Es noticia
'Cuestión de sangre': Matt Damon desmonta el mito del héroe norteamericano medio
  1. Cultura
  2. Cine
ESTRENOS DE CINE

'Cuestión de sangre': Matt Damon desmonta el mito del héroe norteamericano medio

Este 'thriller' dramático en torno a un padre que intenta sacar a su hija de una cárcel francesa se mueve por senderos inesperados

Foto: Matt Damon es Bill Baker, un trabajador de una plataforma petrolífera de Stillwater. (Focus)
Matt Damon es Bill Baker, un trabajador de una plataforma petrolífera de Stillwater. (Focus)

La nueva película protagonizada por Matt Damon se inspira en el caso de Amanda Knox, aquella muchacha estadounidense que pasó cuatro años en una cárcel italiana acusada del asesinato de su compañera de piso en Perugia antes de ser definitivamente exonerada del caso por la justicia. Pero 'Cuestión de sangre' acaba moviéndose por otros derroteros. Damon encarna a Bill Baker, un trabajador de una plataforma petrolífera de Stillwater (nombre original del filme) ahora en el paro que viaja hasta Marsella con el objetivo de conseguir sacar de la prisión a su hija Alison (Abigail Breslin), acusada de la muerte de su novia francesa. A partir de aquí, 'Cuestión de sangre' tiene el mérito de esquivar el camino habitual que suele emprender un filme de Hollywood con esta premisa, el drama en que Baker acabaría ejerciendo de padre coraje de clase obrera, de héroe común norteamericano, que lucha con sus propios medios por la libertad de su hija encarcelada se supone que de manera injusta en un país extranjero hasta que la verdad y la administración se ponen de su parte. Esta es la película que 'Cuestión de sangre' se niega a ser.

En cambio, el filme dirigido por Tom McCarthy despliega una inesperada trama de aproximación cultural entre dos personajes a priori antitéticos. Cuando Bill desembarca en Francia acaba recurriendo a la ayuda de una actriz, Virginie (Camille Cottin), que le echa una mano a la hora de desenvolverse con el francés. En el arranque de la película, se nos presenta a Bill en el contexto de localidad industrial en crisis, como un trabajador con unos valores tradicionales y una situación laboral precaria. Virginie, por el contrario, encarna a la típica artista europea de ideas progresistas que se siente alejada de todo aquello que representa Bill. McCarthy y sus coguionistas Marcus Hinchey, Noé Debré y Thomas Bidegain (colaborador habitual de directores como Jacques Audiard y Joachim Lafosse) desarrollan una relación entre estos dos personajes que trasciende los estereotipos culturales y políticos. Y dibujan una posibilidad de acercamiento sentimental entre ambos perfectamente creíble.

placeholder Otro momento de 'Cuestión de sangre'. (Focus)
Otro momento de 'Cuestión de sangre'. (Focus)

Bill a su manera revierte la actitud habitual del protagonista estadounidense en una tierra extraña donde tiene que salvar a uno de los suyos. Lejos de contemplar este contexto como un territorio ajeno respecto al que se muestra impermeable, el protagonista se adapta progresivamente a las rutinas de Virginie y de su hija Maya (Lilou Siauvaud). La francesa también deja atrás un primer desencuentro con el norteamericano y permite que poco a poco vaya entrando en su vida. Hasta el punto que Bill se instala en su apartamento e inicia una relación estable con Virginie. ¿Encuentra este trabajador de la América profunda la posibilidad de empezar una nueva vida en Marsella?

Pero el protagonista no ha cejado en su búsqueda por la ciudad portuaria del tipo que cree que asesinó a la novia de su hija y cuyo testimonio podría cambiar totalmente la situación judicial de la muchacha. Jim sigue obsesionado con este asunto y acaba adoptando una decisión extrema que pone en peligro su vínculo con Virginie y Maya, y ensombrece su figura. Tom McCarthy no teme situar a su protagonista en una situación moralmente imperdonable justo cuando parecía que Bill alcanzaba cierta felicidad y se acercaba a la salvación de su hija. Tampoco permite que el gesto del personaje quede justificado por su amor de padre capaz de cualquier cosa para sacar a la chica de la cárcel. En su tramo final, el filme lleva a cabo un último giro que lo distancia todavía más de las convenciones del cine norteamericano. En 'Cuestión de sangre' no encontramos el típico final que ofrece un alivio para los protagonistas y para los espectadores.

placeholder Tom McCarthy, director de 'Spotlight', es el responsable de este 'thriller'. (Focus)
Tom McCarthy, director de 'Spotlight', es el responsable de este 'thriller'. (Focus)

Aunque consiguió un Oscar a la mejor película, 'Spotlight' (2015), también dirigida por Tom McCarthy, debe ser una de las películas más infravaloradas e injustamente tildadas de 'telefilmescas' del cine reciente. Ya allí McCarthy se escapaba de algunas inercias de los filmes periodísticos y judiciales al reivindicar el triunfo del diario del título en la denuncia del encubrimiento por parte de la diócesis de Boston de los abusos sexuales sistemáticos de niños por parte de docenas de sacerdotes como un trabajo en equipo, y no individual, que conllevaba mucha labor rutinaria y poco vistosa.

En 'Cuestión de sangre' también se aparca cualquier atisbo de épica heroica y en cambio se valora igualmente el trabajo en común y el fruto emocional a largo plazo del roce. Se agradece este retrato del estadounidense medio de la América profunda desde una perspectiva alejada de cualquier superioridad moral, un retrato que pone el acento en la humildad del personaje y en su capacidad para conectar con un estilo de vida muy alejado del de su Oklahoma natal. 'Cuestión de sangre' consigue funcionar como un 'thriller' dramático estadounidense de corte clásico que cuestiona el tópico del norteamericano común como héroe, y propone un acercamiento entre la cultura francesa y la estadounidense como pocas veces habíamos visto en una película de este tipo.

Foto: Mads Mikkelsen protagoniza este 'thriller' danés. (La Aventura)
Foto: Klaus Maria Brandauer es el doctor S en 'El médico de Budapest'. (AContracorriente)

La nueva película protagonizada por Matt Damon se inspira en el caso de Amanda Knox, aquella muchacha estadounidense que pasó cuatro años en una cárcel italiana acusada del asesinato de su compañera de piso en Perugia antes de ser definitivamente exonerada del caso por la justicia. Pero 'Cuestión de sangre' acaba moviéndose por otros derroteros. Damon encarna a Bill Baker, un trabajador de una plataforma petrolífera de Stillwater (nombre original del filme) ahora en el paro que viaja hasta Marsella con el objetivo de conseguir sacar de la prisión a su hija Alison (Abigail Breslin), acusada de la muerte de su novia francesa. A partir de aquí, 'Cuestión de sangre' tiene el mérito de esquivar el camino habitual que suele emprender un filme de Hollywood con esta premisa, el drama en que Baker acabaría ejerciendo de padre coraje de clase obrera, de héroe común norteamericano, que lucha con sus propios medios por la libertad de su hija encarcelada se supone que de manera injusta en un país extranjero hasta que la verdad y la administración se ponen de su parte. Esta es la película que 'Cuestión de sangre' se niega a ser.

Críticas de cine Cartelera y estrenos de cine
El redactor recomienda