Es noticia
Los autocines pasan la ITV
  1. Cultura
  2. Cine
el precio es la clave de su éxito

Los autocines pasan la ITV

Tras décadas de capa caída y a punto de extinguirse recuperan en EEUU su atractivo para familias que buscan una alternativa más divertida, cómoda y barata que la sala tradicional

Foto: Los autocines vuelve a estar de moda (Efe)
Los autocines vuelve a estar de moda (Efe)

Dino y su familia (mujer y cuatro hijos adolescentes) han llegado media hora antes de que comience la película. Como un pequeño ejército bien entrenado, tras aparcar cuidadosamente su furgoneta con el maletero apuntando hacia la pantalla gigante, comienzan a sacar y montar un chiringuito digno de los más expertos campistas. Sillas plegables, mantas, cojines, neveras portátiles con ruedas y hasta mesas. "Cuando el autocine está lleno, no nos dejan montar esto", explica. "Pero hoy, como es día de diario y no hay tanta gente, podemos ocupar algo más que el espacio del coche".

Enseguida llegan las otras dos familias con las que han quedado para este plan, que, asegura, organizan al menos dos o tres veces cada verano. Juntos comentarán la película, se reirán de los chistes o gritarán con los sustos, con una libertad propia del salón de su casa. Sólo que en su casa tendrían que esperar meses para poder ver el programa doble que les espera esta noche: Pixels y Jurassic World.

Dino y el resto del grupo de unas 15 personas tienen suerte, porque este gran cine al aire libre, la Misión Tiki, uno de los pocos autocines que sigue funcionando en el condado de Los Ángeles, les pilla a solo 15 minutos de casa. Otros, como Elena, han conducido con marido y cinco hijos durante 45 minutos para llegar aquí. "Forma parte de mis recuerdos de infancia. Veníamos al autocine con mis padres muy a menudo, era un plan habitual", rememora. "Es más divertido, no te tienes que preocupar de si tus hijos molestan a otros espectadores, vamos a la tienda de 99cents (el equivalente a un Todo a Cien) y traemos chucherías".

"Hay mucha gente que viene de muy lejos, incluso desde Palm Springs (a 120 km)", asegura a El Confidencial Gabe Chappa, manager del Misión Tikki desde hace cuatro años. "Hay muy pocos autocines y a la gente le gusta cada vez más este plan". Gabe ha visto cómo en los últimos dos años mucha más gente viene a este autocine, que tiene cuatro pantallas con una capacidad total de unos 1.300 vehículos. "En el fin de semana que hay un estreno importante, las colas dan la vuelta a la manzana. Hay gente que se queda sin entradas", corrobora.

Uniendo dos pasiones genuinamente norteamericanas, el cine y los automóviles, los autocines han estado ligados a la cultura estadounidense desde los años 30, cuando abrieron los primeros. Mientras que en España la moda no llegó a despegar, aquí hubo unos años, especialmente en los primeros 50, durante los que era casi más habitual que la sala de cine. En todo el país llegó a haber cerca de 4.000. Aún a finales de los 80, quedaban unos 2.500.

"Mis hijos no sabían lo que era un autocine", explica Carla, al lado del coche, de cuyo maletero asoman cinco cabezas infantiles. "Quería que lo conocieran. Es divertido, es cómodo, incluso pueden venir en pijama. Y además, traer a los cinco al cine me ha salido por 13 dólares. Cuando vamos a los multicines entre entradas y palomitas y demás acabamos pagando 75". Chappa coincide: "No puedes llevar a tus hijos a Disneyland tres veces al año. Este es un plan perfecto para niños. Barato y divertido. Pero también hay mucha gente que viene por la curiosidad, por la nostalgia, y claro, porque pueden ver dos estrenos por 9 dólares".

Es un plan perfecto para niños. Barato y divertido. Pero también mucha gente viene por curiosidad, nostalgia y porque pueden ver dos estrenos por 9 dólares

Los angelinos desde luego no tienen escasez de ofertas para satisfacer su pasión por ver películas al aire libre. Casi todos los parques, centros comerciales e incluso playas ofrecen algún pase gratis o por poco dinero a lo largo del verano. El Hollywood Forever, cementerio de viejas glorias hollywoodienses en el corazón de la ciudad, ha sido sede desde hace décadas de Cinespia, un festival de cine al aire libre que organiza eventos temáticos con grandes clásicos, aunque disfrutar de una noche de Apocalypse Now entre las lápidas puede salir más caro que ir a una sala convencional. Sin embargo, el autocine tiene varias ventajas: las películas son de estreno, el sonido es mucho mejor y, dependiendo de cómo se lo monte uno, el coche puede ser un lugar más confortable que el suelo.

"Sin duda, para mí era más habitual ir al autocine que ir a una sala de cine", recuerda Kipp Sherer, cuyo amor por esta manera de ver cine le llevó a fundar una web a finales de los noventa, drive-ins.com, que tuvo el año pasado 800.000 visitantes nuevos. Más que una vuelta de los autocines, Sherer cree que lo que está ocurriendo en los últimos dos o tres años es que, al menos, no están cerrando a la misma velocidad vertiginosa que durante los 90.

La posibilidad de escuchar por radio frecuencia en el propio sistema de sonido del coche el audio de la película, en lugar de los antiguos altavoces, ha mejorado enormemente la experiencia. "Además, más recientemente, ha habido un poco más de apoyo tecnológico por parte de los estudios para que se actualicen los proyectores (mucho más potentes y caros que los de una sala convencional) e incluso algunas campañas como la de Honda de hace un par de años en apoyo de los autocines que han recaudado mucho dinero". Aún así, se calcula que en EEUU quedan hoy operativos poco más de 300.

Waiting for Jurassic World to start. (@ Mission Tiki Drive-In Theatre for Jurassic World) https://t.co/7zn7hqk9Q1 pic.twitter.com/kbALlAeAWB

Mission Tiki es de los pocos que no tuvo que cerrar. Fundado en 1956, estuvo muy cerca de hacerlo como muchos otros a finales de los 90, pero en 2006 ha sido renovado con proyectores digitales. Es propiedad de Los Angeles Drive-In Company, cuyos otros cuatro autocines (tres más en California y uno en Utah) también han sido recientemente renovados. "En un mundo en el que el tiempo con la familia es tan escaso y las entradas son tan caras, es el momento de los autocines, listos para volver a convertirse en una experiencia habitual para los espectadores estadounidenses", reza su sitio web.

"En épocas de recesión económica, los autocines suelen aguantar mejor que las salas cerradas", explica Sherer. "Aunque no se están recuperando al ritmo que están cerrando, sí que está empezando a surgir con fuerza un modelo temporal, que se instala para una noche en un lugar que no se usa exclusivamente para ello, y luego cambia de sitio. Este podría ser un modelo más viable económicamente".

De los cerca de 4.000 autocines que había en Estados Unidos, se calcula que hoy quedan unos 300

"Es posible que se esté poniendo más de moda", reflexiona Elena. "Nosotros venimos desde que los niños eran pequeños, pero el otro día, hablando con mi prima, le comenté que veníamos al autocine, ¡y me dijo que ellos también van a uno! Debe ser más común de lo que yo creía". Su hija de 13 años lo confirma: "Cuando les digo a mis amigos del colegio que he ido al autocine, muchos me dicen que ellos también lo hacen habitualmente". Es ya noche cerrada a las 20:35 y la pantalla se ilumina. Los últimos rezagados corren desde el bar con sus palomitas y perritos calientes. Un gato corretea entre los coches y los pies infantiles que cuelgan de los maleteros. Los niños están dispuestos a aguantar despiertos las cuatro horas y pico que durarán Pixels y Jurassic World. Aunque tampoco pasa nada si se quedan dormidos.

Dino y su familia (mujer y cuatro hijos adolescentes) han llegado media hora antes de que comience la película. Como un pequeño ejército bien entrenado, tras aparcar cuidadosamente su furgoneta con el maletero apuntando hacia la pantalla gigante, comienzan a sacar y montar un chiringuito digno de los más expertos campistas. Sillas plegables, mantas, cojines, neveras portátiles con ruedas y hasta mesas. "Cuando el autocine está lleno, no nos dejan montar esto", explica. "Pero hoy, como es día de diario y no hay tanta gente, podemos ocupar algo más que el espacio del coche".

Hollywood
El redactor recomienda