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'Barry Seal: el traficante'': Tom Cruise se lo pasa en grande de narco anticomunista
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'Barry Seal: el traficante'': Tom Cruise se lo pasa en grande de narco anticomunista

Tom Cruise se reúne con el director Doug Liman en una historia basada en hechos reales: la de Barry Seal, el piloto de la CIA que se forró con el tráfico de cocaína

Foto: Un fotograma de 'Barry Seal: el traficante'. (Universal)
Un fotograma de 'Barry Seal: el traficante'. (Universal)

En las fotos que circulan de él en internet, Barry Seal aparece como una tanqueta humana de calvicie incipiente y cara de perro que parece haber pasado demasiado tiempo en compañía de Ronald McDonald y de Bud Weiser. Sin embargo, gracias a la magia obrada por Hollywood, ahora revive convertido en Tom Cruise, los 55 años mejor llevados y las 32 piezas dentales mejor conservadas de América, y un actor para quien adaptar su imagen a las necesidades del personaje en general significa poco más que cortarse el pelo o dejárselo crecer.

Al bueno de Cruise las cosas no le han ido demasiado bien últimamente. Hace un par de meses, 'La momia' se convirtió en la segunda película peor valorada por la crítica de toda su carrera —de ese podio, nadie echará nunca a 'Cocktail' (1988)—, y dos semanas atrás se hizo polvo mientras trataba de saltar de un edificio a otro durante el rodaje de 'Misión imposible 6'. Dadas esas circunstancias, la llegada a los cines de 'Barry Seal: el traficante' quizá funcione para el actor como una tregua. Después de todo, es su mejor trabajo frente a la cámara desde su anterior colaboración con el director Doug Liman, 'Al filo del mañana' (2014).

placeholder Tom Cruise, en su papel de Barry Seal. (Universal)
Tom Cruise, en su papel de Barry Seal. (Universal)

De acuerdo con la nueva película, la carrera forajida de Seal empezó en 1978 siendo él un desmotivado piloto de la TWA. Primero fue reclutado por la CIA para tomar fotografías desde el aire a lo largo del Caribe; luego se asoció con el cartel de Medellín para ayudarles a introducir su cocaína en Estados Unidos, y posteriormente estrechó los lazos con la inteligencia de su país transportando armas para las milicias anticomunistas que luchaban contra los sandinistas en Nicaragua, contribuyendo así a lo que años más tarde sería conocido como el escándalo Irán-Contra.

'Barry Seal' es su mejor trabajo frente a la cámara desde su anterior colaboración con el director Doug Liman, 'Al filo del mañana' (2014)

Todos esos empleos acaban reportándole a él y a su familia más millones de dólares de los que pueden lavar. Vemos a Seal convirtiendo hasta los lugares más insospechados en escondites de bolsas llenas de dinero. Una noche, su esposa, Lucy (Sarah Wright), le dice que hay billetes esparcidos por el césped. Barry contesta que lo rastrillará por la mañana.

placeholder Tom Cruise y Sarah Wright, en un fotograma de la película. (Universal)
Tom Cruise y Sarah Wright, en un fotograma de la película. (Universal)

En cierto sentido, 'El traficante' podría verse como una secuela espiritual de 'El lobo de Wall Street'. Después de todo, tanto la historia de Seal como la de Jordan Belfort encarnan la versión más excesiva y descontrolada del sueño americano. Al mismo tiempo, la película es también la historia de la América de Jimmy Carter y Ronald Reagan, y de cómo ambos presidentes nutrieron la epidemia del narcotráfico mientras trataban de combatirla, y desataron crisis geopolíticas que aún hoy reverberan.

En cierto sentido, 'El traficante' podría verse como una secuela espiritual de 'El lobo de Wall Street'

Pese a ello, la película carece en todo momento de gravedad. Su objetivo es en primer lugar nuestra risa —habrá quienes acusen a Liman de frivolizar un asunto, los carteles de la droga, más cercano al cine de terror que a la comedia— y, en segundo lugar, permitir que Cruise se lo pase en grande a costa de su propio bagaje actoral. Después de todo, mientras Seal cruzaba América transportando armas, Cruise se convertía en el actor más famoso del mundo, y es fácil imaginárselo encarnando a Seal por aquel entonces, en 1986. Treinta años después, sigue luciendo las Ray Ban de piloto como si hubiera nacido exclusivamente para ello.

placeholder Tom Cruise y sus sempiternas Ray Ban. (Universal)
Tom Cruise y sus sempiternas Ray Ban. (Universal)

En cualquier caso, decimos, 'El traficante' carece de matices dramáticos; es impetuosa y temeraria de principio a fin. Imposible contar las veces que el argumento gira sobre sí mismo con el fin de confundirnos, mientras nos preguntamos cuánto tiempo puede Seal sobrevivir antes de que el destino, o el rifle de un sicario, pongan fin a su aventura. Algunas escenas son puro delirio. En una de ellas, Seal estrella un avión en los suburbios y sale de él cubierto de polvo blanco de la cabeza a los pies —una bolsa de cocaína explotó a causa del impacto—, le compra su bicicleta a un niño perplejo y huye del lugar pedaleando como si llegara tarde al colegio.

placeholder Cartel de 'Barry Seal: el traficante'.
Cartel de 'Barry Seal: el traficante'.

El guionista Gary Spinelli ha reconocido la influencia de 'Uno de los nuestros', y, puestos a buscar inspiración, pocas películas ofrecen tanta como el clásico de Martin Scorsese. El problema es que la misma atmósfera de paranoia, pánico y frenesí que aquella película imprimía a su final, esta se lo imprime a dos tercios buenos de su metraje; y en última instancia se impone la monotonía, en parte también porque 'El traficante' carece por completo de la complejidad moral y envergadura tragicómica de ese modelo. No hay interés por llegar al quid de las motivaciones de Seal ni al de su psicología, ni siquiera cuando va quedando claro que las cosas no van a acabar bien para él.

Y, por supuesto, al final el personaje se resiente también del hecho de estar interpretado por un actor reacio a ensuciar la imagen que proyecta en pantalla: la película se muestra ansiosa por dejar claro que Seal era esencialmente un tipo decente. Ni siquiera se atreve a sugerir ni por un instante que el tipo llegara a probar su propia mercancía. Que Cruise acceda a salir en pantalla cubierto de polvos de talco no significa que vayamos jamás a verlo esnifando cocaína.

Foto: Un fotograma de 'Los casos de Victoria'. (Universal)
Foto: Quim Gutiérrez y Aura Garrido protagonizan 'La niebla y la doncella'. (DeAPlaneta)

En las fotos que circulan de él en internet, Barry Seal aparece como una tanqueta humana de calvicie incipiente y cara de perro que parece haber pasado demasiado tiempo en compañía de Ronald McDonald y de Bud Weiser. Sin embargo, gracias a la magia obrada por Hollywood, ahora revive convertido en Tom Cruise, los 55 años mejor llevados y las 32 piezas dentales mejor conservadas de América, y un actor para quien adaptar su imagen a las necesidades del personaje en general significa poco más que cortarse el pelo o dejárselo crecer.

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