la carrera de Rourke, cuya interpretación de Marv se convirtió en uno de los iconos más recordados del cine de acción de los 2000.

Su fidelidad a la obra origina de Frank Miller, con diálogos directos y viñetas convertidas en fotogramas, marcó un hito en la forma de adaptar cómics al cine. Con el tiempo, ha sido reconocida como una de las mejores películas basadas en cómics, valorada tanto por su innovación técnica como por su capacidad de mantenerse al margen del modelo de superproducción que se haría canónica después.