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'Kiki', el arte de follar según Paco León
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'Kiki', el arte de follar según Paco León

Una comedia que parece la versión cañí, ligera y libérrima de los retratos corales que en su día hizo Robert Altman

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Paco León pierde la virginidad… otra vez. Que el Luisma de 'Aída' no era tonto, aunque suene a cliché, era algo que ya sabíamos todos. Hace falta ser muy listo para transformar la autenticidad de barrio de su señora madre, esa inmensa Carmina Barrios, en un díptico cinematográfico que exploraba los territorios de lo cotidiano desde una óptica que oscilaba entre el 'cinema verité' y la astracanada con sello genuinamente andaluz. Ahora se estrena con su primer encargo, un 'remake' de la cinta australiana 'The Little Death', que explora las filias sexuales a través de viñetas, las que le ofrecen cinco parejas encarnadas por lo más granado de nuestro 'star system'. Dicho así da mucho miedo, pero el que espere más de lo mismo al ver esos créditos protagonizados por un selvático polvo entre Álex García y Natalia de Molina se verá gratamente sorprendido unos minutos y varios coitos más tarde.

Tráiler de 'Kiki, el amor se hace'

'Kiki: el amor se hace' es una comedia que parece la versión cañí, ligera y libérrima de los retratos corales que en su día hizo Robert Altman. Detrás de la exploración de los miedos sexuales de una Candela Peña o del propio Paco, que también ejerce de actor en la cinta, se esconde también una certera visión de los prejuicios y la sobrevaloración del sexo a que nos enfrentamos a diario en una sociedad hipersexualizada, aunque solo de cara a la galería y casi siempre con fines comerciales.

Un digno cómic humanista

Ciertamente, ni todas las historias de las parejas retratadas (cada una de ellas con su principio, su nudo y su desenlace) poseen la misma fuerza ni su desarrollo se sigue con la misma curiosidad. Pero hay que reconocerle a su director la habilidad para tejer una especie de cómic humanista con resultados más que dignos. Paco León camina de puntillas por la trama evitando lo fácil: caer en la vulgarización y en lo ordinario.

La mejor prueba de ello es que las escenas de sexo en la película no son tantas como el título anuncia y que la trama se sustenta en diálogos trabajados y en unos actores que no necesitan ni clichés, ni machacones apuntes musicales de comedia romántica. Nuestras 'stars' no requieren más subrayados que los de la propia verdad de sus interpretaciones. Y en personajes como los de Alexandra Jiménez o Belén Cuesta, esta alcanza cotas extraordinarias.

Paco León evita caer en lo ordinario; la mejor prueba de ello es que las escenas de sexo en la película no son tantas como el título anuncia

Pese a su inteligente discurso sobre los tropezones que abundan en el largo camino hacia el placer, León se permite subrayados como esa aria operística que puntúa las prácticas somnofílicas de un personaje o el aire videoclipero y sensual del clímax final, que parece una versión eróticofestiva del de 'Love Actually'. Pero si en la cinta de Richard Curtis encontrábamos un candoroso canto al amor, aquí hallamos una saludable exaltación de la diferencia. Como la de la propia Carmina o el mismo Paco León; como la de todos aquellos que comulgan con lo excéntrico y que pueden encontrar en esta, una película más inteligente de lo que parece a primera vista, una magnífica terapia de grupo.

Paco León pierde la virginidad… otra vez. Que el Luisma de 'Aída' no era tonto, aunque suene a cliché, era algo que ya sabíamos todos. Hace falta ser muy listo para transformar la autenticidad de barrio de su señora madre, esa inmensa Carmina Barrios, en un díptico cinematográfico que exploraba los territorios de lo cotidiano desde una óptica que oscilaba entre el 'cinema verité' y la astracanada con sello genuinamente andaluz. Ahora se estrena con su primer encargo, un 'remake' de la cinta australiana 'The Little Death', que explora las filias sexuales a través de viñetas, las que le ofrecen cinco parejas encarnadas por lo más granado de nuestro 'star system'. Dicho así da mucho miedo, pero el que espere más de lo mismo al ver esos créditos protagonizados por un selvático polvo entre Álex García y Natalia de Molina se verá gratamente sorprendido unos minutos y varios coitos más tarde.

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