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Vuelve Achero Mañas después de una década: "Tengo 12 guiones en el cajón"
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CON MAGÜI MIRA Y ERNESTO ALTERIO EN EL ELENCO

Vuelve Achero Mañas después de una década: "Tengo 12 guiones en el cajón"

El cineasta estrena en el Festival de Málaga 'Un mundo normal', una road-movie con ecos de 'Thelma y Louise' que propone la visión de un veterano personaje femenino muy potente

Foto: El director Achero Mañas posa tras presentar el largo 'Un mundo normal' a la Sección Oficial, en el XXIII Festival de Cine de Málaga en Español (EFE).
El director Achero Mañas posa tras presentar el largo 'Un mundo normal' a la Sección Oficial, en el XXIII Festival de Cine de Málaga en Español (EFE).

Tiene ganas de saber la reacción del público. Achero Mañas lleva una década sin dirigir y aunque los proyectos personales han seguido adelante (guarda 12 guiones en el cajón), necesitaba una historia que le entusiasmara. Su madre, a quien dedica en los títulos de crédito ‘Un mundo normal’, le ha dicho que ella no quiere ser ni enterrada ni incinerada. Desea que su cuerpo vaya al mar.

Mañas es el ingrediente creativo más solvente de la tercera jornada de la sección oficial de largometrajes del Festival de Cine de Málaga. Lo es por su trayectoria y por el interés de ver su nueva propuesta que cuenta con Ernesto Alterio como el alter ego del director, alguien que se enfrenta a la dictadura de la mayoría.

Foto: El actor Miguel Herrán, ayer, en el Puerto de Málaga (EFE).

PREGUNTA.- Es su película más personal.

RESPUESTA.- En mi familia hace relativamente poco perdimos a un ser querido y yo, como en una especie de catarsis, quise hacer una película muy personal e íntima que tuviera relación con la familia y sus propias particularidades.

Tolstoi decía que todas las familias son felices de la misma manera, pero las desgracias son cada una a su manera. No estoy tan de acuerdo con la frase, porque cada persona pasa por algo negativo y todos se sienten identificados. Cada uno tiene sus propias singularidades.

El discurso es ese: ¿cómo sobrevivimos a nosotros mismos? ¿Qué pasa con estas personas que tienen estas singularidades y cómo pueden convivir con el espectro común? Decidí hacer una película donde pudiera confrontar todos esos momentos.

placeholder Magüi Mira (EFE).
Magüi Mira (EFE).

Nos ha pasado con la pandemia, nos hemos universalizado, nos hemos encerrado todos y hemos vivido una experiencia absolutamente colectiva, pero era una experiencia absolutamente íntima en la que vivíamos encerrados en nuestros propios mundos. Lo que sí es cierto es que queremos volver a nuestras propias singularidades. Tampoco hay que caer en el individualismo. Adorno ya lo hablaba: “¿Cómo pueden sobrevivir los individuos y las familias sin tener que renunciar a ellos mismos?". Al final y al cabo uno no es lo que tiene en común con los demás, sino lo que le diferencia.

P.- Hay una clara influencia de ‘Thelma y Louise’, una road-movie de Madrid rumbo a Altea donde padre e hija se encuentran con muchos obstáculos.

R.- No lo había visto antes así y me hace gracia que se recuerde esa película. No se me había ocurrido. Lo que sí tenía claro es que en el casting iba a estar mi hija [Gala Amyach, hija de Alterio en la ficción] ya que era una catarsis familiar. Me era más fácil situar la acción en un ambiente artístico. Pienso que cada familia tiene sus códigos. El resto lo he ido construyendo según la sensación que iba teniendo.

Foto: Candela Peña, protagonista de 'La boda de Rosa' (EFE).

P.- El personaje de la madre de Alterio, interpretado por Magüi Mira, aparece pocos minutos de metraje, pero su presencia es continua.

R.- Uno de mis problemas a la hora de construcción del guion era que el personaje de la película no estuviera presente, o que, aunque lo estuviera, tenía que tener una personalidad muy concreta para que arrastrara al espectador y pudiera entender y pillar la esencia de esa mujer al principio de la historia.

Está el debate de la identidad, del apellido, de sentirse o no de una familia. Esa es la lucha de la joven. Nos dimos cuenta de que el personaje no se podía perder en el limbo.

P.-¿Por qué ha estado diez años sin dirigir? ¿Ha sido un silencio voluntario?

R.- No dirijo hasta que no tengo las circunstancias de lo que quiero. Todo se ha complicado. El cine se ha industrializado y cada vez es más difícil financiar las películas. También yo vivía en el extranjero… hasta que con una situación familiar necesitaba un movimiento. Cuando uno quiere hacer una película al final la hace. Tengo 12 guiones en el cajón.

P.- ¿Alguno próximo?

R-. He entregado una serie para TVE y estoy en conversaciones con el Instituto Valenciano de Cinematografía para intentar levantar el proyecto 'Carrera de perros'.

"Las películas se han generalizado y la industria se ha comercializado; también las ayudas. Hay una clase media que se ha trasladado del cine"

P. ¿Cómo valora el mercado audiovisual con la proliferación de plataformas?

R.- Lo que me preocupa más es la libertad, la mirada, lo autoral. Desde ese aspecto creo que hay un cierto problema. Las películas se han generalizado y la industria se ha comercializado; también las ayudas. Hay una clase media que se ha trasladado del cine a las plataformas, que es donde se cuentan las historias de esa clase media, donde quiero construir y me siento cómodo, pero esto tiene un problema. Las plataformas se comportan como los estudios: la mirada del autor está más condicionada ahora de lo que estaban los directores respecto a los productores. Los productores no ejercían esa presión a los directores. En mi caso no existía ninguno porque yo firmaba el corte final de la película, pero es verdad que eso es lo que hemos perdido.

P.- Y en este contexto estrena ‘Un mundo normal’ en Málaga.

R.- Lo que me apetece realmente es ver la película con el público. La he visto con los amigos, con periodistas que me han dicho cosas, pero lo quiero es ver cómo reacciona el público. El tono de la película es importantísimo, pero no mezclar el drama y la comedia, sino que dentro de las propias secuencias se alternaran el drama y la comedia, como muchas veces alternan de una manera radical en los procesos de duelo, donde hay llanto y carcajadas.

El público se va a sentir muy identificado aunque sea una familia de artistas. Si la gente ha ido a ver la de Santiago Segura no se va a arrepentir para nada de ver esta película. La va a disfrutar muchísimo.

Tiene ganas de saber la reacción del público. Achero Mañas lleva una década sin dirigir y aunque los proyectos personales han seguido adelante (guarda 12 guiones en el cajón), necesitaba una historia que le entusiasmara. Su madre, a quien dedica en los títulos de crédito ‘Un mundo normal’, le ha dicho que ella no quiere ser ni enterrada ni incinerada. Desea que su cuerpo vaya al mar.

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