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Mucho actor para tan poco personaje
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estreno de 'señor manglehorn'

Mucho actor para tan poco personaje

El director David Gordon Green se pone al servicio del talento de Al Pacino en esta película que llega a las salas españolas tras pasar por el festival de Venecia

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La presencia de un actor de la talla de Al Pacino se impone con todo su peso en un pequeño drama independiente como Señor Manglehorn. Quizá fuera esta la intención del director David Gordon Green y no le interesase tanto buscar un intérprete que se pusiera al servicio del personaje como disponer de un guion, a cargo del debutante en estas lides Paul Hogan, que le permitiera trabajar con un profesional de este calibre.

El personaje que da nombre al film es un veterano cerrajero que vive solo con su gata Fannie. Sus relaciones sociales se limitan a las pequeñas charlas con sus clientes y a la conversación que mantiene cada viernes con Dawn (Holly Hunter), la amable cajera del banco con quien departe sobre sus respectivas mascotas. Manglehorn es uno de esos hombres que ya no alberga ninguna esperanza en la vida. Sus sentimientos están bloqueados por el recuerdo de un antiguo amor perdido, Clara. En la soledad de su casa, el cerrajero escribe cada día a esta mujer que nunca responde a sus cartas. Buena parte de los pensamientos del protagonista se transmiten a través de la voz en off de estas misivas y de los diálogos que mantiene con Fannie.

El retrato del protagonista se completa con diferentes encuentros con personas que han tenido o tienen importancia en su vida. De vez en cuando se ve con su hijo Jacob (Chris Messina), inversor financiero, con quien tiene poco que decirse. Mucho más cariño siente por su nieta o incluso por un antiguo estudiante, Gary (el también director Harmony Korine) de cuando él ejercía de entrenador de baseball y que ahora lleva un casino. Además de estos diálogos directos, a veces estos u otros secundarios explican a terceras personas curiosas historias sobre Manglehorn, anécdotas en tono a pequeños hechos extraordinarios dentro de la cotidianidad que quieren otorgarle un toque casi legendario a este protagonista de apariencia gris. El núcleo dramático del film se centra en la relación que Manglehorn inicia con Dawn, una puerta abierta a la posibilidad de que el protagonista vuelva a vivir en presente y salde definitivamente sus deudas con el pasado.

David Gordon Green debutó a finales de los noventa como uno de los nombres más prometedores del cine independiente. Su tercer largometraje, Undertow (2004), consiguió incluso el padrinazgo de Terrence Malick. A lo largo de su filmografía ha llevado a cabo una mirada poética y sin concesiones al patio trasero de Estados Unidos, a esa América rural empobrecida que el cine de Hollywood suele ignorar. En sus films suele combinar este paisaje general con un drama humano donde siempre pesan las cuestiones de filiación familiar.

A finales de la década pasada, Green abrió un paréntesis en sus temas y estéticas recurrentes para flirtear con la comedia para el gran público con resultados irregulares. Fue capaz de servir tanto un clásico instantáneo del cine fumeta como Superfumados (2008) como una parodia de la ficción de fantasía medieval, Caballeros, princesas y otras bestias (2011), que era incapaz de encontrar su propio registro humorístico. En sus últimos films, Green pretende retomar, por el momento, el cine de sus inicios a través de unos dramas íntimos que funcionan además como instantáneas de la América actual. Su película justo anterior, Joe (2013), comparte con Señor Manglehorn el hecho de llevar el nombre del protagonista en el título, el ponerse al servicio de un actor-autor (en ese caso Nicolas Cage) y la vocación de centrarse en un hombre de mediana edad que intenta reconectar con la vida.

El protagonista de Señor Manglehorn resulta más interesante sin duda para su director y para su guionista que para los espectadores. Al Pacino es demasiado actor para tan poco personaje, aunque el principal atractivo del film consiste en admirar al intérprete de El Padrino en este rol de hombre veterano que ha perdido el gusto por la vida. A su lado, cabe destacar la interpretación de la gran Holly Hunter, una de las actrices más atractivas del cine contemporáneo, capaz de marcarse un papel tierno y vital como el de Dawn que se sitúa en las antípodas de otro de sus rols recientes, el de la gurú de la comuna femenina de la serie televisiva Top of the Lake.

La presencia de un actor de la talla de Al Pacino se impone con todo su peso en un pequeño drama independiente como Señor Manglehorn. Quizá fuera esta la intención del director David Gordon Green y no le interesase tanto buscar un intérprete que se pusiera al servicio del personaje como disponer de un guion, a cargo del debutante en estas lides Paul Hogan, que le permitiera trabajar con un profesional de este calibre.

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