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Dios existe, vive en Bruselas y es un capullo
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Jaco Van Dormael presenta 'el nuevo nuevo testamento'

Dios existe, vive en Bruselas y es un capullo

El cineasta belga se plantea qué pasaría si Dios viviera en la actualidad y fuera un padre de familia amargado, machista y que disfruta viendo sufrir a la gente

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Dios existe. No es como lo esperaban. Nada de túnicas blancas ni palomas ni triángulos con ojos en medio. Dios vive en Bruselas, fuma, es machista, va todo el rato en calzoncillos y se rasca el culo. No hemos acabado. También es borracho, disfruta azotando a su hija con un cinturón y planeando malvades para la humanidad a la que controla desde un ordenador del año de la polca. Todo lo que nos habían contado era mentira, o eso es lo que propone el cineasta belga Jaco Van Dormael en 'El nuevo nuevo testamento', o cómo el mismo define su filme: “un testamento apócrifo”.

Su irreverente propuesta se ha presentado en el Festival de Sitges, donde el director ha contado a El Confidencial cómo esta historia surge de, irónicamente, su ateísmo. “Yo no creo en Dios, pero tuve una educación católica y crecí con ello. Considero la Biblia un libro fantástico con grandes personajes y un final triste, así que usamos la base de la historia para hacer algo más gracioso, con mujeres, con amor, con sexo... Cuando era joven me sorprendió que no hubiera mujeres en estos libros, y en mi vida personal hay muchas”, explica Van Dormael.

En este nuevo testamento la hija de Dios (interpretado por Benoît Poelvoorde) se rebela y decida buscar seis nuevos apóstoles para fastidiar a su padre y dar la vuelta a la tortilla. Los nuevos seguidores son unos perdedores que encontrarán “la felicidad y el amor de una manera muy inesperada”.

El cineasta no cree que su película vaya a levantar ampollas y asegura que su intención no era “ser provocativo”, aunque tampoco lo contrario. “Ya veremos, pero de momento no me han raptado una docena de monjas así que no habrá ningún problema. Creo que al Papa le encantará, pero al actual, no al anterior”, explica el belga con su vena gamberra. “No me imagino a Dios de ninguna forma, es una experiencia extraña el estar vivo en un planeta que gira alrededor del sol, pero no creo que tenga que haber una explicación, no creo en las respuestas, incluso sin Dios es divertido estar aquí”, continúa.

De momento no me han raptado una docena de monjas así que no habrá ningún problema. Creo que al Papa le encantará

Después de salir escarmentado con su anterior proyecto ('Las vidas de Mr. Nobody') Van Dormael vuelve a Bélgica y ambienta todo en una Bruselas gris y oscura, pero que el realizador se encarga de llenar de su particular universo, no por adornarla, sino porque él la ve así: “Bruselas es un sitio bastante feo, pero cuanto más la miro más bonita la siento”.

'El nuevo nuevo testamento' es una obra 100% Van Dormael, con ese estilo tan peculiar en el que se mezcla fantasía con realidad, lo sombrío con lo kitsch, y que tanto polariza a la crítica. Peces fantasma, amantes gorila, asesinos con sentimientos y cielos de macramé conviven en el recargado cine del belga, que cree que es imposible hacer una película realista. “Vivo en Bélgica, que es un sitio surrealista de por sí, una mezcla de estilos e idiomas que me encanta. Mis obras son la reproducción de mi percepción, de cómo el cerebro pasa de una idea a otra. No sé que es la realidad, yo tengo mis propios ojos y orejas, y mi perro y cualquier otra persona tendrá una percepción de la realidad completamente diferente”, argumenta.

Mis obras son la reproducción de mi percepción, de cómo el cerebro pasa de una idea a otra. No sé que es la realidad

En esta ocasión ha querido crear una estética que “pareciera religiosa sin que lo fuera”, para ello ha apostado por los planos frontales y simétricos que remitieran a las iglesias, aunque evitando los símbolos religiosos. No hay ni una cruz en toda la película, aunque sí una peculiar estatuilla de Jesucristo.

Aunque Jaco Van Dormael parezca un 'outsider' de vuelta de todo, es uno de los directores más populares de su país, que ha vuelto a elegirle para representarles en los Oscar, una industria que no le interesa y que afirma desconocer. Tampoco aporta muchas claves del cine creado en Bélgica, donde afirma que “nadie está esperando que saquemos películas”, lo que le ofrece mucha libertad sin tener que rendir pleitesía a un público concreto o a una cadena de televisión determinada.

Mientras prepara su nuevo proyecto seguirá apostando por una de sus rarezas, una “mezcla de película y teatro” que ya realizó hace años en Madrid y en la que no hay guion, todo es improvisación y en la que se rueda lo que ocurra encima del escenario. Parece que Van Dormael le ha pillado el gusto a nuestro país, ya que tampoco es la primera vez que presenta película en Sitges, donde destaca la gran cantidad “de público joven” que acude a los pases y a los que intentará convertir a su religión con este 'Nuevo nuevo testamento'.

Dios existe. No es como lo esperaban. Nada de túnicas blancas ni palomas ni triángulos con ojos en medio. Dios vive en Bruselas, fuma, es machista, va todo el rato en calzoncillos y se rasca el culo. No hemos acabado. También es borracho, disfruta azotando a su hija con un cinturón y planeando malvades para la humanidad a la que controla desde un ordenador del año de la polca. Todo lo que nos habían contado era mentira, o eso es lo que propone el cineasta belga Jaco Van Dormael en 'El nuevo nuevo testamento', o cómo el mismo define su filme: “un testamento apócrifo”.

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