Paco Arango: "Soy muy niño; el mío es un cine muy de magia, muy de cuento"

Rodríguez es un apellido muy común en España: casi dos millones de personas lo llevan en su DNI. Pero la familia Rodríguez que protagoniza la última película de Paco Arango (México, 1967) es de todo menos normal. La abuela levita en el aire, la hija menor desaparece a su antojo, el perro es capaz de caminar por las paredes y otra de las hermanas puede levantar pesos enormes con solo un dedo.

¿Y de dónde sale tanto superpoder en una familia aparentemente corriente? Todo ello tiene una explicación: el abuelo del clan, encarnado por Plácido Domingo, era un agente secreto nacido en el planeta Maktub que durante una misión espacial se enamora de una mujer de la Tierra y decide quedarse con ella. Pero el patriarca mantuvo operativa una vía de contacto con su lugar natal: la nevera del sótano de la casa familiar es "una puerta cósmica entre ambos mundos".

Pero abrirla también implica el riesgo de que los villanos extraterrestres puedan llegar a nuestro planeta. Y eso es justo lo que hace Nicolás, el hijo de los Rodríguez, poniendo en aprietos a su familia, que se ve obligada a investigar cómo cerrar este agujero interplanetario mientras sus miembros tratan de ocultar a sus vecinos las extrañas habilidades que les ha provocado la visita a Maktub.

Paco Arango tenía en la cabeza el disparatado guion de 'Los Rodríguez y el Más Allá' desde 2005, un par de años después del fin de su célebre serie '¡Ala... Dina!', que protagonizaron Paz Padilla y Lidia San José. "Por aquel entonces quise que fuera una serie para televisión, pero el proyecto no continuó", explica el director de cine y productor a 'El Confidencial'.

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Ahora, la historia de los Rodríguez llega a las salas en forma de largometraje el próximo 31 de octubre con un reparto de lujo: Eduard Soto, como padre de familia, los mexicanos Mariana Treviño y Omar Chaparro, Geraldine Chaplin, en el papel de la abuela; Rossy de Palma —jefa de operaciones espaciales—, Macarena Gómez —una vecina impertinente—, Enrique Villén, como ministro de Hacienda; Arón Piper, Sara Jiménez, Óscar Casas o el fallecido Eduardo Gómez.

Además, el filme cuenta con cameos como el del propio Arango, el de Domingo —el yayo extraterrestre culpable de casi todo este embrollo— o el de Santiago Segura, archienemigo del anterior. Y entre los actores más veteranos y los más noveles —como Rodrigo Simón o María Blanco— hay casi seis décadas de diferencia de edad. "Todos en el reparto son magníficos", apunta Paco. "Y se creó una sensación de complicidad, casi como de familia, que permitió que trabajar fuese realmente fácil", sostiene. "Y cuando un niño traspasa la cámara es algo mágico".

"Yo soy cineasta. Las películas que hago son las que quiero hacer; pero con cada una donaré parte de la recaudación"

"Cuando escribes un guion puedes pedir los cromos que te dé la gana; luego conseguirlos ya es un milagro. Y yo he tenido la suerte de escribir para actores que luego conseguí", explica el cineasta. "Y el mérito de un buen director —prosigue— es el de acoplarse a lo que aporta cada intérprete; y no solamente pedir lo que uno tiene en mente".

Parte de la recaudación de 'Los Rodríguez y el Más Allá' irá destinada a la Fundación Aladina, que Arango creó en 2005 y que a día de hoy asiste a más de 1.500 niños con cáncer.

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"Todas mis películas tienen un ángulo benéfico", expone. "Con la primera (el largometraje 'Maktub', al que ahora lanza un guiño en su último estreno) construimos un centro de trasplantes de médula ósea. Y la segunda fue la primera cinta 100% benéfica del mundo: todo lo recaudado —más de 2,7 millones de euros— se destinó a causas benéficas", detalla. "Entonces me llamaron loco; pues ojalá haya más locos como yo".

Sin embargo Paco separa su faceta de director de estos proyectos solidarios. "Yo soy cineasta; tengo muchos guiones en mente y algunos en camino. Las películas que hago son las que quiero hacer; pero con cada una dono parte del dinero para ayudar y concienciar", expone.

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Se considera "muy niño" y el suyo, dice, es un cine "muy de fábula, de magia, de cuento, de evadirte". "Aunque me gusten otros directores como Tarantino, no voy a hacer nunca una película de asesinatos; no es lo mío", explica. Y con su tercer filme, apunta Arango, lo que buscaba era contar una historia familiar y entretenida, "con efectos especiales a la altura de Hollywood" —"hoy los niños notan la calidad", apunta—y con la que todo espectador se sienta identificado.

"Creo que una cosa que yo sé hacer bien es retratar cómo son las relaciones familiares. ¿Y quién no tiene una familia algo disfuncional?", se pregunta Paco. Quizá no tan anómala como sus Rodríguez, pero normal —lo que se dice normal— no la tenemos nadie.