Ralph Fiennes, el actor tres veces nominado (que quizá se lleve finalmente el Oscar con 'Conclave')
Nominado en el pasado por 'La lista de Schindler' y 'El paciente inglés', podría alzarse este año con el premio al Mejor actor principal. Aunque lo tiene complicado contra Adrien Brody
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El Sumo Pontífice ha muerto, hay que elegir al hombre idóneo, al más justo y bondadoso, como su sustituto. El problema es que todo ser humano es débil y ambicioso, irremediablemente peca. No podría haber sido más profética la premisa de Cónclave, ahora que el papa Francisco se encuentra enfermo en el hospital con pronóstico grave. La película de Edward Berger está nominada a los próximos premios Oscar en la categoría de Mejor película y dos de sus actores también optan a la estatuilla por su interpretación: Isabella Rossellini, en un papel silencioso y cargado de misterio, prácticamente invisible, y Ralph Fiennes como el Cardinal Lawrence, un hombre carcomido por las dudas, que realmente lleva todo el peso de una película menos polarizante que aquellas contra las que compite.
No es la primera vez que el británico (de familia numerosa, su hermano Joseph también es actor) es nominado al Oscar pero sí es la primera vez que podría irse a casa con el premio en las manos. Aunque dos académicos han confesado que no le habían votado porque creían que ya había ganado en el pasado, en realidad siempre se ha ido de vacío. Habría que remontarse a 1994 para recordar la primera vez que optaba a la estatuilla a actor de reparto, por La lista de Schindler de Steven Spielberg, que se llevó Mejor película y Mejor director en aquel año particularmente notable.
Era joven entonces Fiennes, y había encarnado a uno de los villanos más psicopáticos, crueles y odiosos de la historia del cine, basado en una persona real: Amon Göth, el oficial austríaco de las SS, comandante del campo de concentración de Plaszow (Polonia) durante la guerra, que en el filme acaba vergonzosamente obsesionado/enamorado de la judía Helen Hirsch (Embeth Davidtz) como si fuera justicia divina. Perdió entonces contra Tommy Lee Jones por El fugitivo, aunque sus rivales eran particularmente notables: Leonardo DiCaprio sorprendió a todo el mundo demostrando lo que sería en el futuro con su papel en ¿A quién ama Gilbert Grape? También estaba John Malkovich por En la línea de fuego y, por último, Pete Postlethwaite por En el nombre del padre. Curiosamente, perdió en aquella ocasión en la categoría principal Daniel Day-Lewis contra Tom Hanks por Philadelphia.
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La segunda ocasión fue tan solo tres años después, en 1997. El paciente inglés, de Anthony Minghella, fue la película más premiada de los Oscar en su año: esa historia de un amor imposible durante el periodo de entreguerras en Egipto, entre un cuadriculado aviador austrohúngaro (Fiennes en el papel de László Almásy, que también existió) y una mujer casada (Kristin Scott Thomas como Katharine Clifton) convenció al mundo. Muy alejado de su retrato de Amon Göth, componía Fiennes entonces el papel de un hombre vulnerable, con el cuerpo completamente quemado y sumido en sus amargos recuerdos que, sin embargo, también perdió el Oscar a Mejor actor principal, esta vez contra Geoffrey Rush en Shine.
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Fiennes disfruta con los papeles un tanto perturbadores y es un actor discreto en lo personal pero extremadamente polifacético (a veces un poco histriónico), con una filmografía envidiable, al que, sin embargo, la mayor parte de la gente recuerda por hacer de Voldemort en Harry Potter. ¿Tiene papeletas reales de llevarse el Oscar en esta ocasión? Por ahora, no se ha llevado ningún premio de la temporada (en los Premios del Sindicato de Actores la película se alzó con el Mejor reparto, lógico si tenemos en cuenta que en Cónclave también están Stanley Tucci o un maravilloso Sergio Castellitto, entre otros) lo que deja la puerta abierta de cara a los premios más importantes del cine, aunque también puede significar un ninguneo absoluto por parte de la industria, que ha barrido para casa (Edward Berger, director de Cónclave es de origen suizo y austríaco) y ha preferido con mucho los papeles de Brody y Chalamet.
Es un actor extremadamente polifacético al que, sin embargo, la mayor parte de la gente recuerda por hacer de Voldemort en 'Harry Potter'
Los pronósticos parecen bastante claros. Timothée Chalamet está nominado por A completely unknown (este viernes en nuestros cines), película en la que interpreta a Bob Dylan de una manera más bien monótona. Acaba de recibir el Premio del Sindicato de Actores, algo que no parecía esperar ni él, pero en su contra está el hecho de que es demasiado joven y todavía tiene toda la vida por delante para llevarse un Oscar (o para acabar convirtiéndose en un Leonardo DiCaprio y recibirlo por una interpretación menor tras años de muchos memes a su costa). Colman Domingo (Las vidas de Sing Sing) también ofrece una buena actuación, al igual que Sebastian Stan (El aprendiz), este último demostrando que su registro es más amplio de lo que creíamos.
Sin embargo, el Oscar parece tener un nombre claro: todos los ojos están puestos en Adrien Brody, que ofrece una interpretación física y emocional como ese arquitecto húngaro, ese judío emigrante que queda atrapado en la falsa red del sueño americano. The Brutalist promete ser la película ganadora de la noche porque es una epopeya que busca seguir la estela de los clásicos de Hollywood, porque las historias grandilocuentes de personajes torturados siempre convencen en la meca del cine (aunque critiquen el sueño americano) y porque no deja de ser una cierta propaganda sionista en un momento como el actual, en el que viene muy bien. Lo único que puede jugar en contra de Brody es que ya tiene un Oscar por un papel muy similar, como fue el de El pianista hace 20 años.
Si finalmente no fuera Brody el ganador, parece que su único rival es Chalamet, que tiene una personalidad pública muy popular e interpreta a un personaje real, lo que siempre suma puntos de cara a los Oscar. Sería curioso, porque le arrebataría también el título de actor más joven en llevarse el Oscar a Mejor actor principal (Brody tenía 29 años cuando lo ganó, pero era unos meses mayor de lo que es Chalamet ahora). En principio, Fiennes tiene pocas posibilidades, pero no hay que olvidar que la trama de Cónclave rodea una serie de complots por parte gente sedienta de poder que quieren conseguir lo que se proponen. No se podría descartar una sorpresa de última hora. La madrugada del día 3 -hora española- sabremos la respuesta.
El Sumo Pontífice ha muerto, hay que elegir al hombre idóneo, al más justo y bondadoso, como su sustituto. El problema es que todo ser humano es débil y ambicioso, irremediablemente peca. No podría haber sido más profética la premisa de Cónclave, ahora que el papa Francisco se encuentra enfermo en el hospital con pronóstico grave. La película de Edward Berger está nominada a los próximos premios Oscar en la categoría de Mejor película y dos de sus actores también optan a la estatuilla por su interpretación: Isabella Rossellini, en un papel silencioso y cargado de misterio, prácticamente invisible, y Ralph Fiennes como el Cardinal Lawrence, un hombre carcomido por las dudas, que realmente lleva todo el peso de una película menos polarizante que aquellas contra las que compite.