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'El rey de Zamunda': segundas partes siguen sin ser buenas
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'El rey de Zamunda': segundas partes siguen sin ser buenas

'El príncipe de Zamunda', de John Landis, se ha convertido en una película de culto, el epítome de la comedia ochentera. Más de 30 años después, llega su secuela a Amazon

Foto: Eddie Murphy regresa a uno de sus papeles míticos como Akeem de Zamunda. (Amazon Prime)
Eddie Murphy regresa a uno de sus papeles míticos como Akeem de Zamunda. (Amazon Prime)

El peluquero pregunta al rey Akeem (Eddie Murphy): "¿Tú tienes hijos? Yo tengo hijos. De hecho tengo una nieta que antes era mi nieto. Ahora pueden convertirte el pene en una vagina. La ciencia".

Cliente 1: "Seguro que podrían arreglar las tetitas caídas que tenéis en África".

Cliente 2: "Hoy en día ya no puedes estrujar una teta, te despiden".

También resulta paradójico que Eddie Murphy protagonice esta película que se estrena directamente en Amazon en la que el tema centrar son los lazos entre un padre, su hijo bastardo y sus hijas oficiales, y que intenta meter con calzador unas reivindicaciones pseudofeministas. Sobre todo, porque es bien sabido que Murphy, en su vida privada, ha demostrado que no puede presumir ni de lo uno ni de lo otro. Y perdón por el inciso 'cuore', pero Murphy, padre de 10 hijos de cinco mujeres, tres de ellos el mismo año, a su octava hija, fruto de una relación fugaz con la Spice Melanie B, no quiso reconocerla hasta que las pruebas de paternidad le obligaron. Fin del inciso 'cuore'. Pero ya saben que en la industria estadounidense, si uno es rentable, se le perdonan los pecadillos.

placeholder Arsenio Hall y Eddie Murphy, en 'El rey de Zamunda'. (Amazon Prime)
Arsenio Hall y Eddie Murphy, en 'El rey de Zamunda'. (Amazon Prime)

El principal reto de 'El rey de Zamunda' suponía modernizar el humor 'incorrecto' de los años ochenta, cuando los africanos aparecían retratados como paletos excesivamente naífs y prácticamente con un hueso en la cabeza, y readaptarlo al contexto actual, mucho más preocupado por herir sensibilidades. Y el resultado es una mezcla bochornosa de chistes descafeinados controlados para no pasarse de ofensivos y gracias tan rancias que huelen a cerrado. Los estereotipos, tanto de la comunidad africana como de la afroamericana, no es que se encuentren muy lejos del cliché y los personajes son el reverso moral de los ideales de Wakanda. Ya la anterior entrega, al servicio de un Murphy histriónico cuya meta era demostrar cuánta caracterización puede soportar y cuántos personajes puede interpretar, encarriló una cuesta abajo que terminó en producciones como 'Norbit' y 'Pluto Nash' —uno de los mayores batacazos, con una recaudación de siete millones de dólares frente a un presupuesto de 100-, dos de las peores películas de la historia del cine. Muy lejos de sus grandes comedias, como 'Entre pillos anda el juego' (1983) y 'Bowfinger' (1999) —Steve Martin y Frank Oz se empeñaron en recuperarlo a pesar de que sus últimos trabajos habían sido repelente para la taquilla—.

Tres décadas después de su visita a Estados Unidos, el ahora rey Akeem debe volver a Nueva York a buscar a un hijo bastardo del que desconocía la existencia y al que engendró en una noche de drogas alucinógenas con un rollo de una noche. Tras la muerte de su padre (James Earl Jones), Akeem debe buscar un heredero varón, porque de su matrimonio oficial han nacido tres hijas perfectamente preparadas para el trono, pero las leyes de Zamunda no permiten que una mujer ostente el cargo de reina (ni siquiera que tenga un negocio). Además, el señor de la guerra del país colindante a Zamunda (interpretado por otro resucitado, Wesley Snipes), busca que cesen los conflictos en ambos países a través de un enlace matrimonial.

placeholder Eddie Murphy y Shari Headley, en 'El rey de Zamunda'. (Amazon Prime)
Eddie Murphy y Shari Headley, en 'El rey de Zamunda'. (Amazon Prime)

Para evitar la guerra, Akeem y Semmi (Arsenio Hall) vuelven a Queens a buscar a ese niño, que ahora es un joven sin mucho oficio ni beneficio, mitad por diletante y mitad porque las empresas estadounidenses siguen siendo eminentemente nepóticas y racistas. Y aunque el chico, Lavelle Junson (Jermaine Fowler), al principio no quiere conocer Zamunda, cuando ve la posibilidad de sacar unos cuartos, acepta el viaje.

'El rey de Zamunda' vuelve a explotar la comedia de contraste cultural, pero no ofrece ni riesgo ni novedad. El intento más moderno es la relación entre la esposa del protagonista (Shari Headley) y su examante (Leslie Jones), pero no han podido esconder que ninguno de los cinco guionistas entiende muy bien de qué están hablando: ambas mujeres, de la noche a la mañana, pasan a ser amigas sin apenas haberse relacionado porque eso es la sororidad y no tirarse de los pelos por celos. ¡Mira qué modernos somos! Y en otro momento ponen en comparación a una joven cultivada e independiente frente a una joven florero que es muy sexy y muy atrevida, pero muy tonta. Y entre esas dos mujeres —o más bien, entre el corazón y la bragueta— se halla el conflicto del príncipe heredero Lavelle.

placeholder Eddie Murphy, en uno de sus múltiples papeles en 'El rey de Zamunda'. (Amazon Prime)
Eddie Murphy, en uno de sus múltiples papeles en 'El rey de Zamunda'. (Amazon Prime)

Sin el ritmo de comedia de John Landis, 'El rey de Zamunda' se queda en un terreno inconsistente entre el 'sketch' estirado y una comedia romántica de lo más convencional. "¿Has visto películas de Zamunda?", le pregunta Mirembe, una nativa de Zamunda, al futuro príncipe heredero. "¡Son un bodrio!", insiste. "¿De esas que puntúan un 30% en Rotten Papayas?", pregunta Lavelle. "¿Qué hacemos nosotros los americanos aparte de películas de superhéroes, 'remakes' y secuelas de películas antiguas que nadie ha pedido?". Dice el dicho aquello de "es gracioso, porque es verdad", pero en este caso, solo lo segundo es cierto.

Foto: Maisie Williams, en 'The Owners (Los propietarios)'.
Foto: 'El monstruo de St. Pauli'.

El peluquero pregunta al rey Akeem (Eddie Murphy): "¿Tú tienes hijos? Yo tengo hijos. De hecho tengo una nieta que antes era mi nieto. Ahora pueden convertirte el pene en una vagina. La ciencia".

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