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"¿Por qué no puedo quedarme un poco más?". Évole desvela los últimos días de Pau Donés
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"¿Por qué no puedo quedarme un poco más?". Évole desvela los últimos días de Pau Donés

El periodista estrena en el Festival de Málaga el documental 'Eso que tú me das', rodado dos semanas antes de que el músico falleciera: "Mata más el miedo que la muerte", proclama

Foto: Imagen promocional del documental de Jordi Évole sobre Pau Donés presentado en el Festival de Málaga.
Imagen promocional del documental de Jordi Évole sobre Pau Donés presentado en el Festival de Málaga.

Elena es la oncóloga del paciente. “Pau, lo hemos hecho muy bien. Se ha hecho todo lo posible. No hemos perdido ninguna opción”. La conversación es de mayo. Unos días después Pau Donés llama a su amigo Jordi Évole. Le quedan pocas semanas de vida y quiere que le entreviste en su casa del valle de Arán.

—No sé ni qué preguntarte —se sincera el periodista.

Así arranca la entrevista de Évole al músico de Jarabe de Palo, estrenada en el Festival de Málaga y de una hora de duración (fueron tres horas de encuentro). El resultado se llama ‘Eso que tú me das’. Se estrenará en octubre en cines de toda España. Hasta 2021, no está previsto que se emita en televisión o en alguna plataforma.

—Hablemos de la vida —pide Pau.

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Y de la vida y todos sus afluentes conversan de modo detenido. Pau sabe que va a morir. Quién sabe cuándo llegará el tránsito. Unos días, un mes, una semana. Le gustaría vivir 20 años más… o al menos ver cómo el otoño ofrece en el valle una sugerente paleta de diferentes tonalidades. “¿Por qué no me puedo quedar un poco más?”.

Dar la imagen de una persona normal y corriente, mostrar cómo es él, su lado íntimo y hablar de la enfermedad, y la muerte, claro que sí, pero no como tema principal del encuentro.

placeholder Pau Donés. (EFE)
Pau Donés. (EFE)

“Lo que me interesa es la vida. Mata más el miedo que la muerte. El miedo bloquea, es terrible”. Pau está muy delgado, lleva barba, viste ropa cómoda. El salón tiene mucha luz y detrás se observa una imagen de un joven Mick Jagger.

Ahora está escribiendo su composición más difícil, la última. Un testimonio que consigue atrapar por su gran humanidad, porque la vida es tomar el sol de primavera, comprar un queso o el pan en el pueblo, estar con tu familia, con tu hija de 15 años (haber vivido con ella unos meses en California, en Santa Mónica), poderte levantar de la cama, colgar cuadros, arreglar el equipo de música o ir al río a bañarte, aunque no entres en el agua, pero sí puedes ver cómo lo hacen los tuyos. Captas ese instante en tu memoria. Y eres feliz.

"La muerte es algo de la vida"

“El cáncer da miedo y respeto, pero no tengo miedo. La muerte es algo que va contigo. La muerte es algo de la vida. Me preocupa no sufrir”. En ningún momento hay lágrimas, no se recrea en la enfermedad, sino en una conversación “desde un lugar tan poco común, una entrevista en positivo, un alegato de la vida; habla de la muerte con una serenidad muy inédita y lo tiene muy asumido”, narra Évole.

El periodista se quedó un rato en la montaña, donde acaba el encuentro, y luego se hacía tarde. El músico volvió a su casa porque ya empezaba a refrescar. Él no vio el resultado del documental, pero se quedó muy contento de cómo había ido la entrevista. Luego hasta grabó un videoclip, aún no estrenado. Hasta 24 horas antes de su muerte estuvieron en contacto.

El músico había diseñado una gira por cinco ciudades, entre las que se incluían Barcelona, Madrid, Ciudad de México y Nueva York

Sí habló de la situación del coronavirus y de otros temas, pero Évole no quería que tuviera un anclaje en la actualidad. "El montaje no fue muy traumático. La materia prima era muy buena", subraya el creador de 'Salvados'. "El cuestionario estuvo vivo hasta el último momento. A veces las mejores preguntas no las hacemos nosotros. Consulté a gente cercana, pero fuera de mi entorno profesional, y me pasaron preguntas muy buenas que incluí. ¿Sabes lo que creo? Que el director es él, no yo".

Pau Donés adoraba a Antonio Vega (hay un homenaje final), a Celia Cruz y a Luciano Pavarotti. Y a Carlos Tarke, de M-Clan. Y tenía ganas de subirse otra vez a un escenario. Había diseñado una gira por cinco ciudades, entre las que se incluían Barcelona, Madrid, Ciudad de México y Nueva York. Un vitalista amante de la salsa, que bailaba fatal y que recuerda cómo su madre (que se suicidó: sufría una depresión crónica) escuchaba un cóctel tan heterodoxo como Machín, Nat King Cole, música italiana y discos con chistes de Gila.

Évole cuenta en Málaga que hay frases del documental que se deberían suministrar cada ocho horas y que son útiles. Aquí una de ellas: “La vida son cuatro días y tres pasaron ya. No estemos de mala leche, estemos de buen humor. No nos odiemos”. Porque Pau Donés fue un juguetón de la vida. “Me lo he pasado muy bien y lo que he hecho me ha gustado mucho. Para mí la vida ha sido un auténtico privilegio”.

—¿Por qué no me puedo quedar más? —se pregunta Pau Donés.

Él sigue estando en sus canciones y en este documental donde conocemos a la persona que llora y se ríe. Mirando a cámara dice: "Os quiero mogollón a todos". Fue bonito, Pau.

Elena es la oncóloga del paciente. “Pau, lo hemos hecho muy bien. Se ha hecho todo lo posible. No hemos perdido ninguna opción”. La conversación es de mayo. Unos días después Pau Donés llama a su amigo Jordi Évole. Le quedan pocas semanas de vida y quiere que le entreviste en su casa del valle de Arán.

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