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Rajoy y Cospedal se reúnen en secreto con el sector del cine y sin Wert
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negocian el cambio de concesión de ayudas

Rajoy y Cospedal se reúnen en secreto con el sector del cine y sin Wert

En el encuentro se acordó poner en marcha un decreto ley que ejecute un cambio en la concesión de las ayudas a la producción de películas en dos semanas

Foto: La última vez que se vio públicamente a Mariano Rajoy con el cine fue en la ceremonia de los Goya, en 2010, como presidente del PP. (EFE)
La última vez que se vio públicamente a Mariano Rajoy con el cine fue en la ceremonia de los Goya, en 2010, como presidente del PP. (EFE)

En España, los milagros ocurren cada cuatro años. El cine empuja para que el Gobierno reaccione a su favor después de tres años de recortes y asfixias. La industria cultural más rentable del país se encuentra en estado crítico y necesita una reacción de urgencia que podría llegar con la euforia electoral. Unos días antes del arranque del Festival de Málaga, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y María Dolores de Cospedal, secretaria general del Partido Popular –fuera de la agenda del presidente y con la orden de no airear la cita en los medios– se reunieron con el nuevo presidente de la Academia del Cine, Antonio Resines, y otros protagonistas del sector, tal y como ha podido saber El Confidencial. El propósito: salvar el cine.

En la mesa de la negociación del rescate no está el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ni su número dos en Cultura, José María Lassalle. La ausencia es notable. Wert tiene constancia de la reunión, pero lo cierto es que las fuentes consultadas por este periódico hablan de “una gestión muy importante, efectiva e inmediata” que debería de tener resultados en menos de diez días y en la que, de momento, no están implicados los responsables de Cultura.

En el encuentro se acordó poner en marcha un decreto ley que ejecute un cambio en la concesión de las ayudas a la producción de películas. Ahora mismo hay dos grandes tipos de subvenciones: amortización (que se cobra en función del resultado en taquilla y que representa el grueso de las ayudas) y proyecto (previas a los rodajes y centradas, sobre todo, en el cine independiente). La intención es que desaparezca el criterio que las vincula exclusivamente a la taquilla y se concedan a priori.

Pero de la letra pequeña no hay noticias. No se sabe tampoco cuánto dinero estaría dispuesto a poner el Gobierno a favor del cine. De hecho, habría que empezar saldando la deuda de casi 10 millones que tiene el Estado con él por ayudas sin abonar desde 2012.

La secretaria general del PP hizo de enlace entre los representantes de las industrias cinematográficas y Mariano Rajoy

La cita fue cordial. Hubo un diálogo atento, pocas reivindicaciones y muchas alternativas. El sector del cine representado quería lanzar un S.O.S. y abrir “una nueva etapa de diálogo para trabajar por consolidar el futuro de las industrias”. En la conversación se habló de los principales problemas que ahogan a las empresas (subvenciones, exenciones, piratería, televisiones, el prorrateo), y aunque no sacaron un compromiso al presidente, del milagro depende la viabilidad de muchas empresas.

Los productores explicaban a ese periódico hace una semana que los bancos están reticentes a concederles préstamos, porque ni siquiera la industria cinematográfica sabe cuándo podrán devolver el dinero. En estos momentos, el Estado, con retrasos de dos años de pago de subvenciones, no es aval para los bancos.

Desde hace cuatro años esperan una reforma de la Ley del Cine que aclare cuáles son las nuevas normas del juego, para que los bancos sigan prestando dinero a los productores. La actual directora del Instituto de las Ciencias y las Artes Audiovisuales (ICAA), Lorena González Olivares, ha anunciado varias veces que se encontraba cerrando los flecos del texto. Hace meses dio la fecha de abril, pero en el Festival de Málaga, la Confederación de Productores Audiovisuales (FAPAE) reconocía a este periódico que esperan la reforma de la ley del cine para el uno de enero de 2016. Un retraso más de las gestiones del Ministerio.

El sector quiere abrir 'una nueva etapa de diálogo para trabajar por consolidar el futuro de las industrias'

Tampoco ha ayudado tener por enemigo al Ministerio de Hacienda, dinamitando cada promesa que el Ministerio de Cultura hacía sin su consentimiento y provocando la guerra. Pasó el pasado mes de junio, cuando se suponía que el Gobierno iba a dar las primeras buenas noticias al cine con una subida histórica de las deducciones a las producciones. Cristóbal Montoro apareció para aclarar que la esperanza se quedaba en el 18% de siempre, a pesar de haber negociado durante meses con los productores llegar al 40%.

Fue en los Premios Goya de 2010, como presidente del PP, cuando Mariano Rajoy mantuvo su última relación pública con el cine. A pesar de haber sido ministro del ramo a las órdenes de Aznar, sus apariciones han sido contadas. El éxito de haberlo sentado a la mesa con el cine recae en la secretaria general del Partido Popular, no al Gobierno.

En España, los milagros ocurren cada cuatro años. El cine empuja para que el Gobierno reaccione a su favor después de tres años de recortes y asfixias. La industria cultural más rentable del país se encuentra en estado crítico y necesita una reacción de urgencia que podría llegar con la euforia electoral. Unos días antes del arranque del Festival de Málaga, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y María Dolores de Cospedal, secretaria general del Partido Popular –fuera de la agenda del presidente y con la orden de no airear la cita en los medios– se reunieron con el nuevo presidente de la Academia del Cine, Antonio Resines, y otros protagonistas del sector, tal y como ha podido saber El Confidencial. El propósito: salvar el cine.

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