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ESTRENO DE 'GOD HELP THE GIRL'

La Glasgow más indie

El musical, escrito y dirigido por Stuart Murdoch cuenta la historia de Eve, una joven que utiliza la música para evadirse de sus problemas cotidianos

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God Help the Girl arranca con la conversación radiofónica en off entre dos comentaristas que desmitifican con sana ironíael culto a figuras supuestamente misteriosas como Nick Drake o Ian Curtis, ambos músicos fallecidos prematuramente. Este prólogo podría funcionar como vacuna ante cualquier tentación de llevar a cabo el enésimo retrato de joven músico atormentado que, encerrado en su habitación, vuelca sus sentimientos en las canciones. Sin embargo, en la primera película dirigida por Stuart Murdoch, líder de Belle and Sebastian, el comentario tiene más bien una función autoirónica.Como si el líder de Belle and Sebastian pusiera de manifiesto de buenas a primeras la conciencia indie e hipersensible del film.

Esta es una película que embellece, sin idealizar y desde la perspectiva ligera y luminosa del pop, la idea de unos jóvenes que forman un grupo para dar rienda suelta a sus tribulaciones emocionales. Sería absurdo esperar algo diferente por parte del responsable de algunas de las canciones más emblemáticas del pop independiente de finales de los noventa y principios del dos mil.

El proyecto cinematográfico de Murdoch surge de un puñado de temas escritos por él pero que le parecían más apropiadas para un grupo de chicas. Bajo el título de God Help de Girl agrupó estas canciones interpretadas por vocalistas femeninas y acompañadas por la formación habitual de Belle and Sebastian. El siguiente paso fue convertir en película un disco conceptual, que construía una narrativa única a través de sus temas.Así, el protagonismo principal del film recae en Eve (la australiana Emily Browning), una joven internada en una clínica psiquiátrica a causa de sus trastornos alimentarios. Eve se escapa del sanatorio para cumplir su sueño en Glasgow: formar un grupo musical para cantar sus canciones.

En la ciudad coincide con James, un guitarrista al que le molesta que su batería aporree demasiado el instrumento. James, que trabaja como socorrista en una melancólica piscina cubierta, se convierte en un su amigo gafapastas pagafantas, el que arrima el hombro cuando Eve está deprimida, el que se siente fascinado por sus tormentos interiores, el que ve como la chica se enamora del cantante guaperas y estúpido con acento extranjero de otra banda. A la pareja de amigos se suma Cassie, una pija que quiere aprender música y se convierte en el complemento rubio a la belleza morena de Eve. Los tres emprenden la aventura de convertirse en un grupo de pop, God Help de Girl.

Como trío musical juvenil, los personajes encajan a la perfección en el imaginario del pop independiente que se forjó a finales de los noventa: toman café en hermosas cafeterías (en lugar de cerveza en pubs), se pasean en canoa en medio de la naturaleza bajo los rayos del sol (nada de armar barullo en el barrio), viven una sexualidad confundida y poco fogosa, y visten siempre perfectamente conjuntados aunque sea con ropa de segunda mano. Esta sensibilidad propia de hace más de una década se expresa también a través de cierto fetichismo: Eve registra sus canciones en casetes cuyas portadas ha pintado a mano, escribe los temas en un diario con un boli de cuatro tintas y forja su opinión musical a través de los veteranos críticos que hablan en la radio.

Por otro lado, los personajes se mueven por un Glasgow donde siempre brilla el sol, los pájaros cantan y las piedras no parecen tan grises. Una ciudad de salas de baile vintage, hermosas bibliotecas y casas majestuosas. Una ciudad donde la única chica escocesa del trío protagonista no entiende, literalmente, lo que le dicen unos neds que quieren ligar con ella.

Stuart Murdoch arma un musical que pone en imágenes todo el imaginario cultivado en sus canciones. God Help the Girl se centra en los orígenes de un grupo de pop pero tiene mucho de película de tránsito a la madurez. Para Eve, la música será la principal ayuda para enfrentar sus miedos y problemas. El grupo, más que un fin en sí mismo, deviene para ella un medio para poder seguir hacia delante.

Con God Help the Girl sucede por momentos lo mismo que con la música de Belle and Sebastian. No se puede negar el talento de muchas de sus canciones. Aquí, además, han contado con la colaboración de músicos como Neil Hannon: cuando la voz de The Divine Comedy entra en escena se hace notar. Pero todo el imaginario en el que se retroalimentan los temas provoca cierta pereza. Y Murdoch puede ser un compositor brillante. Pero le falta garra a la hora de sostener sus canciones en todo un entramado narrativo de casi dos horas de duración. Aunque la estética es plenamente indie, God Help the Girl no consigue empaparse de su espíritu pop. Demasiado relamida para resultar realmente melancólica, y demasiado envarada para levantase y volar cuando suenan las canciones.

God Help the Girl

Dirección: Stuart Murdoch

Nacionalidad: Reino Unido

Género: Musical. Drama

Duración: 111minutos

Intérpretes: Emily Browning, Olly Alexander, Hannah Murray, Cora Bissett

God Help the Girl arranca con la conversación radiofónica en off entre dos comentaristas que desmitifican con sana ironíael culto a figuras supuestamente misteriosas como Nick Drake o Ian Curtis, ambos músicos fallecidos prematuramente. Este prólogo podría funcionar como vacuna ante cualquier tentación de llevar a cabo el enésimo retrato de joven músico atormentado que, encerrado en su habitación, vuelca sus sentimientos en las canciones. Sin embargo, en la primera película dirigida por Stuart Murdoch, líder de Belle and Sebastian, el comentario tiene más bien una función autoirónica.Como si el líder de Belle and Sebastian pusiera de manifiesto de buenas a primeras la conciencia indie e hipersensible del film.

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