Johnny Depp se estrella con su Modigliani: "Es difícil no caer en el cliché del artista maldito"
'Modi, tres días en Montparnasse' no consiguió buenas críticas en San Sebastián, pese a los esfuerzos del actor por llevar a la gran pantalla la historia del malogrado pintor
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No es nada fácil ser el artista más bohemio, maldito y original cuando te toca compartir un espacio muy concreto (el París de entreguerras) con algunos de los pintores más fascinantes del siglo XX (Chagall, Picasso, Soutine, Foujita, por nombrar tan solo a unos cuantos), y sin embargo, se podría haber ganado el título de rockstar por derecho propio. De todos aquellos artistas de la llamada Escuela de París (un término ambiguo y heterodoxo para un grupo de extranjeros que tenían ínfulas artísticas y pasaban mucha hambre) el judío italiano Amedeo Modigliani fue probablemente el más fascinante de todos.
Vivió rápido y dejó un bonito cadáver, eso seguro. Descubrió el arte africano y se obsesionó con él, alquiló un apartamento en Montparnasse, se dio a los excesos, se enamoró de Jeanne Hébuterne, murió de tuberculosis con 35 años y Jeanne, embarazada de él, le siguió a la muerte tirándose por la ventana. Y ahora, a todo esto se suma que Johnny Depp ha hecho una película sobre él (Modi, tres días en Montparnasse) que pasó por San Sebastián con unas críticas bastante negativas y este viernes se estrena en cines.
Este es el primer trabajo de Depp como director tras 'The Brave' (1997). Su estreno en San Sebastián responde a una estrategia
"Creo que el interés por él proviene de una combinación de su estilo artístico inconfundible, su vida trágica y la imagen del artista maldito que encarna tan bien", explica a este periódico Violeta Izquierdo, doctora en Arte Contemporáneo y profesora. "Pero más allá de su arte, su biografía encaja en el imaginario romántico del creador incomprendido, que lucha contra la pobreza y la enfermedad en el París bohemio de comienzos del siglo XX. Además, la forma en que murió—pobre, enfermo y prácticamente ignorado, seguida del suicidio de su pareja embarazada—ha reforzado la leyenda en torno a él. Su historia resuena porque representa el sacrificio absoluto por el arte y el destino trágico que la cultura popular ha asociado con la genialidad. A eso se suma el mercado del arte: sus obras, que en vida apenas le dieron para sobrevivir, hoy alcanzan precios astronómicos. Esto refuerza la idea de la injusticia y el reconocimiento tardío, otro elemento que fascina al público".
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En realidad no es la primera vez que se lleva la vida del italiano a la gran pantalla. Ya en 2004, Mick Davis rodó Modigliani, con Andy García (el cual guarda un cierto parecido con el pintor) como protagonista de la función. Aunque se basaba en su historia, el film contenía muchos elementos de ficción y decidía centrarse en una más bien remota rivalidad entre Modigliani y Picasso, al estilo Mozart vs. Salieri. En este caso, Depp ha decidido condensar tan solo 72 horas en la vida del artista (una decisión bastante faulkneriana por otra parte) y seguirle junto a sus amigos en una serie de caóticos acontecimientos por las calles de París, tras la guerra de 1916. Depp ha hecho los deberes y los amigos son los mismos que los de la película de Davis: Maurice Utrillo (hijo de la pintora Suzanne Valadon) y el bielorruso Chaïm Soutine. Modigliani tuvo más amigos, pero en sus películas suelen aparecer solo estos dos. Tras una noche de alucinaciones, conoce a un coleccionista americano (Maurice Gangnat), que puede cambiar su vida.
Este es el primer trabajo de Depp como director tras The Brave (1997), y su estreno en el Festival de San Sebastián en 2024 tiene un sentido estratégico: tras la polémica y el juicio con Amber Heard, su fama ha sufrido menos golpes en los últimos años en Europa que en su país de origen, y aunque es una película bastante indie, era más que probable que atrajese el interés de los distribuidores del viejo continente. Es más que probable también que el propio Depp vea en Modigliani una especie de espejo en el que poder vislumbrarse, dada su condición de artista maldito que fue ninguneado en vida (y aclamado después).
Dos 'rockstars'
"En muchos aspectos, su vida y personalidad tienen ciertas semejanzas con Johnny Depp", cuenta Izquierdo. "Ambos comparten una imagen de artista bohemio, rebelde y carismático, con un aire de misterio y una vida marcada por excesos y tragedias. Modigliani, al igual que Depp, tenía un estilo inconfundible y un magnetismo que lo convertía en una figura fascinante. Era conocido por su atractivo físico, su personalidad seductora y su actitud desafiante ante la sociedad y las normas establecidas".
"Su vida estuvo plagada de excesos con el alcohol y las drogas, lo que lo llevó a una espiral autodestructiva similar a la que en ocasiones se ha asociado con Depp. Además, ambos han sido considerados figuras románticas y atormentadas, con relaciones intensas y conflictivas (como la de Modigliani con Jeanne Hébuterne y las de Depp con varias de sus parejas). A nivel artístico, Modigliani rompió con las corrientes predominantes y creó un estilo propio, del mismo modo que Depp ha evitado los papeles convencionales en Hollywood, eligiendo personajes excéntricos y desafiando las expectativas de la industria. En definitiva, Modigliani fue una especie de rockstar avant la lettre, y es fácil imaginarlo con la actitud y el desenfado de Johnny Depp si hubiera vivido en la actualidad", señala.
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The Brave fue rápidamente olvidada tras su estreno en Cannes, pero aquí Depp ha decidido ser un poco más modesto (lo que juega a favor de la propia película) y se ha quedado detrás de la cámara: ha sido el italiano Riccardo Scamarcio (un rostro frecuente en las producciones de su país) el elegido para hacer del pintor en esta ocasión. No guarda tanto parecido con Modigliani como lo guardaba Andy García, pero es que en un primer momento el papel se pensó para Al Pacino (la película es una adaptación de una obra de tratro de 1979 del fallecido Dennis McIntyre), que al final ha aparecido interpretando a Maurice Gangnat. Como curiosidad, también sale el ahora aclamado Stephen Graham (Leopold Zborowski), que acaba de triunfar con Adolescencia (Netflix).
Y como Modigliani tuvo varias amantes, allí donde Mick Davis decidía darle importancia a Jeanne Hébuterne (Elsa Zylberstein), aquí Depp se la da a Beatrice Hastings (Antonia Desplat), escritora inglesa que compartió apartamento en Montparnasse con el pintor y posó para algunas de sus obras.
"Su carácter complejo, entre la genialidad artística y la autodestrucción, puede ser difícil de equilibrar en una narrativa sin caer en clichés"
Parece que Depp ha preparado durante décadas esta película que Collider, por poner un ejemplo al azar, ha señalado como "un desastre pesado y pretencioso que es fácilmente una de las peores producciones del año".
"La vida de Amedeo Modigliani es fascinante, pero trasladarla al cine de manera efectiva no es fácil. Su historia tiene todos los elementos de un gran drama: talento incomprendido, bohemia parisina, excesos, amores tormentosos y una muerte trágica. Sin embargo, su carácter complejo, entre la genialidad artística y la autodestrucción, puede ser difícil de equilibrar en una narrativa cinematográfica sin caer en clichés del "artista maldito'", señala Izquierdo. Teniendo en cuenta que el actor lleva décadas planificando la película y que va sobre un artista ebrio, un poco sociópata y muy carismático, podría haber funcionado a la perfección. Pero no lo ha hecho.
No es nada fácil ser el artista más bohemio, maldito y original cuando te toca compartir un espacio muy concreto (el París de entreguerras) con algunos de los pintores más fascinantes del siglo XX (Chagall, Picasso, Soutine, Foujita, por nombrar tan solo a unos cuantos), y sin embargo, se podría haber ganado el título de rockstar por derecho propio. De todos aquellos artistas de la llamada Escuela de París (un término ambiguo y heterodoxo para un grupo de extranjeros que tenían ínfulas artísticas y pasaban mucha hambre) el judío italiano Amedeo Modigliani fue probablemente el más fascinante de todos.