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'Un momento en el tiempo': familias disfuncionales, 'hitazos' musicales
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'Un momento en el tiempo': familias disfuncionales, 'hitazos' musicales

Trey Edward Shults dirige este drama protagonizado por Sterling K. Brown

Foto: La familia disfuncional protagonista de 'Un momento en el tiempo'. (Universal)
La familia disfuncional protagonista de 'Un momento en el tiempo'. (Universal)

Como las dos ficciones previas de su director, Trey Edward Shults —el estudio psicológico 'Krisha' (2015) y el relato de terror 'Llega de noche' (2017)—, 'Un momento en el tiempo' habla de una familia que descubre que el germen de su destrucción anida en su propio seno. Y, de hecho, es la aproximación más marrullera y tramposa del joven cineasta al asunto, aunque también la más admirable, aunque sea principalmente por su insólito grado de ambición. Tanto para bien como para mal, es una película decidida a probarlo casi todo con el fin de gritarnos a un palmo de la cara y avasallarnos desde su primera secuencia.

Para ello, decimos, se centra en una familia afroamericana de Florida que se resquebraja y, durante su primera mitad, en concreto en un adolescente y su padre: el uno, Tyler (Kelvin Harrison Jr., también coguionista de la película junto a Shults), lucha por tener un futuro en el mundo de la lucha libre; el otro, Ronald (Sterling K. Brown), es un hombre severo que se hizo a sí mismo y que aprieta constantemente las tuercas a su hijo, consciente de las terribles dificultades añadidas que los negros afrontan para triunfar en una sociedad empeñada en aplastarlos. Tras enfrentarse al inevitable final de su carrera atlética a causa de una lesión, y tras descubrir que su novia ha decidido no poner fin a su embarazo, Tyler se ve abocado a una crisis que culmina en un acto repentino de violencia que arrasa con todo y todos los que lo rodean. Y entonces Shults abre la ventana para dejar que la luz entre en la película y la sensación de claustrofobia desaparezca mientras mantiene el foco puesto en la hermana de Tyler, Emily (Taylor Russell).

placeholder Sterling K. Brown, en un fotograma de 'Un momento en el tiempo'. (Universal)
Sterling K. Brown, en un fotograma de 'Un momento en el tiempo'. (Universal)

Para cuando llega a ese punto de inflexión, 'Un momento en el tiempo'ya ha planteado una larga lista de temas profundos que explorar, como la presión que los padres ejercen sobre sus hijos, las vidas secretas y a veces autodestructivas que estos viven más allá de la supervisión de sus progenitores o asuntos naturalmente melodramáticos, como el abuso de drogas y el maltrato doméstico.

La historia de esta familia podría haber sido contada con intérpretes blancos y no habría necesitado ni un solo cambio de relieve en su guion

Y el manejo que Shults hace de ellos es problemático por varios motivos: primero, porque todo cuanto parece concluir a través de ellos es que el amor es lo más importante y que, aunque no es capaz de resolver nuestros traumas, sí los hace mucho más llevaderos; segundo, porque en el proceso, se muestra tan empeñado en impactarnos emocionalmente que tan solo nos da acceso a su prole protagonista a través del sufrimiento que experimentan o del que son testigos, e insiste en convencernos de cómo debemos sentirnos frente a él —algunos lo llaman manipulación—; tercero, porque la dimensión racial que se esfuerza por insuflar al relato resulta ser accesoria en el mejor de los casos e impostada en el peor. Después de todo, la historia de esta familia podría haber sido contada con intérpretes blancos y no habría necesitado ni un solo cambio de relieve en su guion.

placeholder Otro momento de la película. (Universal)
Otro momento de la película. (Universal)

Mientras lidia con esa agenda temática, 'Un momento en el tiempo' dedica buena parte de sus energías a deslumbrarnos con sus alardes estéticos. Se mire como se mire, es una película que derrocha estilo: la cámara no se está quieta, y a menudo efectúa movimientos rotatorios que desafían varias leyes de la física; los colores que aparecen en pantalla son tan saturados que duelen; la banda sonora es una auténtica 'jukebox' que incluye 'hits' de Kanye West, Frank Ocean, Kendrick Lamar, Radiohead, Amy Winehouse, Tyler the Creator, Arcade Fire y Animal Collective. Lo que no tiene es una verdadera forma o, dicho de otro modo, una estrategia visual unificada que justifique la interacción de todas esas llamativas virguerías.

placeholder Cartel de 'Un momento en el tiempo'.
Cartel de 'Un momento en el tiempo'.

Resulta tentador dar por hecho que la película utiliza esa plétora de recursos estilísticos con el fin de darse unos aires de significancia que desde el punto de vista argumental y dramático no se justifican. Pero lo cierto es que cada año llegan a los cines tantas películas estadounidenses sobre familias disfuncionales que carecen de la más mínima identidad estética que casi resulta perverso ponerle pegas a una que peca por exceso. Y, en última instancia, es innegable que el alarde de técnica logra que 'Un momento en el tiempo' refleje eficazmente el paisaje emocional de sus personajes, y se implique en su periplo de una forma tan apasionada que al verla resulta difícil no hacer lo mismo.

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Como las dos ficciones previas de su director, Trey Edward Shults —el estudio psicológico 'Krisha' (2015) y el relato de terror 'Llega de noche' (2017)—, 'Un momento en el tiempo' habla de una familia que descubre que el germen de su destrucción anida en su propio seno. Y, de hecho, es la aproximación más marrullera y tramposa del joven cineasta al asunto, aunque también la más admirable, aunque sea principalmente por su insólito grado de ambición. Tanto para bien como para mal, es una película decidida a probarlo casi todo con el fin de gritarnos a un palmo de la cara y avasallarnos desde su primera secuencia.

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