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El viejo Oeste no es un país para ingenuos
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estreno de 'slow west'

El viejo Oeste no es un país para ingenuos

Michael Fassbender y Kodi Smit-McPhee protagonizan 'Slow West', la ópera prima del director John Maclean que propone una revisión del cine del Oeste

Foto: Michael Fassbender en 'Slow West'
Michael Fassbender en 'Slow West'

Los protagonistas de 'Slow West' encarnan dos formas diferentes, que no excluyentes, de entender el Oeste. Para el joven Jay (Kodi Smit-McPhee), representa un horizonte de futuro, el lugar donde se reencontrará con su novia Rose (Caren Pistorius), que partió antes que él desde Escocia hasta estas tierras. A Jay le conocemos tumbado contemplando un firmamento lleno de estrellas. Atrás ha dejado su tierra natal, donde su familia le prohibía mantener la relación con la chica de la que está enamorado por prejuicios de clase. El Oeste es para él el espacio donde puede empezar una nueva vida libre de estos impedimentos.

Al contrario que este joven idealista, Silas (Michael Fassdender) es un forajido de vuelta de todo, un cínico que cuando Jay describe con bellas palabras a su enamorada, le espeta que se nota que todavía no se han acostado. Aunque no puedan ser más diferentes, entre Jay y Silas se establece una relación simbiótica. El novato necesita de un guía más experto que le ayude a atravesar estas tierras salvajes y llegar a su objetivo vivito y coleando. Y Silas tiene sus propios intereses para encontrar antes que nadie a Rose y a su padre, sobre quienes pesa un “se busca vivos o muertos” con recompensa incluida.

'Slow West' se estructura como una 'road movie' a caballo por este Oeste todavía por civilizar. Justo al iniciar su trayecto, Jay es víctima de unos soldados que persiguen y masacran indígenas. Silas le salva de la emboscada y le propone continuar el camino juntos. A lo largo de su odisea se encuentran con toda una serie de personajes que no hacen más que confirmar la naturaleza salvaje de estas tierras: conocen a una familia de colonos escandinavos tan desesperada que atraca el comercio local, a un defensor de los indígenas que pinta más amable de lo que acaba siendo y a una panda de forajidos que degustan absenta y explican historias curiosas cerca del fuego... Otros indicios le confirman a Jay el peligro del lugar, como esa chaqueta de segunda mano que se prueba en una tienda donde todavía es visible el agujero de bala que acabó con la vida de su antiguo propietario.

'Slow West' es el primer largometraje de John Maclean, antiguo miembro de la banda de rock experimental The Beta Band para quien ya dirigió algunos videoclips en que la creatividad artística y el sentido del humor suplían la falta de presupuesto. Michael Fassbender admiraba el trabajo de Maclean tanto por sus clips como por su música, así que accedió a protagonizar sus primeros cortos de ficción y ha acabado convertido en el principal reclamo de su puesta de largo.

Así que 'Slow West' es un western firmado por un británico, protagonizado por un germano-irlandés y un australiano, y rodado en Nueva Zelanda. Esta desvinculación nacional con el género cinematográfico más profundamente estadounidense le otorga al film cierta poética de la extrañeza. A lo largo de su periplo, los dos protagonistas transitan por una serie de paisajes que evocan sin duda los fundacionales del 'western': desiertos, llanuras, desfiladeros, ríos de aguas turbulentas, campos de trigo con pequeñas casas de madera... Pero no permiten su identificación inmediata con la tradición, como sucede con esos otros filmes que recurren, por ejemplo, a rodar en escenarios típicos como el Monument Valley donde John Ford y otros clásicos del género ambientaron buena parte de su obra.

Este recorrido por el Oeste en bruto se encuentra más cerca de las revisiones del género que han llevado a cabo los hermanos Joel y Ethan Coen en películas como 'Valor de ley' que a los títulos crepusculares de Clint Eastwood o los homenajes a la ultraviolencia del 'spaguetti western'. Maclean también opta por cierto tono de humor negro que desemboca en un desencanto existencial en una película que pone en evidencia que el viejo Oeste no era un país para ingenuos. No hay exaltación épica del espíritu de conquista en 'Slow West', tampoco del romanticismo que esgrime Jay, que, como descubriremos, tiene algo de autoengaño. Más que un espacio de libertad, el Oeste de 'Slow West' es un campo de batalla donde (casi) sólo sobreviven los depredadores. Aunque la película no otorgue la centralidad de la acción a la violencia, un oportuno 'flashback' hacia el final recuerda el reguero de asesinatos, del último al primero, que han tenido lugar en el camino de los protagonistas hasta alcanzar su objetivo.

A favor de la ópera prima de John Maclean, también el título. 'Slow West' debe ser la primera película que se apropia del adjetivo lento, tan inapropiadamente usado para descalificar ciertos films, y lo reivindica como un tempo cinematográfico con su valor intrínseco.

Los protagonistas de 'Slow West' encarnan dos formas diferentes, que no excluyentes, de entender el Oeste. Para el joven Jay (Kodi Smit-McPhee), representa un horizonte de futuro, el lugar donde se reencontrará con su novia Rose (Caren Pistorius), que partió antes que él desde Escocia hasta estas tierras. A Jay le conocemos tumbado contemplando un firmamento lleno de estrellas. Atrás ha dejado su tierra natal, donde su familia le prohibía mantener la relación con la chica de la que está enamorado por prejuicios de clase. El Oeste es para él el espacio donde puede empezar una nueva vida libre de estos impedimentos.

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