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'Capitán América: Civil War': Berrinche a la puerta del colegio
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'Capitán América: Civil War': Berrinche a la puerta del colegio

Una trama repleta de acción en la que, sin embargo, se juega a lo fácil: reunamos al mayor número posible de superhéroes y que se peleen. Hasta la extenuación

Foto: 'Capitán América: Civil War'
'Capitán América: Civil War'

La llaman la edad de oro del cine de superhéroes, aunque deberían ser más específicos: es la edad de oro de las películas con muchos superhéroes. El inusitado éxito de 'Los Vengadores' ha abierto la puerta a una nueva forma de entender el género. ¿Por qué limitar cada entrega del universo cinematográfico de turno (llámese Marvel o DC) a un personaje pudiendo entremezclar a varios en pantalla?

Con esta premisa llega 'Capitán América: Civil War', una cinta que bien se podría haber llamado 'Los Vengadores 3', y que opta por repetir con los hermanos Russo al frente de la nave después del buen sabor de boca de la segunda entrega.

Tráiler de 'Capitán América: Civil War'

El punto de partida, patente en el título, es la serie de cómics que enfrentó a algunos de los superhéroes más importantes del universo marvelita hace ya unos cuantos años, y con una premisa muy similar: es muy bonito enfundarse un traje de neopreno y repartir galletas a diestro y siniestro pero, oh calamidad, en ocasiones esos actos de valentía se traducen en víctimas inocentes que tan solo pasaban por ahí.

Hay que bajar el pistón

La fuerza de 'Civil War' reside en ese planteamiento que Marvel ya dejó entrever en 'Iron Man 3' y en 'Los Vengadores: la era de Ultron'. Un Tony Stark más consciente que nunca de sus actos se pone del lado del Gobierno para pedir a sus compañeros de aventuras que hay que bajar el pistón y someterse a las órdenes de las Naciones Unidas antes de tomarse la justicia por su mano.

Es en ese aspecto donde se encuentra el debate más interesante de la película, que traza paralelismos claros con la política estadounidense de las últimas décadas. Y es un debate desaprovechado, ya que los Russo, a diferencia de 'Capitán América 2', juegan a lo fácil: reunamos al mayor número posible de superhéroes y hagamos que se peleen. Hasta la extenuación.

Los Russo juegan a lo fácil: reunamos al mayor número posible de superhéroes y hagamos que se peleen. Hasta la extenuación

Uno de los aspectos donde 'Batman v. Superman' se ha separado del rebaño con éxito (perdón, soy uno de esos pocos a los que les sorprendió para bien la cinta de Snyder) es en el desarrollo de una trama que pedía oscuridad y seriedad antes que el habitual tono jocoso de las producciones del binomio Marvel/Disney. Pese a numerosos errores que lastraban el producto final, el enfrentamiento de los héroes de DC giraba en torno a una idea similar a la que venden los Russo en 'Civil War'. ¿Dónde están los límites de los superhéroes? ¿Deben rendir cuentas ante alguien? ¿Merece la pena que aparezca un salvador si su llegada implica el nacimiento de varios villanos?

A falta de pan, buenas son tortas

En 'Civil War' se hace bueno el dicho de que a falta de pan, buenas son tortas. Y el problema no es que la cinta sea un tostón, ya que las escenas de acción están bien hiladas y la trama se despacha sin bostezos. Desde un primer momento queda patente que el peso de la cinta va a recaer en la acción. Es significativo que los pocos minutos de Spider-Man en pantalla sean lo mejor de una cinta que aglutina a las nuevas caras del universo Marvel, como Ant-Man o la introducción de Black Panther, y las prepara de cara a los estrenos venideros.

Ese Spider-Man interpretado por un jovencito, Tom Holland, le recuerda a la cinta que cuando más brilla es cuando más se acerca a lo que ha sido el Universo Cinematográfico Marvel hasta la fecha: amable, simpaticón y ligero.

El problema de 'Civil War' no es su estirada apuesta por la acción o su pobre desarrollo sino la tierra de nadie en la que se instala en el tramo final

El mayor problema de 'Civil War' no reside en su estirada apuesta por la acción o en el pobre desarrollo de los personajes y la trama, sino en esa tierra de nadie en la que se instala en el tramo final. De la misma manera que los cómics crean un cisma entre los superhéroes pero no liquidan a ninguno, la cinta de los Russo tampoco llega a grandes conclusiones. Sí, Capitán América y Iron Man se enfadan (se enfadan mucho) y se pelean hasta en dos ocasiones. ¿El resultado? “Si me necesitas a tu lado, sabes que estaré ahí”, espeta el Capitán segundos antes de los créditos. Y uno se pregunta al ver el resultado final: ¿de verdad eran necesarias casi dos horas y media de tortas para que los personajes llegaran a un destino muy similar al de partida? Más que una guerra civil, esto parece un berrinche a la puerta del colegio.

Al final de la crítica de 'Batman v. Superman' que publicamos en este diario, Dani Arjona decía que una y no más. Que 'Civil War' tenía que ser la tabla rasa que le devolviera la fe en el cine de superhéroes. Puede que, esta vez, tampoco hayamos dado con la piedra filosofal.

La llaman la edad de oro del cine de superhéroes, aunque deberían ser más específicos: es la edad de oro de las películas con muchos superhéroes. El inusitado éxito de 'Los Vengadores' ha abierto la puerta a una nueva forma de entender el género. ¿Por qué limitar cada entrega del universo cinematográfico de turno (llámese Marvel o DC) a un personaje pudiendo entremezclar a varios en pantalla?

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