Tim Burton nos pone de subidón con la secuela de 'Bitelchús' 36 años después
La largamente esperada segunda parte de la mítica película, protagonizada por Wynona Ryder, Michael Keaton y Jenna Ortega, inaugura por todo lo alto la 81° edición de la Mostra
La espera se ha hecho larga pero ha merecido la pena. Más de treinta años después de Beetlejuice (1988), Tim Burton inaugura hoy la 81° edición de la Mostra del Cine de Venecia con Beetlejuice Beetlejuice, una de las secuelas más esperadas de la historia.
Entrar en la proyección de esta película a las 9.00 de la mañana con el firme propósito de no dejarte invadir por la manida nostalgia a la que están apelando los estudios con sus más de 100 secuelas o/y remakes de los años 80 y 90 – plan macabro por demás...-, creedme que es un ejercicio de profunda meditación y paz espiritual. Pero de nada sirve porque definitivamente con Beetlejuice Beetlejuice (Bitelchús Bitelchús, título en español) caes rendido y muerto de la risa ante una de las mejores sagas que tendrá la historia reciente del big Hollywood.
Tim Burton puede darse, pues, por satisfecho. El retorno ha sido por todo lo alto, con unos maravillosos viejos conocidos, así como con unos fantásticos nuevos personajes, tras innumerables intentos, revisiones de guiones, y sobre todo, con Wynona Ryder recordando de vez en cuando, o cada vez que le preguntaban por una posible secuela, que ‘la cosa sí iba...’.
No parecía una tarea fácil volver al guasón y traviesamente maquiavélico demonio Beetlejuice en las carnes de Michael Keaton. Para beneplácito de viejos fans y de potenciales seguidores, el personaje de Beetlejuice conserva toda su chispa, va a más y se devela algo de su remoto pasado.
A Lydia Deetz (Wynona Ryder) se le retrata como una viuda, convertida en una famosa presentadora de un reality show –con el sugestivo nombre de Ghost House– y en madre de la inteligentísima y pragmática Astrid (interpretada por Jenna Ortega). Está liada con Rory (Justin Theroux), algo parecido a un contenedor en el que Burton ha vertido la ridícula pose de los que se autoincluyen en la llamada ‘nueva masculinidad’. Y también está la madrastra Delia Deetz (Catherine O’Hara) mutada en una artista performativa todoterreno.
La voz de Donna Summer entonando la legendaria MacArthur Park con una cámara que planea sobre el idílico Winter River inician Beetlejuice Beetlejuice. Y la historia del regreso de Lydia, Delia y Astrid al pueblo donde comenzó todo cuando Lydia era una adolescente dark-gothic, a causa de una inesperada tragedia familiar.
Si creías que Beetlejuice había dejado de rondar a Lydia, pues te equivocas. Pero al demonio de pelo electrizante también le atormentará un regreso inesperado, el de su exmujer, Delores (Monica Bellucci). A cogerse fuerte de la butaca porque esta película viene con muchas curvas, escenas memorables y a veces cierta mala leche, destinadas a convertirse en icónicas.
Tim Burton refina el relato escrito por Alfred Gough, Seth Grahame-Smith y Miles Millar, manteniendo el universo de antaño pero ensanchándolo y situándolo en el presente. Abundan figuras y escenarios reconocibles, como también homenajes a cineastas (Dario Argento, Mario Bava) y a exponentes de la cultura popular estadounidense (memorable el que le hace al programa musical Soul Train). Como también una vez más echa mano del stop motion, algo en lo que siempre ha demostrado su maestría y gran imaginación.
No se puede obviar que una de las cosas más llamativas de Beetlejuice Beetlejuice es que se trata de una historia contada por mujeres, lo que además le aporta una lectura relevante en el siglo XXI. Y aunque no sea algo muy novedoso, es notable la manera en que se expone la relación entre una madre rota y manipulable y una hija adolescente bastante molesta.
Que Beetlejuice Beetlejuice no es precisamente una secuela – fuerte declaración...-, que se sintió absolutamente libre haciendo esta película, que fue una alegría estar acompañado de gente querida, que se había sentido "un poco perdido" y que le ha reconciliado con su profesión y, en cierta medida con la industria cinematográfica, que tantos palos le ha dado; que después de esta no va a haber otra Beetlejuice... Todo eso ha asegurado Tim Burton, acompañado por la primera línea de su elenco (Ryder, Ortega, Keaton, O’Hara, Bellucci, Dafoe, Theroux), en el encuentro que ha mantenido con la prensa internacional, la primera conferencia de prensa de esta edición de la Mostra que se prolongará hasta el próximo sábado 7 de septiembre.
Entre muchas cosas, una en particular hay que agradecerle a Tim Burton: el inolvidable subidón que provoca Beetlejuice Beetlejuice. Y esto más allá de la manida nostalgia.
La espera se ha hecho larga pero ha merecido la pena. Más de treinta años después de Beetlejuice (1988), Tim Burton inaugura hoy la 81° edición de la Mostra del Cine de Venecia con Beetlejuice Beetlejuice, una de las secuelas más esperadas de la historia.
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