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'¿Qué te juegas?': Leticia Dolera, contra los pijos millonarios
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'¿Qué te juegas?': Leticia Dolera, contra los pijos millonarios

La directora Inés de León debuta en el largometraje con una comedia romántica de vocación popular que juega a la inversión de roles en lo que a géneros se refiere

Foto: Amaia Salamanca y Leticia Dolera, en '¿Qué te juegas?'. (A Contracorriente)
Amaia Salamanca y Leticia Dolera, en '¿Qué te juegas?'. (A Contracorriente)

La tradición de la 'screwball comedy' ha cuajado poco en el cine español. Este subgénero de la comedia que brilló en Estados Unidos entre finales de los años treinta y principios de los cuarenta con títulos como 'Sucedió una noche' o 'La fiera de mi niña' explotaba la guerra de sexos a partir de diálogos ágiles y pullas afiladas que los personajes se intercambiaban con la misma apasionada ferocidad con que se deseaban. Los tira y afloja en la 'screwball' partían también en la mayoría de casos de una diferencia de clases entre la pareja protagonista que el amor conseguía salvar. De esta manera, los espectadores que se refugiaban en las salas de cine durante la Gran Depresión gozaban de comedias donde la clase alta se retrataba desde un humor con cierta, muy relativa, perspectiva crítica, y era el personaje más humilde quien ejercía de referente ético. La comedia romántica que floreció a partir de la década de los ochenta se considera la heredera de la 'screwball', pero la mayoría de títulos adscritos a este subgénero más contemporáneo no suelen presentar ni la modernidad en lo que a roles de género se refiere ni la brillantez de escritura de sus precedentes clásicos.

'¿Qué te juegas?', primer largometraje de Inés de León a partir de una idea original de Astrid Gil-Casares, se desarrolla como una comedia romántica que en parte actualiza algunos de los recursos más atractivos de la 'screwball comedy'. La película se sitúa en un ámbito poco transitado por la comedia española, el de las familias que acumulan mucho poder al mando de una gran empresa, no por méritos propios sino por mera herencia patrimonial. En este caso, los protagonistas son Roberto (Javier Rey), Daniela (Amaia Salamanca) y Fernando (Daniel Pérez Prada), tres hermanos que comparten la propiedad de una gran naviera. Pero es sobre todo Daniela quien dirige la empresa con mano de hierro.

placeholder Javier Rey y Amaia Salamanca, en '¿Qué te juegas?'. (A Contracorriente)
Javier Rey y Amaia Salamanca, en '¿Qué te juegas?'. (A Contracorriente)

En el filme, se la presenta como una especie de versión extrema del personaje de Meryl Streep en 'El diablo viste de Prada', la jefa todopoderosa e implacable que no tiene ningún reparo en despedir a cualquier empleado al fallo más mínimo. "Recoge tus cosas, ¡y a la calle!" es su diálogo recurrente. Mientras el zángano de Fernando se refugia en su cargo de almirante para holgazanear y delega su voto en Daniela, Roberto regresa de uno de sus viajes de aventuras de millonario bohemio con la idea de desafiar la autoridad de su hermana.

Daniela es la jefa todopoderosa e implacable que no tiene ningún reparo en despedir a cualquiera

A falta de una estrategia empresarial para derrotarla, el hombre recurre a una vieja estratagema, la que popularizó Ernst Lubitsch en 'Ninotchka' con la Garbo. Contrata a la única persona que ha conseguido hacer reír a Daniela para noquearla a través del amor. La escogida para tal tarea es Isabel (Leticia Dolera), una monologuista sin demasiado éxito en su carrera que comparte piso con sus dos mejores amigos, Álex (Brays Efe) y Alexia (Mariam Hernández). Por supuesto, Isabel pondrá patas arriba el rígido sistema de valores no solo de Daniela, también de Roberto.

placeholder Leticia Dolera es Isabel en '¿Qué te juegas?'. (A Contracorriente)
Leticia Dolera es Isabel en '¿Qué te juegas?'. (A Contracorriente)

Roberto decide dar clases de seducción a Isabel a base de proyectarle un ciclo de las comedias románticas más populares, de 'Notting Hill' a 'Pretty Woman'. De esta manera, el filme adopta cierta autoconciencia respecto a su propia naturaleza, al tiempo que replica la mayoría de rutinas del género con más o menos acierto. Que parte del conflicto romántico se centre en el juego de seducción entre dos mujeres resulta uno de los aciertos de esta ópera prima y recuerda cómo la 'screwball comedy' también jugaba a subvertir los roles tradicionales de género a través de la comedia.

El choque de clases entre los pijos millonarios y la treintañera que a duras penas llega a fin de mes propicia algunos de los diálogos más jugosos

El choque de clases entre los pijos millonarios y la treintañera que a duras penas llega a fin de mes propicia algunos de los diálogos más jugosos, sobre todo por parte de una Leticia Dolera que se muestra de sobras entrenada en el papel de cómica con una réplica mordaz siempre a punto. Inés de León se fogueó en esto del cine con una webserie, 'Inquilinos', que tenía mucho de 'sitcom millennial'. Aquí combina este registro y el de la 'stand-up comedy' más blanca con la comedia de vocación sofisticada. Así, '¿Qué te juegas?' consigue soslayar el peligro de haber funcionado como un mero pastiche formulaico de sus géneros de referencia.

placeholder Cartel de '¿Qué te juegas?'.
Cartel de '¿Qué te juegas?'.

Sin embargo, también se echa en falta un mayor arrojo en algunas de las ideas propuestas. Aunque queda claro que no estamos en el terreno de la crítica social, hubiera sido de agradecer más mala baba en el retrato de los acaudalados protagonistas, sobre todo teniendo en cuenta que la guionista principal debe conocer bien este mundo. El guion regala tanto gags inesperados como chistes demasiado evidentes, o incluso rancios (ay, la figura del chamán consejero de Roberto). Y el final confirma que, por mucho humor que se le añada, la comedia romántica sigue siendo el género más conservador imaginable en lo que a la concepción del amor se refiere.

Foto: Finley Hobbins, Nico Farrier y Colin Farrell, en 'Dumbo'. (Disney)
Foto: Bella Thorne, en un momento de 'Nación salvaje'. (Versus)

La tradición de la 'screwball comedy' ha cuajado poco en el cine español. Este subgénero de la comedia que brilló en Estados Unidos entre finales de los años treinta y principios de los cuarenta con títulos como 'Sucedió una noche' o 'La fiera de mi niña' explotaba la guerra de sexos a partir de diálogos ágiles y pullas afiladas que los personajes se intercambiaban con la misma apasionada ferocidad con que se deseaban. Los tira y afloja en la 'screwball' partían también en la mayoría de casos de una diferencia de clases entre la pareja protagonista que el amor conseguía salvar. De esta manera, los espectadores que se refugiaban en las salas de cine durante la Gran Depresión gozaban de comedias donde la clase alta se retrataba desde un humor con cierta, muy relativa, perspectiva crítica, y era el personaje más humilde quien ejercía de referente ético. La comedia romántica que floreció a partir de la década de los ochenta se considera la heredera de la 'screwball', pero la mayoría de títulos adscritos a este subgénero más contemporáneo no suelen presentar ni la modernidad en lo que a roles de género se refiere ni la brillantez de escritura de sus precedentes clásicos.

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