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La cantera del cine español se forjó en las aulas de 'Al salir de clase'
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dos de sus actores estrenan ópera prima en málaga

La cantera del cine español se forjó en las aulas de 'Al salir de clase'

Leticia Dolera y Zoe Berriatúa compiten por la Biznaga de Oro con su primer filme. Ambos participaron en la mítica serie de Telecinco y analizan su importancia e influencia en su obra

Foto: Imagen del reparto de 'Al salir de clase'
Imagen del reparto de 'Al salir de clase'

Durante cinco años todos los jóvenes españoles tenían una cita diaria a las 15:30. Religiosamente se sentaban en el sofá, encendían la tele y ponían Telecinco. A esa hora empezaba Al salir de clase, una serie para la sobremesa que se convirtió en un bombazo generacional durante más de mil episodios. Sus personajes (muchos de ellos con nombres imposibles como Flipe o Turbo) se veían envueltos en unas tramas culebronescas que intentaban abordar problemas para los adolescentes: relaciones sexuales, el bullying, el rechazo por ser homosexual… Para ello se recurrió a un plantel de actores que después despuntaron en nuestro cine.

Pilar López de Ayala, Rodolfo Sancho,Víctor Clavijo, Elsa Pataky, Alejo Sauras, Fran Perea, Hugo Silva… todas las estrellas jóvenes pasaron por sus aulas. Siempre se ha dicho que Al salir de clase fue la cantera de una nueva hornada de actores, pero el fenómeno ha dado un paso más. Aquellos chavales han crecido, y para algunos de ellos la interpretación se ha quedado pequeña. Quieren más. Quieren dirigir largometrajes. Y lo han conseguido. En este Festival de Málaga se presentan en la Sección Oficial dos películas realizadas por dos actores de la ficción: Leticia Dolera y Zoe Berriatúa.

Una coincidencia que ratifica que Al salir de clase fue la verdadera escuela de talento de nuestro cine más joven. Para Leticia Dolera, que trae al certamen Requisitos para ser una persona normal, la clave está en la cantidad de episodios y actores que la serie usó durante esos cinco años, lo que provocaba “tramas muy corales”, aunqueno recuerda que hubiera un sentimiento extendido entre sus intérpretes de querer convertirse en directores.

Ella sí que lo tenía claro, y ya entonces hacía sus pinitos. “Siempre hacía vídeos de viajes o making off de rodajes y los editaba yo misma. Poco a poco fui necesitando más, así que llegaron los cortos y ahora el largo”, cuenta a este periódico. Haber rodado su primer filme no evita que Dolera quiera seguir dedicando su tiempo a la interpretación. Actuar y dirigir son dos caras de la misma manera. “Yo me hice actriz por una necesidad de comunicar, de contar historias y transmitir emociones al espectador; escribir o dirigir es una forma más de hacerlo. Me gustaría poder seguir combinando ambas facetas”, aclara.

Para Zoe Berriatúa la dirección siempre ha sido su prioridad. Escribía guiones y cómics desde adolescente ydirigía y producía cortos desde los 21, aunque asegura que él “no ha dejado la interpretación”, sino que “ella me ha dejado a mí”. Los héroes del mal es su primer largoy comenzó a rodarlo sin encontrar dinero para financiarla. Hasta que Álex de la Iglesia entró en juego. Él quería dirigir sí o sí, y no iba a esperar a que la ayuda viniera del cielo.

Una etiqueta que pesa

Lo normal es que todos los actores que han pasado por Al salir de clase se deshagan en elogios sobre la importancia que tuvo la serie en su carrera y cómo les marcó de por vida, pero Zoe Berriatúa no se casa con nadie. No tiene miedo a decir que no se siente parte “del fenómeno”. “Ni lo quiero, ni soy parte de ello. No quiero ni verlo. Discúlpame, pero estoy hasta los huevos de Al salir de clase”, cuenta visiblemente molesto. Para él sólo fue un sitio más donde trabajó. Un lugar de paso.No fue ni su primera interpretación ni laúltima. ”A mí no me descubrieron allí.A los 11 años era el protagonista de Una hija más, una comedia de situación, y antes había participado en cortos y en publicidad”, justifica el actor y director.

No soy parte del fenómeno. No quiero ni verlo. Discúlpame, pero estoy hasta los huevos de 'Al salir de clase'

Leticia Dolera se muestra más nostálgica con la seriey cree que esa experiencia también ha ayudado a ser la directora que ahora intenta despuntar en Málaga. “Toda mi carrera profesional me ha llevado hasta hoy, y soy quien soy por haber realizado ese camino”, añade.

La etiqueta de ‘Actor de Al salir de clase’ acaba pesando, y el miedo a verse encasillado de por vida en esa categoría hace que poco a poco se vayan desvinculando, pero está claro que en esos decorados de cartón piedra había un caldo de cultivo que ha hecho crecer a una generación que no se quedaancladaen la interpretación, algo que para Dolera también tiene que ver con “el salto al digital”. “Hemos crecido grabando con cámaras pequeñas y editando en cualquier lugar con nuestro portátil”, añade.

Tanto Dolera como Berriatúa son dos de las voces más prometedoras de nuestros jóvenes directores, y comparten un pasado en común que nadie puede borrar. Puede que ahora nadie valore su importancia, pero quizás dentro de unos años haya que darle un Goya Honorífico a Al salir de clase por su contribución al cine español.

Durante cinco años todos los jóvenes españoles tenían una cita diaria a las 15:30. Religiosamente se sentaban en el sofá, encendían la tele y ponían Telecinco. A esa hora empezaba Al salir de clase, una serie para la sobremesa que se convirtió en un bombazo generacional durante más de mil episodios. Sus personajes (muchos de ellos con nombres imposibles como Flipe o Turbo) se veían envueltos en unas tramas culebronescas que intentaban abordar problemas para los adolescentes: relaciones sexuales, el bullying, el rechazo por ser homosexual… Para ello se recurrió a un plantel de actores que después despuntaron en nuestro cine.

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