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'The Florida Project': en los arrabales de Disneylandia
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'The Florida Project': en los arrabales de Disneylandia

Buen ejemplo de cine alternativo, la cinta se mueve por los márgenes del relato oficial del sueño americano a través de las tribulaciones de una niña que vive en un motel cochambroso

Foto: Bria Vinaite y Brooklynn Prince, en 'The Florida Project'. (Diamond)
Bria Vinaite y Brooklynn Prince, en 'The Florida Project'. (Diamond)

Como en una canción de Los Burros, Disneylandia no existe para la pequeña Moonee, a pesar de que se aloja junto a Halley, su madre en el paro, a pocos minutos del famoso parque de atracciones de Orlando. 'The Florida Project' nos sitúa en las cercanías de Disneyworld sin mostrarnos en principio el lugar en cuestión. Los alrededores dan los suficientes indicios como para intuir que el complejo turístico anda cerca. Aunque, como la niña protagonista, no lo llegamos a ver. Porque aquí, como también seguía la canción, no hay dinero apenas para sobrevivir.

Sean Baker, que rodó su anterior película, 'Tangerine', con la cámara de un iPhone 5s, opta en este caso por un formato panorámico que le permite enmarcar a sus protagonistas en relación a unos espacios propios de un decorado de película. El enorme supermercado de naranjas de Florida que se eleva como una cúpula con el color de estas frutas, el mago gigantesco que abraza la tienda de regalos, la calle que lleva el nombre de los Siete Enanitos, el quiosco en forma de cono de helado, así como el mismo motel de tono violeta sobre el que se posa el arco iris en los días de sol y lluvia, y donde se alojan Monnee y su madre... Fachadas y signos que contribuyen a crear un entorno propio de un cuento de hadas que, sin embargo, esconde una realidad mucho más dura entre sus paredes.

Foto: Brooklynn Prine y Bria Vinaite protagonizan 'The Florida Project'. (Diamond)


Baker no juega al contraste fácil, sino que convierte este paisaje entre el arte pop y la América destartalada en el escenario perfecto para que una niña sin apenas ninguna posesión corra arriba y abajo, descubra rincones propios de una película de terror o de aventuras, gaste bromas a los turistas y pueda creerse que la dieta a base de helados, trozos de pizza y sobras de una cafetería no es más que un sueño gastronómico infantil hecho realidad. 'The Florida Project' se convierte así en uno de esos filmes que saben captar la vivencia de unas vacaciones de verano desde la perspectiva, el ritmo y la energía propios de una niña.

La obra de Sean Baker devuelve el sentido a ese concepto tan devaluado que es el cine independiente. Sus películas suelen situarse estética y literalmente en los márgenes de la gran industria, y ponen el foco en ese paisaje humano olvidado por buena parte de la cinematografía norteamericana. Aunque este es su primer filme que se estrena comercialmente en España, el director no es un desconocido para los seguidores del cine indie. En 'Tangerine' (2015), un pequeño 'boom' en circuitos especializados, exploraba un terreno paralelo al de 'The Florida Project'. En ese caso, los arrabales de Hollywood que recorrían las protagonistas, dos mujeres trans en busca de la pareja y chulo de una de ellas, en una comedia que recuerda en su frescura y su descaro a los primeros títulos de Pedro Almodóvar. En la anterior, 'Starlet' (2013), Baker se situaba igualmente en un terreno tangencial de la industria del cine, el del negocio del porno en el Valle de San Fernando, para reseguir la inesperada amistad que surge entre una joven actriz de cine X y una mujer octogenaria.

Lejos de convertir a sus personajes en meros arquetipos de la marginación social, Baker les otorga un perfil específico y, sobre todo, una fuerza vital y una dignidad que llena las películas. Halley (Bria Vinaite) es una joven repleta de energía y de rabia contra un sistema que no le ofrece oportunidades, y Moonee (Brooklynn Kimberly Prince), una polvorilla que magnetiza la pantalla con la naturalidad de una niña traviesa que parece vivir ajena a las tribulaciones económicas que les afectan. Pero es Willem Dafoe quien da vida a uno de los mejores secundarios del cine reciente, el encargado del motel que ejerce a su manera de ángel guardián de las protagonistas, un tipo que a través de su comportamiento siempre razonable y humano demuestra acarrear una sabiduría intuitiva sobre el dolor y el desamparo de quienes viven allí.

'The Florida Project' forma una inesperada doble sesión con otro de los títulos del año, 'Estiu 1993'. Como el filme de Carla Simón, el de Baker también está centrado en la experiencia y la perspectiva de una niña que disfruta de las vacaciones veraniegas como cualquier menor de su edad, a pesar de encontrarse en una situación de apuro. Moonee es la fuerza motriz de la película, uno de esos personajes infantiles que de vez en cuando da el cine, capaz de sostener sobre sus frágiles hombros buena parte del peso de la narración. Como sucede con la Frida de 'Estiu 1993', la entereza de Moonee tiene algo de doloroso. Por lo que Baker opta igualmente por un desenlace catártico que libera toda la tensión y emoción contenidas en una secuencia final mágica como pocas.

Foto: Una imagen de 'Cincuenta sombras liberadas'. (Universal)
Foto: Spencer Stone, haciendo de sí mismo en una escena de '15:17 Tren a París'. (Warner)

Como en una canción de Los Burros, Disneylandia no existe para la pequeña Moonee, a pesar de que se aloja junto a Halley, su madre en el paro, a pocos minutos del famoso parque de atracciones de Orlando. 'The Florida Project' nos sitúa en las cercanías de Disneyworld sin mostrarnos en principio el lugar en cuestión. Los alrededores dan los suficientes indicios como para intuir que el complejo turístico anda cerca. Aunque, como la niña protagonista, no lo llegamos a ver. Porque aquí, como también seguía la canción, no hay dinero apenas para sobrevivir.