'Lego Batman, la película', una hilarante orgía hiperactiva

Después de combatir a los malos, Batman regresa a su casa, un hogar enorme pero vacío. Vestido con bata, trata larga y torpemente de calentar una langosta en el microondas. Luego se mete en su cine privado y ve a Jerry Maguire a solas. Cuando Renée Zellweger dice "me tenías con el hola", Batman se ríe. Luego mira a su alrededor para ver que no tiene a nadie con quien divertirse. Es muy triste, y por eso también muy cómico. Que la gravedad del hombre murciélago resulte hilarante no es nuevo. La diferencia es que aquí, por una vez, la hilaridad es intencionada.

'A priori', sería comprensible dar por hecho que 'Lego Batman, la película', que es un 'spin-off' de un 'blockbuster' de éxito y se basa tanto en un icono de DC Comics como en un célebre juguete, es un mero producto específicamente diseñado para vender. Afortunadamente, en su día 'Lego, la película' (2014) ya marcó el camino a seguir —jocoso humanismo, autoconsciencia rabiosamente original, autorreferencialidad irresistible—, y aunque es cierto que por un lado la nueva película no llega a alcanzar la inesperada profundidad y calado emocional de esa predecesora, también lo es que, por otro, incluye menos momentos promocionales de los productos Lego. En general, se limita a parodiar la ridícula gravedad de Batman y a sacar punta tanto a la longevidad cultural del personaje mismo —varios momentos icónicos de su historia audiovisual son recreados— como en realidad de casi todo lo pop, de 'The Matrix' a 'King Kong'.

Batman/Joker: una comedia romántica

Mientras tanto, nos introduce en un mundo en el que el caballero oscuro pasa los días oscuro, solitariamente embebido de sí mismo y menos atento a luchar contra el crimen que al tamaño de sus abdominales y, alternativamente, a darle mala vida al Joker. El director, Chris McKay, en buena medida plantea la dinámica entre ambos en términos de comedia romántica. El Joker simplemente necesita que Batman lo odie como merece, y está dolido por la falta de exclusividad en su relación. Y de esa relación nutrida de desdén emerge una curiosísima forma de homoerotismo que resulta graciosísima pero también extrañamente conmovedora.

El Joker simplemente necesita que Batman lo odie como merece, y está dolido por la falta de exclusividad en su relación

Los vaivenes entre ambos le sirven a McKay para ofrecer una orgía hiperactiva de acción alocada y chistes bobos, tantos que resulta difícil acordarse de ninguno de ellos: antes de que seamos capaces de procesar uno, tres más se han amontonado sobre él. Su apuesta rotunda por el más es más puede resultar agotadora, sobre todo al llegar a ese clímax que incorpora villanos como Drácula y Sauron y Voldemort —por nombrar solo unos pocos— y en el que Batman deberá aprender el valor del trabajo en equipo.

En última instancia, pese a que toma personajes de sagas que pertenecen a DC y a Warner Bros, la fuente de inspiración más obvia de 'Lego Batman, la película' parece provenir de Marvel, puesto que trasplanta el humor autorreflexivo de 'Deadpool' a un formato más familiar y políticamente correcto. Los fans del cine de superhéroes tienden a dividirse en dos bandos: los fans de Marvel se ríen de lo depresivas que son las películas de DC, y los partidarios de DC critican la frivolidad de las películas de Marvel. He aquí una rareza, capaz de satisfacer a unos y a otros. ¿Por qué a partir de ahora no hacen todas las películas de superhéroes con bloques de plástico interconectables? O, al menos, ¿por qué no reemplazan a Ben Affleck por muñecos en algunas de ellas?

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