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estreno de 'ted 2'

Bromas pesadas de usar y tirar

Amado y odiado por igual, Seth MacFarlane vuelve a apostar por su álter ego de peluche

Foto: Fotograma del nuevo filme del osito peleón
Fotograma del nuevo filme del osito peleón

Sin estar ni mucho menos mal,Ted 2da pie a cuestionarse si no son demasiado livianas, incapaces de trascender de algún modo, ciertas películas extremadamente referenciales y/o sometidas a la personalidad arrolladora y muy autoconsciente de sus culpables. Seth MacFarlane, uno de los representantes de la nueva comedia americana que, por impertinente, incómodo y agudamente soez, más divide al público, alcanzaba un éxito rotundo conTed(2012), su primera película como director.

Sobre la relación entre un treintañero (Mark Wahlberg) y su mejor amigo, un osito de peluche maleducado y con ganas de marcha, la película era un buen resumen de las habilidades y los tics de su creador. Alternaba con una destreza increíble distintos modelos de humor (sin temer ni a la astracanada ni a la risa congelada), confirmaba el indiscutible don de MacFarlane para el gag verbal y visual, funcionaba en sus ramalazos satíricos hacia la coyuntura y era un festival pop cómplice con su público potencial. Su digna y lógica continuación ofrece más de lo mismo, pero se evapora antes.

En una solución ingeniosa (muy de guionista de televisión), la secuela se levanta sobre una premisa inversa a la del original. Si la gracia deTedera que el oso de peluche estaba perfectamente integrado, que a nadie le parecía raro relacionarse con él, el motor deTed 2es la puesta en duda de esa normalidad. La acción gira en torno a los esfuerzos de Ted, otra vez con la voz de MacFarlane, por defender sus derechos civiles y no ser considerado un simple objeto.

No es un mal punto de partida, y, aun sin ser demasiado brillante, la sátira de la integración social que lleva implícita tiene cierta gracia. Pero al desarrollo del relato le falta empaque, imaginación, ingenio.Ted 2es, en ese sentido, más tosca y rutinaria que su antecesora.

La película es más tosca y rutinaria que su antecesora

EnTed, además del efecto sorpresa (que puede compensar otras carencias de un filme), había una historia simple pero bien contada que soportaba el peso del agitado universo del autor: la evolución de la delirante amistad entre el peluche y su amigo, con toda su carga metafórica. En su continuación, en cambio, la base es más enclenque, más perezosa. MacFarlane propone una comedia de aventuras con un patrón demasiado estándar (incluso cuando promete arrancar al meterse en la película de juicios, terreno por el que pasa sin dejar huella), un desarrollo previsible, un desenlace atropellado (el tramo en la Comic-Con) y una confianza excesiva en los guiños cómplices al espectador.

Es único introduciendo referencias, tocando la tecla de la nostalgia al homenajear (en clave paródica) películas comoEl club de los cinco(1985),Mejor solo que mal acompañado(1987),Tres amigos(1986) yParque Jurásico(1993). Y su película está infinitamente por encima de la media en número de gags afortunados (MacFarlane es un digno heredero de los Zucker) y arrojo al experimentar con el humor (fuerza sus límites y se permite el lujo de reírse de ello en una escena). Pero le falta lo que distingue a una buena comedia de una comedia eficaz, algo que sobreviva al recuerdo cada vez más vago de sus bromas más inspiradas y, en muchos casos, demasiado coyunturales.

Sin estar ni mucho menos mal,Ted 2da pie a cuestionarse si no son demasiado livianas, incapaces de trascender de algún modo, ciertas películas extremadamente referenciales y/o sometidas a la personalidad arrolladora y muy autoconsciente de sus culpables. Seth MacFarlane, uno de los representantes de la nueva comedia americana que, por impertinente, incómodo y agudamente soez, más divide al público, alcanzaba un éxito rotundo conTed(2012), su primera película como director.

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