'Marco': la historia (que puede ir a los Oscar) del español que fingió ser víctima del Holocausto

La Academia de Cine ha anunciado las tres cintas que podrían competir como Película Extranjera en la ceremonia de los Oscar en 2025 —La estrella azul, Segundo premio y Marco. Recordemos que pese al éxito que ha cosechado en Venecia La habitación de al lado, de Almodóvar, no puede competir por España porque está rodada íntegramente en inglés— de las que finalmente se elegirá una el 18 de septiembre. En Marco, la nueva película de Aitor Arregi y Jon Garaño (La trinchera infinita, Handia), Eduard Fernández se pone en la piel de Enric Marco, el polémico español que fingió ser superviviente del Holocausto.

En realidad, era cuestión de tiempo que la vida de Enric Marco llegara a la gran pantalla. La de Marco fue una de esas vidas inventadas que consiguieron notoriedad justamente por lo inverosímil de la misma. Nacido el 12 de abril de 1921 (aunque él siempre diría que el 14, por republicanas casualidades), se dio a conocer principalmente durante la Transición, primero como sindicalista, y después pasó a afirmar que había sido encarcelado en Flossenbürg —un campo de concentración en Baviera—.

Lógicamente, su testimonio no fue puesto en duda, pues por entonces quedaban muy pocos supervivientes españoles de la barbarie nazi (más aún pertenecientes a Flossenbürg, donde hubo poco más de diez prisioneros). Sin embargo, a principios de 2005 se topó con el historiador madrileño Benito Bermejo, que era experto en deportados de España durante la guerra. Cuando escuchó la historia de Marco algo no le cuadró, pues haber estado en un campo en Baviera era muy inusual para un deportado español.

Enric nunca se llegó a disculpar: "¿Quién me habría escuchado si no hubiera encarnado a ese personaje?", llegó a decir para defenderse

El historiador comenzó entonces a leer todas las versiones que pudo encontrar del pasado de Marco, que contaba que había sido un anarquista obligado a huir desde Barcelona (su ciudad natal) a Francia tras la Guerra Civil. El problema era que su versión cambiaba cada vez que la contaba y al historiador también le sorprendía lo reacio que era a dar detalles sobre su experiencia como supuesto deportado número 6.448. En una entrevista con El País, Bermejo explicó que en un principio le dio el beneficio de la duda porque los relatos de víctimas que han pasado por grandes traumas suelen ser bastante confusos, pero después comenzó a dudar porque Marco se mostraba bastante molesto con el interrogatorio.

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Marco estaba por aquel entonces al frente de la Amical Mauthausen (le habían nombrado presidente en 2003), con sede en Barcelona, y había dado decenas de conferencias sobre el horror de los campos nazis, tras comenzar a contar su supuesta experiencia alrededor de 1978. En realidad sí había estado en Alemania, pero no como deportado, sino por trabajo gracias a un programa de colaboración acordado en la época por Franco y Hitler, es decir, había formado parte de los 20.000 españoles que trabajaron entonces para el Tercer Reich.

Tras seguir con la investigación, Bermejo descubrió que había pasado seis meses en la cárcel pero no en un campo de concentración. Dudó al principio, pero al ver que los deportados compartían sus sospechas finalmente se decidió a denunciar las falsedades del catalán, que finalmente cayó en desgracia. Él, lejos de disculparse, se justificó: "La gente me escuchaba más y mi trabajo divulgativo era más eficaz", señaló en mayo de 2005. En 1978 había conseguido presidir la CNT afirmando que había sido amigo de Buenaventura Durruti, lo que también era mentira. Era, básicamente, un maestro del engaño.

Aquel que un día de 2005 fue recibido en el Congreso de los Diputados ante la atenta mirada del por entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para contar sus terribles experiencias como víctima del Holocausto nazi, se fue en silencio un 21 de mayo de 2022, con 101 años. Prácticamente hasta el momento de su muerte continuaba defendiendo su mentira: "¿Quién me habría escuchado si no hubiera encarnado a ese personaje?", llegó a decir.

En 2014, Javier Cercas publicó 'El impostor', donde establecía algunas preguntas interesantes

Antes de la película, como suele suceder, llegó el libro. Javier Cercas dudó durante mucho tiempo antes de publicar El impostor (2014), donde no pretendía defender o vilipendiar a Marco, simplemente buscaba hacer un original paralelismo con su propia figura de escritor y establecer algunas preguntas interesantes: ¿Era tan necesaria la verdad? ¿Tanto mal hizo si consiguió con su mentira que muchas generaciones posteriores conocieran el horror del Holocausto nazi?

Y ahora, podremos conocerle una vez más gracias a la película de Arregi y Garaño. En realidad, también había un documental catalán (Ich bin Enric Marco) dirigido por Lucas Vermal y Santi Fillol, y las imágenes del mismo han servido para ilustrar algunos momentos de la película protagonizada por Eduard Fernández, en la que se juega con esa contraposición mediante imágenes de ficción y reales, emulando las luces y sombras que fueron la propia vida de Marco. "Es un personaje de ficción en sí mismo", apuntó Aitor Arregi en Venecia, cuando se presentó la película hace unos días. "Si Enric Marco se creó otro Marco, ¿por qué no deberíamos hacerlo nosotros también?". La película llega a nuestros cines el 8 de noviembre.