Los espectaculares yacimientos de España donde por primera vez se ha rodado una película
Este enclave, uno de los más importantes del país, ha acogido durante los últimos días el rodaje de la nueva película española de Blanca Suárez y Daniel Grao
Los yacimientos arqueológicos de la sierra de Atapuerca, conocidos mundialmente por su invaluable aporte al conocimiento de la evolución humana, han dado un giro inesperado en su ya fascinante historia. Estos enclaves prehistóricos, junto con el Museo de la Evolución Humana (MEH) y el Centro de Arqueología Experimental de Atapuerca (Carex), se han convertido en el insólito escenario para el rodaje de la película La Huella del Mal. Se trata de la primera vez que estos espacios, hasta ahora reservados para la investigación científica y la divulgación, se convierten en un plató cinematográfico.
La película es una adaptación de la novela homónima de Manuel Ríos San Martín, quien también asume la dirección del proyecto. La historia, que mezcla el suspense con elementos históricos, cuenta con un elenco de lujo encabezado por Blanca Suárez y Daniel Grao, acompañados por actores como Aria Bedmar, Víctor Palmero y Cosimo Fusco, entre otros. El equipo de producción, compuesto por más de un centenar de personas, ha trabajado sin descanso para dar vida a esta historia que promete mantener a los espectadores al filo de sus asientos.
El rodaje comenzó el pasado 19 de agosto en las instalaciones del Museo de la Evolución Humana, un lugar cargado de simbolismo y que ya forma parte de la trama de la novela original. Las cámaras capturaron las primeras escenas en la recepción y en la planta 0 del museo, con la participación de decenas de figurantes y los actores principales. Pero el punto álgido llegará el próximo 2 de septiembre, cuando el equipo regrese al museo para filmar en la icónica Galería de los Homínidos, un espacio que representa uno de los mayores atractivos del MEH.
La elección de Atapuerca como escenario no es casualidad. Manuel Ríos San Martín visitó el Carex hace unos años, y esa experiencia fue la chispa que encendió la idea para su novela. Ahora, la historia regresa al lugar que la inspiró, pero en formato cinematográfico. Atapuerca se convierte así en un personaje más de la película, aportando una autenticidad y un aura de misterio que difícilmente podrían haberse recreado en otro lugar.
La trama de La Huella del Mal se desarrolla en torno a un inquietante descubrimiento durante una visita escolar a las excavaciones de Atapuerca. Un adolescente de catorce años encuentra lo que en un principio parece ser una reproducción de un enterramiento neandertal, pero que resulta ser el cuerpo real de una joven muerta. Este hallazgo desencadena una investigación que conecta con un crimen ritual similar ocurrido seis años atrás.
Los personajes de Silvia Guzmán, una inspectora de la UDFV, y Daniel Velarda, un exagente ahora dedicado a la seguridad privada, se ven arrastrados de nuevo a un caso que creían cerrado.
La producción de La Huella del Mal ha contado con la participación de importantes actores de la industria audiovisual. RTVE, Netflix y ZDF están entre las plataformas que respaldan el proyecto, mientras que Film Factory se encargará de las ventas internacionales y Alfa Pictures de la distribución en España. Además, la película ha recibido el apoyo de la Junta de Castilla y León, que ha visto en esta iniciativa una oportunidad única para dar visibilidad a la riqueza cultural y patrimonial de la región
Uno de los aspectos más destacados de la producción ha sido el riguroso asesoramiento histórico, garantizado por el ex codirector del equipo de investigación de los yacimientos de la sierra de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro. Su colaboración ha sido clave para asegurar que la película no solo sea entretenida, sino también respetuosa con los descubrimientos y la historia de este lugar único en el mundo.
El hecho de que Atapuerca haya sido elegido como escenario para el rodaje de esta película marca un antes y un después en la relación entre el cine y los yacimientos arqueológicos en España. Hasta ahora, estos lugares habían sido terreno exclusivo de arqueólogos y científicos, pero La Huella del Mal abre una nueva ventana para que el gran público pueda acercarse a ellos desde una perspectiva diferente, a través del arte y la ficción cinematográfica.
Los yacimientos arqueológicos de la sierra de Atapuerca, conocidos mundialmente por su invaluable aporte al conocimiento de la evolución humana, han dado un giro inesperado en su ya fascinante historia. Estos enclaves prehistóricos, junto con el Museo de la Evolución Humana (MEH) y el Centro de Arqueología Experimental de Atapuerca (Carex), se han convertido en el insólito escenario para el rodaje de la película La Huella del Mal. Se trata de la primera vez que estos espacios, hasta ahora reservados para la investigación científica y la divulgación, se convierten en un plató cinematográfico.