'La mujer que sabía leer': todas a por el hombre semen
¿Cómo se organiza un matriarcado ante la presencia de un único hombre? El debut de Marine Francen especula con este punto de partida en un insólito drama histórico rural
'La mujer que sabía leer', el título en español de 'Le semeur' ('El sembrador'), cambia por completo el sentido del original. Por un lado, le otorga la centralidad que le corresponde a Violette, la protagonista de este drama ambientado en un pueblo de la Francia del siglo XIX en que solo viven mujeres. Por el otro, en una comprensible vocación de resultar más atractivo de cara a los espectadores, el título renuncia a la clara connotación sexual, agrícola y biológica que tiene 'el sembrador' en un filme sobre una comunidad femenina que decide convertir al único hombre presente en el lugar en un bien común.
A partir del libro 'El hombre semen', de Violette Ailhaud, la película arranca en un pueblo perdido entre las montañas en los Alpes de la Alta Provenza en pleno siglo XIX. Napoleón III acaba de dar su autogolpe de Estado contra la Segunda República y ordena arrestar a los simpatizantes de la antigua forma de gobierno. La represión contra los republicanos es tan salvaje que alcanza los lugares más recónditos. Incluso la aldea sin nombre donde sucede la trama, que se queda sin hombres. A los que no matan, se los llevan los soldados del emperador.
Así empieza una vida en comunidad de lo más insólita: las mujeres, solas, asumen los trabajos tradicionalmente masculinos, como las tareas más duras del campo, se dan apoyo mutuo y ahondan en sus intimidades compartidas. Al tiempo que echan en falta a sus maridos, hermanos, padres e hijos. Unas llevan peor que otras la ausencia masculina. Las jóvenes temen que si la situación se alarga demasiado, se queden para vestir santos y sin hijos. Por lo que un día, mientras charlan sobre sus respectivas vidas sexuales, se hacen una promesa. Si alguna vez llega algún hombre solo al lugar, deberán 'compartirlo' entre todas. Y sucede. Un herrero de mediana edad, Jean, se deja caer por allí...
Si alguna vez llega algún hombre solo al lugar, deberán 'compartirlo' entre todas
El punto de partida de 'La mujer que sabía leer' presenta un potencial riquísimo que la directora debutante Marine Francen aprovecha en parte. Cabe la posibilidad de explorar la situación de las mujeres que, en ausencia temporal pero prolongada de hombres, descubren que pueden hacer las mismas tareas y tienen las mismas capacidades que ellos. Pero a la directora no le interesa esta vertiente de despertar feminista de quien descubre su talento para determinada disciplina y, consecuentemente, la existencia de un orden social que le impide ejercerlo para favorecer a los hombres.
Por momentos, el filme se presenta como una variante rural de 'El seductor'/'La seducción' en cualquiera de las dos versiones realizadas respectivamente por Don Siegel y Sofia Coppola, en tanto se adentra en las reacciones de un grupo de mujeres aisladas y solas cuando un hombre irrumpe en su frágil estabilidad. Al contrario de estas películas que adaptaban la obra de Thomas P. Cullinan, ambientadas en una sociedad represiva con la sexualidad femenina, aquí las protagonistas hablan con toda franqueza de lo que representa en el estricto plano sexual y reproductivo no contar con ningún varón cerca, y por ello proponen una solución práctica y colectiva a esta escasez.
La película se mueve en torno al dilema que se le presenta a Violette cuando se enamora del 'hombre semen'
La película se mueve en torno al dilema que se le presenta a la Violette cuando se enamora del 'hombre semen'. No quiere renunciar a acostarse siempre con Jean, pero también quiere mantener la promesa que hizo a sus congéneres. Violette intentará ser fiel a la vez a sus sentimientos y a su compromiso social. 'La mujer que sabía leer' rompe así con la idea todavía imperante de que el amor romántico solo se puede concebir desde la monogamia, sobre todo si hablamos de las mujeres. Aunque el filme también se muestra demasiado tímido a la hora de defender la postura de estas mujeres o incluso aproximarse a las fricciones y conflictos que supone para cada una de ellas la decisión asumida por todas.
Marine Francen apuesta por realizar una película de factura atractiva que amansa lo espinoso de todo el planteamiento. Rodado en formato académico, el filme visualiza una comunidad rural y montañosa de los Alpes de la Alta Provenza desde una serie de referentes artísticos identificables más que desde el realismo histórico. Así, la cotidianidad de estas mujeres sometidas a unas duras condiciones de vida se presenta desde una estética no embellecida pero sí harto atractiva para la vista, con unas composiciones en el cuadro muy elaboradas.
Como suele ser habitual en el cine francés, también se lleva a cabo una idealización de los valores republicanos y de aquellos que los defienden. Aquí la propia protagonista, que puede hacer gala de haber aprendido a leer gracias a su padre, y Jean, también ávido lector de clásicos de la literatura francesa. Como en 'La librería', de Isabel Coixet, la lectura deviene una forma de estatus que otorga un plus de atractivo y carisma a los personajes, y al tiempo esconde que en el fondo resultan mucho más convencionales de lo que esa cualidad les supone.
Aunque se echa en falta una aproximación un tanto más radical a esta idea de una comunidad femenina que rompe con las inercias ligadas al amor romántico a la hora de vincularse con el único hombre del lugar, 'La mujer que sabía leer' resulta una propuesta diferenciada en el desgastado terreno del cine de época con protagonistas femeninas.
'La mujer que sabía leer', el título en español de 'Le semeur' ('El sembrador'), cambia por completo el sentido del original. Por un lado, le otorga la centralidad que le corresponde a Violette, la protagonista de este drama ambientado en un pueblo de la Francia del siglo XIX en que solo viven mujeres. Por el otro, en una comprensible vocación de resultar más atractivo de cara a los espectadores, el título renuncia a la clara connotación sexual, agrícola y biológica que tiene 'el sembrador' en un filme sobre una comunidad femenina que decide convertir al único hombre presente en el lugar en un bien común.
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