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Las brujas vuelven a dar miedo
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comienza el festival de sitges

Las brujas vuelven a dar miedo

Olvídense de las versiones de Disney, Robert Eggers sorprende con su ópera prima que triunfó en Sundance y ahora inaugura el certamen de cine fantástico y de terror

Foto: Fotograma de 'La bruja', la película que ha inaugurado el Festival de Sitges
Fotograma de 'La bruja', la película que ha inaugurado el Festival de Sitges

Disney ha hecho mucho daño. Su versión naif y para toda la familia de los cuentos clásicos ha generado un imaginario colectivo del que es imposible escapar. Por su culpa cuando uno piensa en una bruja se imagina las siguientes opciones: a) Una señora con verrugas y capa ofreciendo una manzana. b) Una malvada y sexy villana que, por si fuera poco, ha llegado a interpretar Angelina Jolie. Además, ahora se han empeñado en mostrar el lado 'amable' de los 'malos' de la película, como ocurría en 'Maléfica', rompiendo cualquier vínculo con las historias originales, llenas de elementos macabros y violentos.

Pero existen unos cuantos directores jóvenes dispuestos a recuperar las tradiciones y dar un sopapo con la mano abierta a Disney y sus clásicos. El último de ellos es Robert Eggers, que con su ópera prima, 'The witch (La bruja)', ha inaugurado el Festival de Cine Fantástico de Sitges después de haber ganado el premio al Mejor director en Sundance. Gracias a Eggers las brujas vuelven a dar miedo, más que miedo, a acojonar. Y lo hacen gracias a una apuesta elegante, pausada, y con la que poco a poco construye una atmósfera opresiva y hasta enfermiza. No encontrarás en 'The witch' sustos fáciles 'made in Hollywood', pero sí una película perturbadora de las que dejan poso.

Las películas de Disney han cambiado los cuentos y les han dado un punto moralista. No perdurarán en el tiempo porque eso no es real, la vida no es así

El propio Eggers ha comentado en la presentación de la película la mala influencia de los filmes de animación de la compañía del ratón. “Los cuentos clásicos han sobrevivido porque transmitían un mensaje real, pero las versiones de Disney cambian la historia y le dan un punto moralista en el que te dicen lo que está bien y lo que está mal. No perdurarán en el tiempo porque eso no es real, la vida no es así. Los cuentos clásicos están llenos de ambigüedades y hablan de la verdadera naturaleza humana”, explica a El Confidencial.

'The witch' habla de brujas, claro, pero también de cómo el hombre crea sus propios miedos hasta convertise en un ser irracional capaz de lo peor. Si le sumamos el caldo de cultivo de una comunidad religiosa fanática el resultado es carne de tragedia. Eggers introduce el elemento religioso para ser lo más realista y reflejar de manera precisa las comunidades que llegaban a Nueva Inglaterra en aquella época, pero es consciente de que “ese tipo de dogmas que incluyen mandamientos del Antiguo Testamento” son más propicios a la barbarie. “Las personas quieren alejarse del mal y hacer el bien, y están tan marcadas por lo que es correcto y lo que no que acaba apareciendo la desesperación en sus vidas y la oscuridad acaba explotando”.

El filme cuenta la historia de una familia puritana de 1630 que es expulsada de la comunidad donde vive, por lo que comenzará desde cero montando una granja cercana a un amenazante bosque. La desaparición de su bebé dará pie a una sucesión de fenómenos sobrenaturales, pero también a aumentar la tensión entre sus miembros, que tienen igual o más peligro que cualquier bruja o demonio.

Robert Eggers apuesta por el realismo para retratar un hecho paranormal, y para ello necesitó un arduo proceso de documentación que le llevó a encontrar anécdotas rocambolescas. “Me sorprendió la fascinación que había en el siglo XVII con prácticas anales con demonios, había muchos besos negros y temas de sexo anal, pero para la película lo que más me fascinó era que el mundo real y los cuentos de hadas eran bastante parecidos, estaban los mismos miedos y temáticas”, explica riéndose.

Me sorprendió la fascinación que había en el siglo XVII con prácticas anales con demonios, había muchos besos negros y temas de sexo anal

Su película no tiene nada que ver con el cine de terror que se hace en Hollywood. Eggers lo sabe, pero cree que es “demasiado fácil echar mierda sobre esas películas”, por lo que prefiere destacar esas “pequeñas obras personales e interesantes” que “cuentan su propia historia dentro del género” y entre las que no tiene reparos en situarse, y eso que no se considera un director vinculado al terror, aunque confiese que le interesan los “temas oscuros” que encajan bien en ese tipo de filmes.

Para descolocar al espectador el director ha tomado la decisión de que su próxima película no sea de terror, aunque sí que vaya a repetir “esa mezcla de cosas fantásticas presentadas de una forma real y auténtica". Será una historia de un caballero medieval, un proyecto de estudio y más grande y ambicioso que 'The witch'.

Es lo que tiene convertirse en el cineasta de culto del año, que Hollywood acabará llamando a tu puerta y, por mucho que reniegues, acabarás cayendo en sus redes, aunque Eggers prometa a El Confidencial que, pese a todo, la suya es una película “personal”. Al menos no una de Disney.

Disney ha hecho mucho daño. Su versión naif y para toda la familia de los cuentos clásicos ha generado un imaginario colectivo del que es imposible escapar. Por su culpa cuando uno piensa en una bruja se imagina las siguientes opciones: a) Una señora con verrugas y capa ofreciendo una manzana. b) Una malvada y sexy villana que, por si fuera poco, ha llegado a interpretar Angelina Jolie. Además, ahora se han empeñado en mostrar el lado 'amable' de los 'malos' de la película, como ocurría en 'Maléfica', rompiendo cualquier vínculo con las historias originales, llenas de elementos macabros y violentos.

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