'Los juegos del hambre', una saga que devora la taquilla
La nueva entrega de la saga llega el viernes a las salas con ganas de convertirse en el filme más taquillero a nivel mundial del año
Cuando en 2008 Suzanne Collins publicó Los juegos del hambre nadie imaginaba que la saga de libros se convertiría en todo un fenómeno literario llegando a vender 20 millones de ejemplares. Ante el éxito de las novelas era evidente que la versión cinematográfica no tardaría en llegar. Fue la productora Lionsgate la que consiguió los derechos para su adaptación.
El futuro distópico imaginado por Collins, en una actualización del mito de Teseo y el Minotauro con toques de Battle Royale, llegó a las salas de todo el mundo en 2012. Lionsgate puso mucho empeño en conseguir a profesionales de renombre, y encargó la dirección a Gary Ross (nominado en tres ocasiones al Oscar por sus guiones de Big, Dave, presidente por un día y Seabiscuit) y fichó para ella a una actriz en ciernes, Jennifer Lawrence, que acababa de lograr su primera nominación al Oscar por el drama independiente Winter’s Bone.
Tras este espectacular inicio la venta de las novelas se multiplicaron y el fenómeno fan ha convertido a Los juegos del hambre en una máquina de hacer dinero. Cada entrega supera la recaudación de la anterior y ha convertido a la saga en una de las más rentables de la historia del cine.
En EEUU es donde tiene un público más fiel, de hecho allí es la adaptación literaria para adolescentes (las conocidas novelas para Young Adults) más rentable. Sus dos entregas son los dos filmes más taquilleros en este subgénero por encima de Harry Potter, Crepúsculo y sagas menores como la de Divergente estrenada este año.
La segunda parte, Los juegos del hambre: En llamas, fue el título que más dinero consiguió al otro lado del charco el año pasado, superando los 400 millones de dólares, a los que se suman otros 460 en el resto del mundo. Cifras que asustan y que hacen prever para la primera parte de su desenlace, que se estrena mañana un dato similar y mejor a nivel global gracias a la irrupción de mercados como China y Rusia que casi no contaban años atrás.
El futuro favorito
No hay rival que se resista y en todas las comparaciones sale ganadora. La adaptación de los libros de Collins reavivaron ese gusto (que nunca se había ido del todo) por los futuros distópicos y postapocalípticos.
Nada como mirar al presente desde el mañana y enmascararlo en medio de un filme lleno de acción, ciencia ficción y toques de amor adolescente, un cóctel que han sabido mezclar en el punto exacto que gusta al espectador. Ni los monos de la nueva versión de El planeta de los simios, ni Will Smith y sus zombies de Soy leyenda sacaron tanto dinero como han conseguido Finnick, Peeta y compañía. Panem es el destino favorito para los espectadores a la hora de buscar el destino más descorazonador.
La heroína de Los juegos del hambre, Katniss Everdeen, ha conseguido otro hito taquillero. Demostrar que una mujer al frente de un filme plagado de acción no es veneno para la taquilla.
Normalmente las productoras no apuestan por filmes de este estilo protagonizado por mujeres, pero con la saga se ha demostrado que el sexo del personaje principal no es importante. Katniss Everdeen es ya la heroína más éxitosa de la historia del cine, por encima de Sarah Connor o la reciente Lucy de Scarlett Johansson.
Jóvenes estrellas
Hollywood necesitaba una nueva reina, Julia Roberts dejó abandonado el trono hace muchos años. Un lugar en el que se han ido sentando numerosas actrices que no han durado como gran estrella capaz de arrastrar al público a cualquier proyecto que haga (o a casi todos).
Los juegos del hambre confirmó a Jennifer Lawrence como candidata a ese trono, lugar que confirmó con sus posteriores papeles, Oscar por El lado bueno de las cosas incluido.
Una estrella criada en el cine indie que gracias a esta saga y a su personalidad desprejuiciada y espontánea ha conseguido convertirse en una actriz que revienta las taquillas y cuyo nombre el espectador asocia a calidad.
Desde su paso por Panem Lawrence ha encadenado éxito tras éxito. Sólo el filme de terror La casa al final de la calle supuso un pequeño fracaso. Pequeño porque hablamos de un título que costó cinco millones de dólares y recaudó casi 40, en parte gracias a la presencia de la actriz.
El resto de películas en las que ha participado han superado la barrera moral de los 100 millones de dólares en EEUU, cifra con la que allí se suele separar el éxito del fracaso.
Hollywood tiene reina para rato, ya que sus próximas apariciones serán nuevas entregas de Los juegos del hambre, X-Men y una nueva colaboración con su director fetiche, David O’Russell.
Cuando en 2008 Suzanne Collins publicó Los juegos del hambre nadie imaginaba que la saga de libros se convertiría en todo un fenómeno literario llegando a vender 20 millones de ejemplares. Ante el éxito de las novelas era evidente que la versión cinematográfica no tardaría en llegar. Fue la productora Lionsgate la que consiguió los derechos para su adaptación.
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