La lección de vida que Kevin Costner recibió de un amigo problemático: "Y ganó el Oscar"

En la vida de Kevin Costner, no todo ha sido glamour y éxito en Hollywood. Detrás de su carrera como actor y director hay historias sorprendentes, y una de las más llamativas es la relación que mantuvo con Michael Blake. Lo que pocos saben es que Blake fue un "dolor de cabeza" para Costner, en sus propias palabras. Sin embargo, esta difícil amistad terminó transformándose en una lección vital y profesional.

Costner relató en una entrevista cómo Blake, un escritor con serios problemas económicos y una actitud conflictiva, llegó a poner a prueba su paciencia en varias ocasiones. "Era un amigo que me daba muchos problemas", comentó el actor. A pesar de intentar ayudarle a encontrar trabajo, Blake no dejaba una buena impresión. "Yo hacía todo lo posible por conseguirle entrevistas, pero luego me llegaban malos informes. Decían que era grosero", explicó Costner, quien a menudo se encontraba excusando el comportamiento de su amigo.

La situación llegó a un punto crítico un día en su casa, cuando Blake comenzó a despotricar sobre la industria de Hollywood, criticando a algunas personas cercanas al actor. Enfurecido, Costner lo levantó y lo empujó contra la pared. "Le dije que parara, que dejara de hablar mal de todo el mundo. Si tanto odiaba los guiones, le grité, ¡que dejara de escribirlos!".

No obstante, la relación no terminó ahí. A pesar de sus discusiones, Blake apareció poco después en la puerta de Costner pidiendo refugio. Sin tener dónde quedarse, se instaló en su casa, aunque no sin continuar molestando al actor. "Todas las noches venía a leerme lo que había escrito, y yo ya no quería escucharle", recordó.

Finalmente, después de semanas de insistencia, Costner accedió a leer el manuscrito que Blake había estado escribiendo, y lo que encontró cambió su vida y la de su amigo para siempre: era Bailando con lobos. "Lo leí toda la noche, y cuando terminé, le llamé y le dije: 'Michael, voy a convertir esto en una película'". El resto es historia. La película fue un éxito rotundo y Michael Blake ganó el Oscar al mejor guion adaptado.

Para Costner, esta experiencia fue una lección sobre perseverancia y autenticidad. "Michael fue un escritor hasta el final, y a veces, ser lo que realmente somos requiere que los demás vean nuestro trabajo", reflexionó el actor. Blake, quien en ese momento estaba librando una batalla por su vida, terminó por demostrar que incluso las relaciones más difíciles pueden dar lugar a algo extraordinario.