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'Equipaje de mano': todo lo que se puede pedir a una película navideña
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'Equipaje de mano': todo lo que se puede pedir a una película navideña

Hay debate sobre qué caracteriza exactamente a ese largometraje que deseamos volver a ver en Navidad

Foto: Un momento de 'Equipaje de mano', la película dirigida por Jaume Collet-Serra. (Netflix)
Un momento de 'Equipaje de mano', la película dirigida por Jaume Collet-Serra. (Netflix)

Muchas personas reclaman en Navidad películas de Navidad. La película navideña viene a subrayar nuestro estado de ánimo, que pendula entre la celebración y la nostalgia. La Navidad, con los años, se va volviendo de hecho una celebración de la nostalgia. Por eso ninguna película de Navidad de reciente estreno es exactamente una película navideña. La “película navideña” tiene que darnos amor viejo, cobijo de largo recorrido. Es más película navideña La jungla de cristal, de 1988, que Querido Santa Claus o Red One, aparecidas este mismo noviembre. Nadie volverá a ver Red One en unas navidades próximas.

La película navideña mítica no puede ir de Navidad, de mucha Navidad, pero sí tiene que agarrarse a algo navideño, normalmente a un árbol que aparece al fondo del plano, o al hecho de que la gente pierde aviones fatales, los que le llevan a casa por Navidad. Eso es todo. Para mí la película navideña perfecta es Eyes wide shut (1999, Stanley Kubrick), porque puedes verla cada fin de año y no entender aún qué pasa en esa mansión donde se reúnen las élites y las supermodelos, aunque sólo pueda estar pasando la tradición. También La jungla de cristal ocupa un lugar muy alto en el podio de películas de visionado obligatorio cuando has llegado a fin de año sin morirte o arruinarte. Bruce Willis te entiende.

Este cine postal y con lazo es sobre todo un derroche de conservadurismo. La película navideña por excelencia es conservadora porque te dice que todo está bien, y la prueba es la Navidad, que ratifica el sentido de la vida durante todo un año. Pero tu vida puede derrumbarse, justo en Navidad, lo que da mucha rabia. Se derrumba tu felicidad, se derrumba el matrimonio Cruise-Kidman; se derrumba el edificio acristalado de Bruce Willis. ¡Qué bello es vivir!, dicen todas las películas navideñas, sobre todo ¡Qué bello es vivir! (1946, Frank Cappa). Qué bello es vivir y pagar impuestos e hipotecas, y saber que el lunes volveremos al atasco. No te quejes.

Un usuario de Letterboxd ha establecido brillantemente que “la Navidad y el terrorismo van de la mano”. Nada nos pone tan a favor de la vida ordinaria como un atentado terrorista en Navidad. De eso trata Equipaje de mano, no se han roto mucho la cabeza.

La película navideña es conservadora porque te dice que todo está bien, y la prueba es la Navidad, que ratifica el sentido de la vida durante el año

La película es del montón, pero estamos a favor de películas del montón que funcionan. Un guardia de seguridad de un aeropuerto va a ser padre y eso parece despertar su deseo de ascenso laboral. Su mujer es ejecutiva, y no se muestra nada contraria a que el padre de su futuro hijo tenga aspiraciones y un sueldo mejor. Su vida sería perfecta si él ganara mil dólares más al mes. El planteamiento es idéntico al de Jurado nº2: la felicidad es ser como todo el mundo; como todo el mundo hace cincuenta años.

Sin embargo, llega el mal, personificado en un anómalo Jason Bateman (actor habitual en el lado bueno de la vida) y en una maleta tóxica que el guardia de seguridad debe dejar pasar por los controles que gestiona. Si no lo hace, matarán a su esposa.

Dirige Jaume Collet-Serra, uno de los mejores directores españoles de nuestro tiempo. Nadie se acuerda de que es español, nunca le dan un Goya y tampoco sale en el telediario. Collet-Serra hizo algo muy inteligente: saltarse el cine español y hacer películas directamente para Hollywood. Ana de Armas tuvo que pasar por El internado y Mentiras y gordas antes de entender cuál era su camino. Jaume ahí fue más listo.

Suya es la excelente cinta La huérfana (2009), y varias de las emocionantes y funcionales películas de Liam Neeson como vejestorio abdominal. Collet-Serra prueba que cualquiera, como dice Jimina Sabadú, puede dirigir una película espectacular si le dan 100 millones de dólares y pone algo de su parte. En España nadie le iba a dar a Jaume Collet-Serra 100 millones de dólares ni un montón de coches para estrellar.

Equipaje de mano recuerda un poco a todas las películas a la vez, desde Jungla de cristal o cualquier cinta menor de Shyamalan (La trampa misma), pasando por A la hora señalada (1995, John Badham) y a Hitchcock en general. Los actores no se preocupan demasiado por hacerlo de maravilla, aunque sólo Sofia Carson está verdaderamente espantosa.

placeholder Sofia Carson en 'Equipaje de mano'. (Netflix)
Sofia Carson en 'Equipaje de mano'. (Netflix)

Collet-Serra tiene dos momentos de lucimiento, muy bien aprovechados. Uno es una pelea dentro de un coche rodada en un solo e increíble plano, que eleva la película sobre su propia factura convencional. Otro es una rápida escena costumbrista donde vemos que todo el mundo cree que tienen algo contra él (ser blanco, ser negro, ser mujer) cuando le paran en un control del aeropuerto y le registran de arriba abajo.

Me da pena que un actor tan prometedor como Logan Marshall-Green (La invitación, Upgrade) haya acabado de secundario apenas bosquejado en una película navideña olvidable. Pero así ha acabado, por ahora. También reconocemos entre los secundarios al Hank (Dean Norris) de Breaking Bad, lo que siempre es agradable y, sobre todo, navideño. Un regalo.

Muchas personas reclaman en Navidad películas de Navidad. La película navideña viene a subrayar nuestro estado de ánimo, que pendula entre la celebración y la nostalgia. La Navidad, con los años, se va volviendo de hecho una celebración de la nostalgia. Por eso ninguna película de Navidad de reciente estreno es exactamente una película navideña. La “película navideña” tiene que darnos amor viejo, cobijo de largo recorrido. Es más película navideña La jungla de cristal, de 1988, que Querido Santa Claus o Red One, aparecidas este mismo noviembre. Nadie volverá a ver Red One en unas navidades próximas.

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