Buster Keaton, 50 años sin 'cara de palo'

Le llamaban 'cara de palo' porque no sabía sonreír. Una inmesa paradoja protagonizada por uno de los grandes cómicos de todos los tiempos y una de las estrellas indiscutibles del cine mudo hollywoodiense. Hoy se cumplen 50 años de la muerte de Buster Keaton, 'cara de palo' o Pamplinas, el actor, guionista y director pionero del gag físico y siempre en eterna comparación con Charles Chaplin.

Es unánime la opinión de que el éxito de Buster Keaton se debió a que nunca se rió en sus películas. De ahí su apodo. De hecho, en títulos tan míticos como 'El maquinista de la general' (1927) y 'El navegante' (1927) se le exigía por contrato no sonreír. "En cuanto un cómico empieza a reír en la pantalla es como si dijese al público que no debe tomarle en serio, que todo eso "es broma". De hecho, no se le tomará más en serio y por mucho que se encuentre en las situaciones más cómicas ya no hará reír. Después de todo, el cine cómico consiste, para el actor, en "hacer el tonto" y cuanto más seriamente lo haga más divertido será", aseguraba el propio Keaton.

Keaton, que recibió en 1960 un Oscar honorífico, explicaba que esta seriedad de sus personajes no era una cosa premeditada inicialmente. Es más, reparó en ello gracias a un fan. "Mi propio público me enseñó cómo crear mi personaje. Una carta de un desconocido me descubrió que yo jamás había reído en las películas. Tuve que ir a que me proyectaran mis últimas tres comedias para comprobar que era cierto. El personaje se había creado por sí solo. Un día, por divertirme, traté de sonreír al final de una película., La audiencia que vio este filme, silbó la escena. Era que el personaje se estaba traicionando. El público tenía razón", aseguraba.

Bautizado por Houdini

Joseph Francis Keaton murió el 1 de febrero de 1966 a causa de un cáncer de pulmón. Tenía 70 años y llevaba la actuación en las venas. Hijo de una familia de comediantes, desde su infancia participó tanto en una pequeña compañía de comedia y vodevil fundada por sus padres -Los tres Keaton- así como en el circo. Por cierto, al parecer el Buster le viene por el mago Houdini, con quien había compartido escenario el trío familiar y que le puso el apodo al verlo caer de una escalera (dijo 'That was a real buster!", es decir "¡Menuda caída!").

Roscoe 'Fatty' Arbuckle fue su descubridor. Un día le invitó a participar en 'The butcher boy' (1917) haciendo un pequeño papel en el que interpretaba a un joven serio tocado con un sombrero chato en busca de pelea. Y se enamoró del cine. En cualquier caso, llegó al séptimo arte gracias a su éxito sobre la pista. Con 20 años firma su primer contrato con Keystone. Era 1917 y cobra 40 dólares semanales. A los seis meses, 100 dólares y en 1923 su sueldo es de 2.000 dólares semanales y un 25% de los beneficios de cada filme, como recoge 'La risa loca', de Paco Ignacio Taibo.

Tras luchar en Francia durante la Primera Guerra Mundial, Keaton vuelve a Estados Unidos para trabajar junto a Arbuckle. Juntos ruedan 15 filmes y en 1920 llega su primer gran éxito: 'The saphead' (El crimen de Pamplinas), dirigida por Winchell Smith. Vuelve ese cómico a cuerpo limpio que lo mismo es exaspeante que hilarante o lacrimógeno. 'One week' (Una semana, 1920) será su primer filme en solitario y le seguirán otros como 'The high sign' (El guardaespaldas, 1921); 'The playhouse' (El gran espectáculo, 1921) o 'Cops' (La mudanza, 1922).

Después de todo, el cine cómico consiste, para el actor, en "hacer el tonto" y cuanto más seriamente lo haga más divertido será

Es en este tiempo en el que va modelando su personaje: su seriedad, el uso del cuerpo y de las acrobacias y su aparente inexpresividad ante lo que le rodea. Así nació esa 'cara de palo' o 'stone face'. "Buster Keaton jamás bromea, ni se divierte; procede con toda la ridícula gravedad de los seres sin alegría, y esto le da siempre un punto de tragedia, ese punto de tragedia que han tenido siempre los grandes cómicos", le define Jorge Grau en 'El actor de cine'.

Es la época dorada de su carrera con filmes como 'The three ages' (Las tres edades, 1923), 'Sherlock Junior' (El moderno Sherlock Holmes, 1924), 'The navigator' (El navegante, 1924) y sus grandes títulos 'Battling Butler' (El boxeador, 1926) y 'The General' (El maquinista de la general, 1927), una de las obras maestras del cine a pesar de su escaso éxito comercial.

Su carrera se quedó en dique seco con la llegada del cine sonoro. Él que había entendido como nadie y había puesto a su favor las limitaciones del cine mudo, cayó con el sonido y el contrato que firmó en 1928 con la Metro Goldwyn Mayer. Nunca se adaptó al estudio, que le imponía temas o interpretaciones (como renunciar a sus acrobacias) que iban en contra de su esencia. El resultado fue una depresión y alcoholismo.

Los años treinta los pasa en la sombra, si acaso escribiendo gags para filmes de los hermanos Marx o Skelton. En estos años viajará a Europa y participará con pequeños papeles en varias películas e incluso en 'Candilejas' (1952), de Chaplin. Y al contrario de lo que se pueda pensar, su viuda y tercera mujer, Eleanor Norris, aseguró en 1995 que Keaton tuvo una excelente relación con Chaplin, aunque no fue tan buena con otro de los grandes de la época: Harold Lloyd. El público vuelve a fijarse en él gracias a Billy Wilder ('Sunset Boulevard', 1950) o Cantinflas ('La vuelta al mundo en 80 días', 1956) y a mitad de los sesenta estrenará sus últimas películas: 'Film' (1965), un corto de Samuel Beckett y Alan Schneider, y 'Golfus de Roma', de Richard Lester (1966).

Coincidiendo con el aniversario de Keaton, la Cinemateca de Bolonia y el Cohen Film Collection ha anunciado que su obra está siendo restaurada, igual que antes habían hecho con las películas de Chaplin. El llamado Proyecto Keaton, que durará entre cinco y seis años, se centrará especialmente en sus primeras producciones filmadas entre 1914 y 1918.