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"Un premio Goya no te vale de nada"
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entrevista al cineasta alberto vázquez

"Un premio Goya no te vale de nada"

La Academia premió uno de sus cortos y aprovechó los agradecimientos para pedir dinero a los académicos. Ahora rueda su primer largo

Foto: A la izquierda, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo; a la derecha, Alberto Vázquez (EFE)
A la izquierda, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo; a la derecha, Alberto Vázquez (EFE)

Cuando el coruñés Alberto Vázquez salió a recoger el Goya 2012 al mejor cortometraje de animación, sus palabras frente al micrófono se limitaron a los dígitos de un número de cuenta. Birdboy, el corto que había dirigido el año anterior junto a Pedro Rivero, entusiasmó no solo a los votantes de la Academia del Cine, sino a un considerable número de jurados que requiere, para conocerlos todos, de unos cinco scrolls hacia abajo en la página de premios, selecciones y menciones de la película.

Ataviado de traje formal y elegante aunque vetusto, romántico español, pañuelo al cuello, Vázquez escribió con su boutade una de las anécdotas de aquella noche con esa ristra de números que parecían no tener fin. Si habían hecho una película de 13 minutos era porque no tenían el dinero para hacer una de hora y media. La cuenta bancaria estaba abierta a la espera de financiadores, ya que el corto había gustado tanto.

Son las seis y media de la tarde y Alberto Vázquez acaba de llegar de trabajar. Viene del polígono industrial de Pocomaco, a diez kilómetros de la ciudad. Le extraña verse a sí mismo con un horario y una rutina pero es la consecuencia de haber conseguido, dos años después, la financiación para convertir Birdboy en la futura Psiconautas, el largometraje de animación tradicional en 2D que siempre debió de haber sido. “Es un milagro”, admite.

Rivero y Vázquez, dispuestos a declararse derrotados por la industria, estaban a un paso de rendirse cuando presentaron el proyecto, como último intento, a la productora compostelana ZircoZine, creada por los actores Luis Tosar y Farruco Castroman.

Con Psiconautas inauguran una nueva sección en la compañía dedicada a la animación. Pero el dinero que ellos podían aportar no era suficiente y, tras un periodo complejo y “tenso” se consiguió una alianza con la productora bilbaína Basque Films. Y ahí tenemos la coproducción que permitirá el estreno de Psiconautas después del verano de 2015. “Estrenaremos en algunas salas pero pienso que no es ese su mundo —dice el director—, su mercado es la televisión y son los festivales y es internet”.

“Es una historia sobre cómo la contaminación externa influencia la contaminación interna de los personajes”m resume, sobre una película que, como el cortometraje, adapta el cómic “Psiconautas” que este dibujante e ilustrador publicó con la editorial Astiberri en el año 2006.

“Juega con elementos de las fábulas pero de forma inversa: usa tópicos como los animales antropomorfos parlantes que parece que te van a contar una historia con moral pero que hacen y dicen lo contrario de lo que deberían. Se drogan, buscan en la basura cobre para vender…”, cosas que los patitos y ratoncitos de Disney jamás harían. Los de Vázquez sí lo hacen. Y mueren y se matan. Y pierden y se pierden.

Alberto está feliz con su trabajo de 9 a 6. Está viviendo de hacer una película de autor que “no está pensada para ganar dinero sino para ganar prestigio” y lo está haciendo en A Coruña, la ciudad que vio fracasar el paradigma de la animación gallega que fue Dygra.

Una ciudad, una cuna de dibujantes y animadores, que ya no sueña con gallinas de oro sino con proyectos tan personales que el mercado no los puede asimilar y por eso pueden existir. Películas que parecían imposibles en los tiempos de bonanza económica y que ahora se ruedan porque ya no hay intención de ganar dinero sino, tan solo, de sobrevivir. La de Psiconautas es una de esas historias que o las cuentas o se te muere algo por dentro.

Cuando el coruñés Alberto Vázquez salió a recoger el Goya 2012 al mejor cortometraje de animación, sus palabras frente al micrófono se limitaron a los dígitos de un número de cuenta. Birdboy, el corto que había dirigido el año anterior junto a Pedro Rivero, entusiasmó no solo a los votantes de la Academia del Cine, sino a un considerable número de jurados que requiere, para conocerlos todos, de unos cinco scrolls hacia abajo en la página de premios, selecciones y menciones de la película.

Luis Tosar
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