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'No hables con extraños': ¿Hemos perdido la capacidad de defendernos?
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'No hables con extraños': ¿Hemos perdido la capacidad de defendernos?

La impresionante película de James Watkins parece una metáfora sobre la anulación de nuestro instinto de supervivencia

Foto: Fotograma de la película 'No hables con extraños'.
Fotograma de la película 'No hables con extraños'.

Les reconozco que me tuve que sentar en un banco al salir del cine después de ver No hables con extraños. Su tramo final, tan violento y escalofriante, no era sólo acción y cierre, sangre y espectáculo. Había en él algo simbólico y apelativo, casi freudiano.

No hables con extraños es el remake de una cinta danesa de 2022, titulada igual. En inglés (porque la película danesa también es en inglés), ambas cintas se titulan Speak no evil. Se trata del proverbio asociado a uno de los tres monos budistas; en concreto, al que se tapa la boca. Su significado en español sería algo como: “No digas maldades”, aunque se suele traducir como: “No decir el mal”.

Como es obvio, la traducción española del título original es una porquería. Reduce la película a una más sobre ese desconocido peligroso con el que no te tenías que haber casado. Sólo se ha titulado cien veces con esta noción alarmante: Seduciendo a un extraño (2007), Un extraño en nuestra cama (2022), De repente, un extraño (1990)…

Por el título, y porque hoy en las salas todas las películas son iguales (Maxxxine, Longless, La trampa), parecía una peliculilla más de terror, horror, cuchillos, hachas, niños corriendo de noche entre los árboles.

placeholder Una escena de la película 'No hables con extraños'.
Una escena de la película 'No hables con extraños'.

Lo cierto es que Speak no evil empieza como una de Shyamalan y acaba como Perros de paja (Sam Peckinpah, 1971). Tenemos a una familia de vacaciones en la Toscana que traba amistad fugaz con otra familia simétrica: padre, madre y un niño. De vuelta a casa, en Londres, reciben una postal de estos “extraños” para que los visiten en el sur de Inglaterra, donde viven. La familia londinense decide irse para allá.

Poco a poco, la estancia se va viendo perturbada por estridentes matices comportamentales. El hijo de la otra familia trata de decirles algo, a pesar de no poder hablar por una malformación de la lengua (microglosia). El padre pone la música muy alta, cocina carne cuando sabe que la madre visitante es vegetariana. De noche, encuentran a su hija durmiendo en la cama del otro matrimonio.

Un diálogo muy citado de 'Speak no evil' dice: "-¿Por qué nos hacéis esto? -Porque nos dejáis"

La película dura una hora y cincuenta minutos y es incómoda durante hora y media. Los otros veinte minutos (finales) son directamente insoportables.

Como tantas películas de terror/horror, Speak no evil guarda un secreto enrevesado, de índole consanguínea. Pienso en No respires (2016). Que no se lo revele no quiere decir que no pueda estar hablando de la película otro buen rato.

La familia trata de irse varias veces, pero no lo consigue porque son muy educados. Ahí tenemos un asunto central de la cinta: los buenos modales y la delicadeza. Vivimos tiempos en los que nadie parece saber defenderse, y lo mejor es quedarse quieto y esperar a que venga la policía o a que un juez condene a los malhechores. Un diálogo muy citado de Speak no evil es el que dice: “-¿Por qué nos hacéis esto? -Porque nos dejáis.”

El marido visitante, interpretado por Scoot McNairy (habitual hombre blandengue del cine y las series), representa la masculinidad aniquilada. No tiene trabajo y su mujer le fue infiel. A la hora de la verdad, ¿será capaz de defender a su familia?

La película nos habla de ese momento, sumamente improbable, en el que estás tú y la muerte segura, de la que sólo te separa el uso de la violencia. Si me apuran, Speak no evil casi reivindica a la gente que es capaz de volver al cromañón si es necesario. Un ejemplo reciente: el actor Daniel Guzmán vio invadida una propiedad familiar y entró con unos amigos a echar a los okupas a puñetazos. Y recuperó la casa.

¿A ustedes esto les parece bien o mal? Un hombre disparó con una escopeta a un ladrón que entró en su casa con una motosierra. ¿Les parece bien o mal? ¿Sería mejor haber esperado a ver qué hacía ese tipo con la motosierra?

La película nos habla de ese momento improbable en el que estás tú y la muerte segura, de la que solo te separa el uso de la violencia

La película me ha fascinado de tal manera que me he visto su versión original, dirigida por Christian Tafdrup. Speak no evil no es una remake de Speak no evil, sino Speak no evil 2, una secuela. Dado que la historia propone un crimen cíclico, la versión americana es en realidad un nuevo episodio dentro de la misma rutina criminal.

Curiosamente, los americanos hacen en su secuela todo lo que hace el cine americano para ser comercial (por ejemplo, no matan niños), y, sin embargo, la película es mucho mejor. Aunque la original danesa presenta un padre rural más sutil que el que encarna James McAvoy en el remake (un poco pasado de vueltas), resulta demasiado quirúrgica y desangelada, no perfila a los personajes con tanto mimo como James Watkins (director y guionista de la versión americana) y no funciona como metáfora de nuestro tiempo. La pueden ver en el Canal Planet Horror de PrimeVideo.

Speak no evil nos habla también de la sobreprotección de la infancia y de la tiranía de los niños (de la que ya avisaba Nani Moretti en Caro Diario, 1993). No deja de ser interesante que todos los problemas que afronta la familia de la película procedan y se agraven porque la niña se empeña en que vuelvan a un lugar peligroso sólo porque a ella se le ha olvidado allí su osito de peluche.

Les reconozco que me tuve que sentar en un banco al salir del cine después de ver No hables con extraños. Su tramo final, tan violento y escalofriante, no era sólo acción y cierre, sangre y espectáculo. Había en él algo simbólico y apelativo, casi freudiano.

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