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estreno de 'la verdad'

El periodismo contra George W. Bush

Este drama periodístico protagonizado por Cate Blanchett y Robert Reford recupera el caso que puso en vilo la carrera del presidente de los Estados Unidos

Foto: Cate Blanchett y Robert Redford en 'La verdad'
Cate Blanchett y Robert Redford en 'La verdad'

En 2005, Dan Rather, cabeza visible de los informativos vespertinos de la CBS y de 60 Minutes, el programa que durante décadas fue el gran referente del periodismo de investigación televisivo, se despedía de sus espectadores. Aunque le faltaba poco para la jubilación, Rather saltó antes de la cadena a causa de un escándalo periodístico. En septiembre de 2004, 60 Minutes emitió el reportaje sobre George W. Bush en el que se denunciaba que el en aquellos momentos presidente de los Estados Unidos se había librado de ir al Vietnam gracias a las influencias de su familia. Bush Sr. habría movido los hilos pertinentes para enchufarlo en la Guardia Nacional de Texas, lo que le permitió cumplir con sus obligaciones militares sin moverse de casa.

La acusación se basaba en una serie de documentos firmados por su superior, el entonces ya fallecido teniente coronel Jerry Killian, cuya autenticidad no se pudo acabar de demostrar. Faltaban apenas dos meses para las elecciones presidenciales y la inconsistencia de estas pruebas materiales y de la fuente que las proporcionó, el también militar Bill Burkett, causó un enorme revuelo. Aunque en primera instancia la cadena televisiva apoyó al equipo de periodistas que había elaborado el reportaje, finalmente los sometió a una comisión de investigación y acabó despidiendo a la mayoría.

El Rathergate, Memogate o la Polémica Killian, como se conoce popularmente el caso en Estados Unidos, acabó así con las carreras de los periodistas televisivos que más críticos se habían mostrado con la presidencia de Bush Jr. El equipo liderado por la productora Mary Mapes había sido el primero en dar amplia cobertura en la pequeña pantalla a las torturas llevadas a cabo por soldados estadounidenses en la cárcel de Abu Ghraib en plena guerra de Irak. Mano derecha de Rather, Mapes también fue la responsable y principal cabeza de turco del escándalo Killian.

Y, como sucede en estos casos, acabó escribiendo un libro donde narraba su versión de los hechos, 'Truth and Duty: The Press, the President, and the Privilege of Power', a partir del que se ha rodado 'La verdad', ópera prima como director del también guionista James Vanderbilt, donde Cate Blanchett da vida a Mapes y Robert Redford a Rather.

La película, sin embargo, no saca conclusiones definitivas sobre la autenticidad de estos documentos. Admite que pudo existir un error en el proceso de certificación de las fuentes

A modo de los típicos dramas basados en hechos reales, 'La verdad' desmenuza a lo largo de dos horas los intríngulis de este complejo caso desde la perspectiva de la periodista de la CBS. En tanto productora, Maples detalla todo el proceso de preparación del programa, desde las llamadas a los diferentes implicados a las charlas con los especialistas que debían certificar la autenticidad de los documentos.

La película, sin embargo, no saca conclusiones definitivas sobre la autenticidad de estos documentos. Admite que pudo existir un error en el proceso de certificación de las fuentes, lo que no supondría necesariamente que el contenido del reportaje fuera falso. La idea que subyace en 'La verdad' es que se aprovechó un error de forma para invalidar una acusación periodística que podría haber acabado con la carrera de George W. Bush. Y que los periodistas fueron defenestrados por la CBS porque los medios están en manos de grandes conglomerados cuya acumulación de poder ha sido posible gracias a leyes dictadas por presidentes como Bush.

Aunque el personaje de Rather se mantiene en segundo plano para otorgar el protagonismo principal a Maples, la presencia icónica de Robert Redford en el film no es baladí. 'La verdad' se inscribe en la tradición de un cine norteamericano donde los periodistas ejercen de héroes de la democracia enfrentándose a las mentiras del poder. Esta tradición forjada en los sesenta y sobre todo en los setenta cuyo título más representativo sería sin duda 'Todos los hombres del presidente' (1976) de Alan J Pakula se ha mantenido viva a través de series como 'The Newsroom' de Aaron Sorkin, una de las pocas ficciones televisivas que seguía defendiendo sin ningún tipo de cinismo ni distancia irónica el sistema de valores propio de la América liberal.

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Sin embargo, el Rathergate representaría la versión inversa del Watergate, una historia de periodismo de denuncia que en lugar de acabar con la carrera del presidente cuyo escándalo destapa termina con los reporteros en el paro. Que Redford interprete a un comunicador que podría ser su Bob Woodward en edad de prejubilarse tampoco es casualidad. Aquello que ha cambiado en los años que separan el Watergate del Rathergate, subraya constantemente la película, no son los periodistas sino las empresas que rigen los medios de comunicación y sus audiencias. Vanderbilt dibuja un retrato intergeneracional de la profesión periodística donde desde el más veterano al más joven luchan por conocer esa verdad que da título al film a través del arte de no dejar de hacer preguntas.

Pero el film se detiene tanto en los pormenores del caso Killian y las tribulaciones personales de Mapes (Blanchett, por cierto, encaja como un guante en este papel de mujer luchadora en lo profesional y en lo vital) que el panorama general de cambio de paradigma en el poder mediático queda demasiado desdibujado. Se apunta, por supuesto, a la progresiva marginación de los informativos en las parrillas televisivas, al creciente desinterés de buena parte de la sociedad por el periodismo de investigación y a las alianzas de las empresas periodísticas con el poder político y económico. Pero la película no transmite la fuerza de otros thrillers dramáticos ambientados en el mundo del periodismo. En este aspecto, 'La verdad' encuentra un buen complemento en la también reciente 'Matar al mensajero' (2014), el film de Michael Cuesta sobre la todavía más trágica figura de Gary Webb, otro caso de periodista abandonado por su empresa a causa de un reportaje incómodo para el poder.

En 2005, Dan Rather, cabeza visible de los informativos vespertinos de la CBS y de 60 Minutes, el programa que durante décadas fue el gran referente del periodismo de investigación televisivo, se despedía de sus espectadores. Aunque le faltaba poco para la jubilación, Rather saltó antes de la cadena a causa de un escándalo periodístico. En septiembre de 2004, 60 Minutes emitió el reportaje sobre George W. Bush en el que se denunciaba que el en aquellos momentos presidente de los Estados Unidos se había librado de ir al Vietnam gracias a las influencias de su familia. Bush Sr. habría movido los hilos pertinentes para enchufarlo en la Guardia Nacional de Texas, lo que le permitió cumplir con sus obligaciones militares sin moverse de casa.

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